Cada año, me doy a mí mismo un mes más de tiempo extra para conseguir mis objetivos. De esta forma, quito de mi mente la idea limitante de que no tengo suficiente tiempo extra para hacer lo que me he propuesto.
Me levanto media hora más temprano por la mañana o me acuesto media hora mas tarde por la noche. Esto me da la satisfacción de controlar mis posibilidades de tiempo y me transmite pensamientos reforzantes cuando me doy cuenta de que puedo hacer un montón de cosas cada día con una media hora más de tiempo disponible para trabajar sobre mis objetivos.
Dormir media hora menos al día durante un año no parece mucho tiempo pero si nos fijamos nos proporciona tres horas disponibles cada semana lo que suma 166 horas extra que podemos dedicar cada año a lo que nos interesa.