Si aceptamos que podemos dirigir nuestros propios cambios, podemos abrirnos:
• a una mejor convivencia
• al respeto hacia los demás y nosotros mismos
• a la búsqueda de lo que nos interesa conseguir en nuestro día a día y en las relaciones con la familia y con las demás personas
• A reírnos más frecuentemente en nuestra vida diaria
• A aceptar que para poder necesitamos querer y para querer necesitamos pensar que podemos y para poder necesitamos actuar al respecto.
En otras palabras, ser conscientes de que además de nuestro Ego con sus limitaciones, somos personas con nuestras características positivas. Enfocar en la persona y reconocerla en nosotros nos permite activar nuestras posibilidades mentales, y emocionales que nos llevan a sentirnos a gusto con nosotros mismos y con los demás y nos acerca a la felicidad.
A su vez esto repercute de forma importante en el aspecto físico con una mejora en el sistema immunológico, en la secreción de endorfinas, en la reducción del estrés y en definitiva en un mejor estado físico y alargamiento de la vida.
Se trata de reflexionar sobre el tema y buscar lo que podemos hacer ya hoy para empezar. No hacen falta grandes cambios, lo importante es empezar ya y los resultados irán cargando nuestras pilas.
En hora buena a los que nos damos el permiso de empezar y que haciendolo podemos motivar con nuestro ejemplo a las personas de nuestro entorno a empezar también.
Buen trabajo.