Al hacernos mayores nos interesa fijarnos en el hoy y sólo hoy y así gastar nuestras energías en hacer que este hoy sea lo mejor posible para nosotros y también para las personas con las que nos relacionamos.
Pasado y futuro son sólo puntos de referencia cuando se cumple una determinada edad. Lo que hayamos hecho antes nos ha permitido aprender, experimentar y prepararnos para el ahora. Podemos aprender de él pero no tiene por qué ser un lastre. Lo que aprendemos y el ahora nos preparan para el mañana.
Es una manera de sentirse bien como un medio para realzar nuestra propia vida en relación con nosotros mismos y con los demás, así, podemos ser modelos de personas, pero para ello, es necesario que aprovechemos nuestro tiempo y los recursos que tenemos para aplicar a nuestro propio comportamiento y los valores de convivencia que vayamos aprendiendo.
Desde esta perspectiva, podemos motivar una conversación y una reflexión importantes en nuestro ámbito familiar y de amistades.