La jubilación representa un cambio muy importante en nuestras vidas y a nosotros nos toca decidir cómo queremos que sea éste cambio…
Cuando dejamos de trabajar, tenemos la posibilidad de reapropiarnos de nuestra vida y de crear las bases para establecer una buena convivencia alrededor de nosotros, cultivar nuevos sueños y nuevos intereses y empezar a actuar todo esto en nuestro aquí y ahora.
Nos abrimos a reírnos más a menudo reconociendo cada día más ocasiones para hacerlo. No nos arrepentimos de lo que hemos hecho hasta ahora sino de lo que no hemos hecho, conscientes de que tenemos la posibilidad de buscar nuevas formas de hacerlo y disfrutarlo y de entrar en acción ya.
Tenemos todavía mucho tiempo para vivir y para sentirnos bien haciendo-las cosas que nos gusta hacer.
Los jubilados de hoy tenemos la posibilidad de disponer de unos 20/30 años más de vida comparado con lo que tenían nuestros abuelos y podemos dar las gracias por ello. La mejor forma de agradecerlo es disfrutarlos todo lo que podemos y utilizarlos como un recurso para ayudar a las demás personas que no tienen nuestra salud y nuestras oportunidades a hacerlo ellos mismos en su vida.
Ayudar a los demás a sentirse bien es el mejor modo de utilizar estos años y la mejor forma de disfrutarlo nosotros mismos.
Así que manos a la obra y actuemos al respecto desde la perspectiva del “a Dios rogando y con el mazo dando”, todo el tiempo que podamos.
Podemos empezar enseguida a hacerlo desde la consciencia de que si pensamos que podemos, hacemos algo al respecto, lo conseguimos. Al contrario, si pensamos que no podemos o que va a ser demasiado dificil no hacemos nada y tampoco conseguimos nada.
En cualquier caso depende mucho de nosotros y es importante que seamos conscientes de ello y que confiemos en nosotros mismos para hacerlo realidad.
