El tema de enviar cartas de cariño puede dar todavía mucho de sí, si nos abrimos a sacar ideas al respecto de nosotros mismos con vista a la actuación de voluntariado social que queramos hacer.
Por ejemplo, podemos escribir cartas de cariño a mano o imprimir las que escribamos en el ordenador y mandarlas por correo a una residencia cerca de nuestra casa, o llevarla nosotros mismos para entregarla directamente a una persona que nos indiquen en la residencia. De esta forma la actuación voluntaria adquiere una envergadura más directa y, por lo tanto más eficaz.
Podemos buscar las direcciones de Residencias en la guía de teléfonos o en Internet y contactarlas anteriormente. Podemos apuntarnos a grupos de voluntarios que ejercen su actividad en estas residencias y abrirnos a un cauce de voluntariado esporádico que no requiere tiempos fijos o implicación continuada y periódica.
Yo conozco a muchas personas que quisieran ayudar pero que no tienen la posibilidad o el deseo de apuntarse a algo continuado. Tampoco quieren complicarse la vida más de lo que ya la tienen complicada. Enviar una carta de cariño es algo placentero, eficaz para que alguien se sienta bien y sin complicaciones.
Otros tipos de destinatarios. Una carta de cariño puede escribirse a muchas más gentes en dificultad además que a los residentes y cada uno de nosotros puede tener acceso a ideas e informaciones al respecto. En efecto en estas mismas páginas podemos compartir ideas, sugerencias de lo que podemos hacer para ayudar a los demás sin implicarnos en una actividad duradera.
A ver si podemos ayudarnos entre todos a encontrar formas de voluntariado social que nos sirvan y les sirvan. No hacen falta grandes conocimientos o disponibilidad de medios y tiempo. Un pequeño grano de arena nos puede empezar a dar el gustillo de hacer voluntariado social y motivarnos a hacer y conseguir más cosas entre todos.
El mismo tema de la carta de cariño puede ampliarse con la práctica de enviarse una carta a si mismo, a la pareja, a los padres, a los profesores/as, a las enfermeras/os, a los vecinos/as y más personas de nuestro entorno. Un poco de buena voluntad, creatividad y deseo de darse el gustillo de ser voluntario uno mismo.
