Por ejemplo, podemos enfocar la atención en nuestras propias experiencias. Si nos gusta la música, podemos poner un CD que nos guste o sintonizar con una estación de radio. Si nos gusta leer, démonos el permiso de leer una novela que nos gusta o unos cuentos o ensayos sobre temas que nos interesan. Si nos gusta pasear o ir de excursión, organicémoslo escogiendo los destinos que más nos interesan.
No hace falta grandes medios o grandes recursos para hacerlo. Si nos gusta cocinar o comer o ir de tapas, nadie nos impide hacerlo, aparte de una dieta o unas restricciones medicas que no nos conviene ignorar. Podemos cocinar o comer platos sanos y sabrosos siguiendo nuestras dietas si localizamos las recetas. Si nos gusta la tertulia, busquemos unos contertulios. Cada uno de nosotros tiene la capacidad de comunicarse y tiene conocimientos que puede compartir con los demás si nos motivamos y buscamos temas en que estemos interesados.
Además, tenemos Internet, paras los que lo manejan. Allí, se pueden encontrar respuestas a interrogativos que nos pongamos sobre una grandisima cantidad de temas y descubrimos que podemos aprender muchas cosas y aprender es placentero de por si.
Si nos gusta estar con los niños, busquemos la forma como podemos dedicar algún tiempo en su compañía. Seguro además que a los padres les va a gustar poder disponer de algún tiempo libre para si mismos cuando nos ofrecemos para estar con sus hijos. En particular sabiendo que sus hijos están en buenas manos.
Cada uno, si se lo propone, puede añadir más situaciones que nos hacen sentir a gusto en nuestra vida diaria.
Como hemos comprobado, nuestra vida de jubilados está llena de posibilidades si las buscamos y las aprovechamos en nuestra práctica diaria. Hasta si estamos enfermos podemos conseguir disfrutar en algo lo que nos pasa si nos lo proponemos y actuamos al respecto.
En realidad depende de nosotros; si decidimos buscar motivos para sentirnos bien sea cual sea la situación podemos descubrir unas razones válidas para sentirnos bien y hacerlo, representa, de por si, un elemento importante de disfrute cuando le añadimos la consciencia de estar creando nosotros mismos nuestro placer. Además, estamos aprendiendo de nosotros mismos lo que es un elemento multiplicador del bienestar.
Como veremos en el próximo blog sobre el tema de lo que podemos hacer, si no nos vienen muchas ideas al respecto, podemos recurrir a nuestros recuerdos y reconocer lo que nos hizo sentir bien en el pasado como puntos de referencia para descubrir ideas para nuestro aquí y ahora.
