He recibido un nuevo artículo sobre el bienestar y la felicidad que me gustó y que quiero compartir ya que está en mi propio largo de onda que hemos examinado anteriormente…
Las últimas investigaciones y la experiencia cotidiana con pacientes sugieren que el sentirnos bien como personas está a la base de la felicidad y la felicidad contribuye a disminuir el riesgo de diversas enfermedades y facilita la recuperación de las mismas.
Las personas contentas sufren menos alteraciones cardio y cerebrovasculares y su sistema inmune se refuerza reduciendo las posibilidades de contraer estas enfermedades.
Sentirnos bien con nosotros mismos y con los demás nos abre a tener:
- Más confianza, optimismo y autoestima para enfrentar dificultades y desafíos.
- Mejor salud mental y más sentimientos positivos que permiten la recuperación más rápida y profunda en situaciones difíciles.
- Mejores relaciones interpersonales, que nos permiten ser personas más sociables y empáticas.
- Mayor longevidad y calidad de vida.
- Mayor energía y creatividad.
- Mayor productividad y flexibilidad para estudiar y trabajar.
- Mayor apertura para tener un desarrollo pleno e integral como personas y como profesionales.
Desde esta perspectiva, el sentirse bien llega a tener un fundamento espiritual; es un bienestar que nos lleva a reflexionar sobre nosotros mismos y a entrenar nuestra manera de pensar con pensamientos más positivos, motivadores y alegres.
Buscar la forma de sentirnos bien como primer objetivo no es egoismo; cuando me siento bien conmigo lo transmito a los demás desde mi propio comportamiento y relaciones y los demás, a su vez lo comparten en su propio entorno.
Para sentirnos bien desde esta perspectiva hay que dar, hay que abrirnos a ayudar y hay que tener una vida rica en gratitud, en generosidad y en amor.
[…] Si queréis leer algunas de mis reflexiones sobre la Felicidad, pinchad aquí. […]