Dentro de los muchos temas tocados, me he fijado en que el libro no ahonda en las necesidades de las personas con dependencia, sino que focaliza la atención en identificar las necesidades de las personas mayores que se sienten autónomas y a cargo de su propia vida.
Este colectivo en que me he reconocido a mi mismo, no se siente “anciano”, en el sentido clásico, y no reclama equipos de tele-asistencia, para la discapacidad y la dependencia que consideran unos dispositivos más propio de individuos de la cuarta edad,.
Queremos tener una vida activa tras la jubilación, queremos ser autónomos y preferimos vivir en nuestras propias casas; rechazamos que se nos llame o se nos considere “ancianos”; queremos ser respetados y buscamos el reconocimiento social de quienes y como somos.
En general, somos fieles a las marcas que nos satisfacen, evitamos malgastar, compramos en comercios próximos, priorizamos nuestras compras en productos de alimentación y salud y desconfiamos de la publicidad.
Además, somos conscientes de nuestra importancia como clientes potenciales y de que es necesario que el diseño y la definición de los productos y servicios que se nos ofrecen sean los que queremos y se ajustan a nuestras necesidades y expectativas.
Queremos mejorar nuestra alimentación para que sea más sana apta para nuestro propio consumo diario. Por lo tanto, queremos que por parte de la industria de la alimentación, así como de los establecimientos responsables de su distribución se tengan presentes nuestros gustos y necesidades como consumidores preferentes.
Por otro lado, como senior somos conscientes de nuestras necesidades de alimentación y de las características de lo que necesitamos. Queremos disfrutar del placer de la comida sin arriesgar nuestra salud, para lo cual queremos una oferta de productos mejor adaptados a nuestra edad y características físicas.
También queremos que los médicos y otros profesionales de la salud, de su parte, se impliquen en la promoción de hábitos nutrición lo más saludables posible para sus pacientes.
Con respecto al desarrollo de estos mayores autónomos, como mí mismo, me ha llamado también la atención la importancia que se le va dando, para nuestro envejecimiento activo, al aprendizaje y a la práctica de las nuevas tecnologías. A este fin exigimos que las prestaciones de Internet nos resulten más prácticas y sencillas de utilizar.
Queremos asegurarnos la usabilidad, la funcionalidad, la calidad y el precio reducido de estas tecnologías para las personas mayores que estamos interesados en aprenderlas y utilizarlas en nuestra vida.
A este fin, queremos que se tengan en cuenta nuestras necesidades y nuestras limitaciones para su diseño. Queremos asegurarnos de que se tienen en cuenta nuestras limitaciones de audición o de visión. Esto significa que las mejoras pensadas para la utilización de la varias aplicaciones por las personas mayores sean de utilidad y beneficio también para los demás usuarios de todas las edades.
También pedimos que se nos facilite formación e información claras y comprensibles para que las TIC ( Tecnología de la Información y Comunicación) dejen de ser para nosotros algo ajeno a nuestros momentos de tiempo libre y nos puedan ayudar a disfrutar de una vida activa más saludable y motivadora.
Me ha gustado el reconocerme en el libro entre los protagonistas mayores autonomos. Somos muchísimos millones y en continuo aumento que estamos participando cada día en el desarrollo de la sociedad en que vivimos.
La jornada de Edad y Vida me ha hecho reflexionar sobre la posibilidad que tenemos los mayores autónomos de ir forjando nosotros mismos y desde nuestra experiencia y motivación un mundo mejor, más abierto y más justo.
