Hace poco, me llamó la atención un artículo en el País de Susana Carrizosa: ”Con buen espíritu se trabaja mejor: Las empresas detectan los beneficios de los programas de meditación y autocontrol”.
Según su artículo, muchos empresarios ya están inmersos en el proceso de hacer más humana la empresa a través de una gestión donde se mira a las personas y se cree en el crecimiento humano y la felicidad como claves para un desarrollo sostenido.
La meditación también se impone como tendencia y ha trascendido la moda que parecía cuando comenzó a en Google, donde ahora cuentas con programas de mindfulness (plena consciencia) de Jon Kabat-Zin.
El profesor del IESE, Albert Ribera, explica que ”Las organizaciones que se han apuntado a estas prácticas han observado un aumenta en su productividad, reducción del absentismo laboral y un ambiente más colaborativo y positivo”.
Me gustó leer en el artículo que quienes defienden la inclusión de los ejercicios espirituales en la empresa, como la meditación, destacan que allanan el camino para una gestion más integra. Ayuda para tener un estado de ánimo más feliz, centrado y positivo que facilita la productividad de cada uno y establece mejores conexiones con y entre los empleados.
El jefe que aprende a animar y transmitir a sus empleados fuerza y optimismo para lograr juntos los objetivos de la empresa marca una diferencia en la realidad de la empresa.
Pepe Oriola, presidente de Oriola Abogados, conoce de primera mano las bondades de la meditación. ”La practico a diario y se traduce en decisiones menos viscerales. En el despacho reina la calma una confianza que se transmite. Si voy a una reunión, medito media hora antes para abordarla desde mi mejor yo”, explica.
Como base científica, se ha comprobado que con la meditación y otras prácticas espirituales, aumentan las emociones positivas y mejora la concentración y la creatividad. Se regula la tensión arterial, la frecuencia cardíaca y respiratoria y aumentan los niveles de los dos. Se reduce el miedo, aumenta la sensación de felicidad y alegría y aumenta la producción de endorfinas.
