En nuestra comunicación, perspectivas y motivaciones dirigidas a crear convivencia es importante proponernos unos resultados basados sobre el concepto del “gano/ganas…
En lugar de crear confrontación, tratamos de conseguir que ambas partes ganemos en la interacción cuando nos sentimos cómodos con nosotros mismos y con el otro. Esto lo conseguimos cuando evitamos actuar en nuestra comunicación desde una interpretación de la realidad basada en la perspectiva del «yo gano, tú pierdes», con el conflicto correspondiente, que a menudo nos conduce a perder los dos.
En una conversación, todos aportamos algo desde distintas perspectivas y todos aprendemos a considerar como útiles y valiosos también los puntos de vista de los demás.
Para conseguir que ambas partes ganen, se requiere que las dos reflexionen y dialoguen juntas. Las partes aceptan que el punto de vista de la otra persona responde a un estilo y un historial personal distinto del suyo propio. Aceptan que su punto de vista merece respeto aunque no coincida con el suyo y que tiene que ser reconocido y aceptado por ambas partes aunque no lo hagan propio.
Una comunicación interpersonal que no se base en el «gano/ganas» y busque sólo la propia victoria sobre los demás, causa el desgaste de una gran cantidad de energías. Cuando uno pierde, tiende a sentirse insatisfecho, resentido y, por lotanto, enfrentado y cerrado a la comprensión, aceptación mutua y a la afectividad.
Esto repercute también en la parte ganadora que no podrá sentirse satisfecha si se da cuenta de las reacciones interpersonales que se han creado a raíz de su victoria. Aunque el contexto concreto de que se trata se solucionara temporalmente a favor de una de las partes, al final todos acaban perdiendo en sinergia y eficacia, con el consiguiente desgaste del bienestar individual y social.