Entre los lamentables rankings que encabezamos los españoles (paro, déficit, bajo índice de natalidad, abortos, etc…), hay uno que no por poco comentado deja de tener una trascendental importancia social: el de divorcios, derivado de la perniciosa Ley del llamado “divorcio exprés”.
Ya es sabido lo extremistas que somos. Se dice, y con razón, que lo mismo vamos delante de los Curas (en procesión), que tras ellos (para correrles a palos)…
Y hablando de Religión y respecto al divorcio, bueno sería que los políticos que se auto proclaman cristianos (muchos), no olvidaran respecto al divorcio el claro mensaje de Jesucristo: “lo que haya unido Dios, que no lo separe el hombre”. En fin, allá cada cual con su conciencia…
Bajando a la dura tierra, me atrevo a considerar el actual contrato matrimonial como de “basura”. Sobre todo, porque basta con que una de las partes lo quiera romper, queda roto. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si en los contratos laborales ocurriera lo mismo?. Pues que se armaría la mundial…
Asimismo, resulta que según la Ley vigente, el contrato de marras está “blindado” durante los tres primeros meses. Durante ese período no se admite el divorcio. A partir de ese momento, barra libre. ¿Dónde queda el principio de igualdad?…
Pero de todos los daños colaterales que un divorcio conlleva, seguramente es el de los hijos el de mayor calado y trascendencia. Los pobrecillos son los que siempre acaban pagando los platos rotos (sic).
Y en muchas ocasiones la lucha entre los cónyuges por quedarse con la custodia desemboca en actuaciones horrorosas, siempre en perjuicio de los indefensos menores.
Ante tan indeseables situaciones, ¿por qué no optarán los Jueces, en plan salomónico, en no entregar la custodia ni a uno ni a otro: sino directamente ofrecerlos en adopción?. Seguramente una decisión en estos términos serviría para hacer reconsiderar muchas veces la decisión de divorciarse. Y con ello, salvar a los pobrecillos menores de tan ingratas situaciones.
Por todos estos (y muchos más) motivos, me parece más que admirable la campaña emprendida por el FORO DE LA FAMILIA mediante una Iniciativa Legislativa Popular para que sea modificado el Código Civil respecto al contrato matrimonial.
Está perfectamente regulado el divorcio. Pero no se dice una palabra ( a favor) respecto al contrato matrimonial en sí y su correspondiente protección. Es necesario incluir una “clausula de blindaje”, voluntaria naturalmente, por la que los contrayentes que lo deseen puedan incluirla y según la cual, en caso de conflicto, se pongan todos los medios necesarios (intermediación, información, período transitorio, etc.) para evitar a toda costa la traumática (para los hijos, sobre todo) separación.
El Matrimonio es seguramente el contrato más importante que firmamos a lo largo de nuestras vidas. Creo que merece la pena muy mucho su apoyo, protección y consideración. Todo menos ser como es actualmente un auténtico “contrato basura”.
