La similitud entre el IBI y la inmortal zarzuela es muy real. El Gobierno juega con él como si de un juguete de feria se tratara. Ahora lo subo, ahora lo bajo. El problema es que, como casi siempre, los platos (juguetes) rotos, los paga el sufrido contribuyente…
La primera atrocidad del referido impuestito es que se trata por igual al que tiene una vivienda por necesidad (la mayoría), del que la tiene como especulador o acaudalado inversor. Es igual. IBI igual para todos…
Otra tremenda injusticia es el no haber tenido en cuenta los devastadores efectos de la burbuja inmobiliaria. Y así, frente a un descenso (real) del valor del piso, al no haberse procedido en la mayoría de los municipios al justo reajuste (a la baja) del valor catastral (sobre el que gira el impuesto), pues resulta que se está pagando sobre precios del 2005, aunque el valor real haya descendido un 40% de media…
Eso sí, el IBI se ha incrementado en términos absolutos durante dicho período ¡¡¡ en más de un 50% !!!…
La última (de momento) broma macabra la ha aprobado recientemente el Consejo de Ministros a cuenta del peligroso proyecto EUROVEGAS madrileño. Confirmando mis temores aquí expuestos en varios post, se ha procedido a exonerar ¡hasta un 95%! del IBI al mega proyecto del magnate yanqui. ¡Chupa del frasco, Carrasco!…
El motivo de tal desaguisado, según el Gobierno, es amparar e incentivar “inmuebles en los que se desarrollen actividades económicas que sean de especial interés”. Y yo me pregunto: ¿qué diferencia hay entre esto y los bancos, por ejemplo?. Me temo lo peor: que estos se pongan en marcha y no paren hasta conseguir la exención. Al tiempo…
Para acabar la verbena impositiva, la ley continúa protegiendo aquellos edificios e inmuebles “de especial interés histórico y/o cultural”. Y así, edificios sobre los que se asientan los fabulosos hoteles de super lujo madrileños, RITZ y PALACE por ejemplo, no pagan ni un euro de IBI. Aunque la habitación por noche no baje de los 500 euros. ¡Viva la justicia distributiva!…
Mientras tanto, el pobrecillo trabajador que lo paga religiosamente por los 50 m2 de vivienda, o el sufrido padre de familia que apenas llega a final de mes, pues eso: “ajo y agua”…
¡Tremendo, oiga!…
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