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Cabecera El Jubilado Feliz

Sólo para mayores de 50 años

Resumimos y comentamos algunas de esas sugerencias que más nos llamaron la atención:


La felicidad no es un accidente. Se puede aumentar si uno toma conciencia de lo que está haciendo y de lo que está dejando de hacer, y asume el compromiso de cambiar lo que no le gusta.

* Hay que intentar siempre hacer cosas nuevas. Las personas que viven en la rutina son 26 por ciento menos optimistas sobre su futuro cuando se les compara con quienes están constantemente haciendo pequeñas o grandes innovaciones en su vida.

* Disfrute las muchas cosas bellas que hay a su alrededor: un amanecer, una flor, una obra de arte, una pieza musical, una buena jugada en el fútbol, la sonrisa de un extraño, la ternura de un bebé ó el regreso a casa, son apenas unos pocos ejemplos de las muchas cosas maravillosas que a diario suceden y que no gozamos a plenitud.

Nunca se jubile de la vida. Las personas que poco o nada hacen sufren de depresión y otras enfermedades en mucho mayor proporción que los que viven su vida activamente. Mantener la mente y el cuerpo en acción es la mejor manera de conservar un espíritu joven.

Exprese su propia personalidad. Haga lo que haga, después de los 50 años es necesario que lo haga con su propio estilo, con su propia voz, dejando siempre su huella personal en cada paso.

*El dinero no compra felicidad. Esta afirmación que parece no ser cierta en la primera mitad de la vida, se convierte en una realidad en la segunda parte. Porque las personas se dan cuenta que, prácticamente casi siempre, los momentos felices que van viviendo tienen poco que ver con el dinero.

*Mantenga sus temores a raya. Imaginarse problemas futuros, preocuparse más de la cuenta, vivir asustado, es la mejor manera de amargarse la vida. Hay que procurar mantener la mente despejada y fresca el alma.

*Los días por venir pueden ser mejores que los días del pasado. Cuanta más credibilidad tenga este planteamiento, mayor es la probabilidad de que este deseo se materialice. Porque hay múltiples evidencias que demuestran que mucho de lo que nos sucede es producto de la actitud que tengamos frente a la vida.

No se aísle, sea abierto, sea receptivo, involúcrese con mucha gente, interésese en sus vidas. Así descubrirá aficiones comunes, experiencias enriquecedoras y compañía en los momentos difíciles. Marginarse de la familia o de la sociedad es una forma de acelerar el envejecimiento del corazón.

*Hay que ver lo bueno, no sólo lo malo de las transiciones. Después de los 50 se presentan cambios duros de aceptar, pero en muchos casos esos cambios tienen un componente positivo -se abren puertas a nuevas posibilidades.

Disfrute la naturaleza. Salir al campo es muy saludable para el cuerpo, la mente, el espíritu y el corazón. Por esas cosas mágicas de la vida, la belleza de lo natural inspira, relaja y distrae.

*Fijese y reconozca que después de los 50 la vida en muchos frentes se descomplica. Es cierto que para algunas cosas ser joven trae sus ventajas, pero también es verdad que para muchas otras tener cierta edad implica alivio. El 60 por ciento de la gente mayor de 50 años afirma que siente menos estrés, menos ansiedad y más aprecio por la vida que cuando tenían 10 ó 20 años menos.

*Haga trabajo voluntario. Ayudarle a personas necesitadas no sólo es una noble causa, sino un gran remedio para tensiones propias. Quienes ayudan al prójimo que sufre registran 72 por ciento más de satisfacción con la vida, que quienes no lo hacen.

Nunca se rinda. Sea lo que sea, pase lo que pase, simplemente nunca se rinda.

*En la medida de lo posible camine, no use el coche. Estudios demuestran que las personas que se desplazan a pie tienen menores niveles de estrés que los que recorren trayectos similares en vehículos. La medicina preventiva prescribe que se ande una u dos horas cada día.

* Comparta lo que sabe. En la primera mitad de la vida se acumulan abundantes y valiosos conocimientos. Compartir con otra persona lo que se ha aprendido es una forma de contribuir a su mejor futuro. Y es una manera de aumentar la autoestima y la sensación de haber vivido una vida interesante.

*No se guarde sus problemas. Contarles sus dificultades a amigos y familiares, sin convertirse en una carga, es una fórmula efectiva para aliviar presiones nocivas. Los adultos jóvenes, por orgullo, se tragan sus preocupaciones, lo cual produce una gran indigestión emocional.

Convierta su hogar en un paraíso. Haga todo lo posible porque su casa sea un sitio ideal: espacio para el descanso, el entretenimiento, una buena convivencia  familiar, fuente de tranquilidad, lugar para desarrollar sus pasatiempos, un remanso de paz. Esto le ayudará a aliviar más fácilmente las hostilidades del mundo externo.

Perdone. Pensamos que perdonar es algo que hacemos a favor de quienes nos ofenden, pero en realidad el principal beneficiario del perdón es quien lo da, porque descarga su rabia y su dolor. Perdonar no es un signo de debilidad sino de fortaleza. Ensaye a perdonar y verá cuánto gana.

*Asegúrese de que sus alegrías sean más ruidosas y más frecuentes que sus irritaciones.

*Vaya más allá de los formalismos. A partir de cierta edad, para realmente aprovechar las relaciones interpersonales hay que olvidarse de los títulos, de las cuentas bancarias y de los apellidos ilustres, para concentrarse en la esencia de los seres humanos. Así es que se descubren las verdaderas joyas que son las que en realidad alegran la vida.

* Haga ejercicio. Practicar ejercicios al menos media hora diaria es fundamental para conservar no sólo la buena salud física sino la mental y la emocional. Investigaciones comprueban que el principal beneficio del deporte frecuente es de naturaleza psicológica, más que física. Es además, una manera eficaz de despejar los nubarrones y las telarañas que se posan sobre las cabezas sedentarias.

*Tenga amigos muy cercanos. La gente que tiene buenos amigos logra niveles de satisfacción con su vida 19 por ciento superiores al que tienen los “llaneros solitarios”. Y son 23 por ciento más optimistas.

Vuélvase un niño. En lo posible, y sin exagerar, trate de mantener sanas actitudes infantiles: curiosidad, vitalidad, capacidad de reírse con facilidad, gusto por los juegos, sinceridad y un sentido de simplicidad.

*Escuche música que le gusta, todo lo que pueda. La música produce espléndidos efectos positivos en todas las dimensiones del ser humano. Para trabajar, para leer, para cenar, para cantar, para estudiar, para soñar, etc., la música es una compañía perfecta. Cuando pueda baile consigo mismo, dejándose llevar por la música. No hace falta pareja para bailar, simplemente el deseo de hacerlo.

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