Si nos descubrimos cuando pensamos en negativo parémonos y cambiemos la frase a positivo. Algo así como pasar desde “no se pintar” a “puedo aprender a pintar”.
Este ejercicio, con la práctica se transforma en automático y ya lo iremos haciendo en todas las ocasiones.
Hemos de tener en cuenta que en del sistema educativo se nos ha acostumbrado a fijarnos en lo negativo y tenemos que empezar a cambiar esta dinámica.
Cuando detectamos que algo nos limita en nuestro desarrollo personal podemos cambiar el enfoque del mensaje que nos enviamos a nosotros mismos de negativo a positivo. Así en lugar de decirnos “no sé bailar”, “no sé pintar”, etc, cambiamos y nos decimos que podemos, que estamos capacitados para aprender a hacerlo, que tenemos la posibilidad si nos motivamos, si nos interesa hacerlo y que lo vamos hacer.
Necesitamos aprender a utilizar al respecto fórmulas para el cambio de hábitos, como las afirmaciones, los refuerzos, los contextos, el inventario, etc, que hemos visto en las páginas anteriores, para ir poco a poco desactivando los hábitos que no nos sirven y que nos impiden comunicarnos con nosotros mismos desde la perspectiva de la persona con autoestima y en aprendizaje y crecimiento continuos.