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Cabecera La Hora de la familia

Conciliación


Ahora que acaba de comenzar el curso escolar, de nuevo se plantean los problemas para conciliar la vida familiar con la laboral. España es el país europeo donde menos tiempo están juntos a diario los padres con los hijos. Y ello deriva en un problema de enorme calado. La familia se resiente y por ende la propia sociedad.

Hace ya diez años que comenzó su andadura la llamada Comision Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE). Como dicen sus máximos dirigentes, “muchas palabras sobre la racionalización de horarios, pero pocas realidades”.

El primer desfase que nos separa del resto de los países europeos es la hora de comenzar el día. Levantarse en España a las 8 de la mañana se sigue considerando “madrugar”. A esa hora en Europa ya se está trabajando. Y algunos, incluso, hace más de una hora. Claro que como cada vez somos más laicos, se nos ha olvidado aquél sabio refrán de que “al que madruga, Dios le ayuda”…

Y como todo va encatenado, resulta que aquí las televisiones acaban el llamado “prime time”, tiempo de mayor audiencia, cerca de la 1 de la madrugada, habiendo dado comienzo a las 10. En Europa, es precisamente esa hora de comienzo español la de finalización de sus emisiones.

Hasta el fútbol, que arrastra el mayor número de televidentes se ha subido al loco carro de las deshoras. Comienzan partidos a las ¡11 de la noche!. Y ello en vísperas de una jornada laboral. ¡De locos!…

Otro de los defectos en la vida laboral española es la de primar la llamada “cultura presencial”. Cuantas más horas se esté en la oficina o puesto de trabajo, mejor. Nada más lejos de la realidad ni improductivo. A las 7 de la tarde, y tras más de 10 horas trabajando, no parece lo más razonable comenzar una reunión…

Hablaba antes de la escasez de vida familiar a diario. Unos padres que llegan agotados a las 8 o 9 de la noche a casa (como pronto), difícilmente cumplirán con el imprescindible “trabajo” de ayudar en las tareas a los hijos, y ni siquiera en un nivel inferior, interesarse por su jornada escolar. Respecto a poder cambiar impresiones/debatir sobre algún tema  de actualidad, para qué contar…

Sobre este problema que denuncio, el Congreso de los Diputados ha tomado cartas en el asunto para tratar de promulgar una nueva Ley conciliadora. Miedo me da pensar en que vayan a arreglar algo. Generalmente, todo lo que tocan, lo estropean, por mal que esté.

En fin, creamos y tengamos fé en que la rimbombante Comisión de Igualdad del Congreso acierte en fijar normas para mejorar la imprescindible conciliación de la vida laboral, personal con la familiar.

¡Ojalá así sea!.

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