El otro día, recibí este mensaje de alguien que hablaba de sí mismo como persona mayor y me pareció que lo que dijo tenía sentido…
Constantemente se critica a las personas mayores por no adaptarse al mundo moderno y, sin embargo, nosotros nos responsabilizamos por todo lo que hemos hecho.
No culpamos a nadie por ello aunque después de una profunda meditación, nos gustaría señalar que, a pesar de haber llevado el pelo largo, de haber realizado una revolución sexual, de habernos rebelado contra los llamados valores tradicionales y de haber bailado con Los Beatles y los Rolling Stones no fuimos nosotros los que eliminamos la melodía de la música, la escena de la Navidad en las escuelas y ciudades, el comportamiento intelectual, el refinamiento del lenguaje, la dedicación a la literatura, la prudencia a la hora de gastar, la ambición por lograr ser alguien en la vida, ni tampoco sacamos a Dios del gobierno de las escuelas y de nuestra vida.
Y, por supuesto tampoco fuimos nosotros los que eliminamos la paciencia y la tolerancia de nuestras relaciones interpersonales ni de nuestras interacciones con los demás.
¡En efecto, aunque ya soy una persona mayor, todavía puedo animar una fiesta… incluso si sólo resisto hasta las 2 a.m.
Todavía puedo abrir frascos con tapas a prueba de niños aunque tenga que usar un martillo.
Todavía me acuerdo como llegar a mi casa, aunque deba llevar un mapa conmigo.
Todavía duermo como un bebé por las noches, aunque al otro día el cuerpo demore en permitir que me levante.
¡En efecto, soy una persona mayor aunque todavía puedo reírme de las críticas… aunque a veces no pueda oír lo que dicen de mí.
Todavía soy muy bueno contando historias…aunque las repita varias veces.
No me he vuelto peleador, cascarrabias ni intransigente… simplemente es que tengo edad para decir que hay cosas que ya no me gustan…
Ya no me gusta la congestión de tráfico, ni las muchedumbres, ni la música alta, ni los niños gritones, ni los perros que ladran, ni los políticos ni tantas otras cosas que ahora no recuerdo.
¡Y voy a seguir disfrutando de mi vida a tope, seguir practicando el amor libre y seguir bailando con Los Beatles y los Rolling Stones!.
Sin embargo, ahora no recuerdo quién me envió este mensaje. Me asalta la duda… ¿Ya le habré mandado esto? Bueno, por si acaso, voy a volver a enviárselo para estar seguro de que le llegará.
¡¡¡Es sólo una muestra de que pienso en ustedes!!!
