Podíamos haber sido mejores esposos, padres y amigos y tampoco lo hemos hecho ya que no habíamos sabido cómo hacerlo. Los resultados de un trabajo de muchos años tampoco acaba de satisfacernos y ya ha llegado o se acerca el momento de la jubilación.
Entonces ya es hora de cambiar muchas cosas que no han funcionado en nuestra vida.
En realidad todo cambia en continuación y el momento en que descubrimos que hemos llegado a los 50 ó a los 60 ó más años sin estar suficientemente satisfechos, entonces es cuando necesitamos tomar consciencia de que lo que podemos hacer para dirigir los cambios rutinarios de nuestra vida hacia el disfrute y el sentirse bien.
A este punto, ya es hora de dejar de enfocar la atención en lo que pensamos haber hecho mal y que nos causa malestar y empezar a buscar lo que podemos hacer en adelante para sentirnos a gusto con nosotros mismos y con los demás.
Preguntémonos si efectivamente nos interesa ser felices y si nos contestamos que sí, que nos interesa y mucho, entonces, en lugar de pensar que va a ser muy difícil, enfoquemos nuestra atención en lo que podemos hacer para conseguirlo.
Al principio podemos hacer cosas sencillas y fáciles de llevar a cabo. Por ejemplo podemos empezar a buscar en nuestro entorno inmediato para ver lo positivo que se nos ofrece. La música que nos gusta, paisajes que vemos, ayuda que podemos dar a los demás, palabras positivas que podía utilizar en nuestra conversación, refuerzo y alabanzas que podemos dirigirnos a nosotros mismos y a más personas. Poco a poco podemos descubrir que hay un mundo de cosas placenteras entre que escoger a nuestro alrededor y podemos ponernos pequeños objetivos concretos para ir consiguiendo resultados ya. Ya profundizaremos sobre el tema.
Por ahora, démonos el permiso de reflexionar y empezar a hablarlo con nuestra pareja, amigos y con los propios hijos.
Esperamos y os agradecemos vuestros testimonios, comentarios y sugerencias…