Cuidando la forma como respiramos, nos damos cuenta que podemos darnos las gracias a nosotros mismos por el hecho de estar respirando. Respirar nos conecta con nuestro cuerpo y con la gran perfección del mismo y de sus funciones.
No hace falta que controlemos la duración de la respiración, sencillamente dejamos que sea natural y placentera . Disfrutamos la sensación y la perfección de la respiración en el momento presente y de la forma como lo hacemos naturalmente. Cuando yo era asmático, los momentos más felices eran cuando respiraba naturalmente; me sentía feliz y dejaba de pensar en mi asma. Entonces no sabía lo que era la gratitud pero, de haberlo sabido, podía haberla utilizado para sentirme bien de forma consciente y seguramente mejorar mi salud.
Esto vale para todo lo que hago para mi mismo y para los demás. Fijarme en ello y en mi propia gratitud acaba resultando en una mayor satisfacción por todo lo que recibo en mi día a día. Me fijo en lo privilegiado que soy y por todo lo que tengo y le doy las gracias a Dios y al Universo en que me muevo.
Por ello, poco a poco, he ido aprendiendo a fijarme en todo lo positivo que me reconozco. Me abro a estar agradecido por mis relaciones con mi mujer, por la práctica de concienciación de mi mismo, por lo que me río a lo largo del día, por la práctica de yoga, por toda la música que escucho, por mi capacidad de hablar español con amigos y familiares, por disfrutar juntos de una buena comida.
Hay distintas formas de celebrar la gratitud. A veces escribo lo que me pasa, lo repito a alta voz y así me lo recuerdo a mí mísmo .
En cada día puedo pensar en cientos de razones distintas por las cuales estar agradecido;
Hablar con mis queridos nietos, disfrutar de mi bici bajando una cuesta, el hecho mismo de tener una bici, lo magnifica que es mi hija y su gran carcajada cuando le cuento un chiste, mi práctica de natación, mi gato, mi perro y cada día le añado más razones para estar agradecido.
Alguien decía que decir gracias es más que buenas maneras, es buena espiritualidad. La gratitud es un arte de pintar la diversidad como un bella pintura; pinto el sol como lo vivo y lo he vivido, por su gran belleza en el horizonte. Doy las gracias por cualquier minuto de luz, por el descanso, por la salud, por el amor para los amigos y por el sin fin de cosas que me pasan y que me gustan.
Si quieres dar un cambio a tu vida, regálate gratitud. Va a cambiar tu perspectiva de cómo y quien eres y vas a sentirte cada día más afortunado y más agradecido con lo que haces con ello.
