Si algún cantante o grupo musical ha estado presente en nuestros guateques de juventud con preferencia sobre todos los demás, han sido, sin duda, Los Cinco Latinos. Decir 5 Latinos lleva implícito referirse a Estela Raval y viceversa. Ellos llenaron nuestras tardes de domingos con sus canciones: alegres y rítmicas unas, sentimentales otras. Baladas, rock, boleros, tangos… Siempre en español, lo que era una ventaja a la hora de comprender las letras, ya que el inglés no era por entonces nuestro fuerte. Para muchos continúa siendo nuestra asignatura pendiente; menos mal que, en lo musical, contamos con Los 5 Latinos, aunque desde hace unos días se hayan reducido a 4, tras fallecer la propietaria de su voz solista, Estela Raval a la que siempre recordaremos.
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Más de 50 años ha permanecido unido el grupo –sólo con ligeras alteraciones–y sus grabaciones en primera fila de muchos escaparates neoyorquinos de discos. Estela, la protagonista indiscutible del grupo, con la voz prácticamente tan fresca como en sus comienzos, había superado los 80 años, ya que vino al mundo el 19 de mayo de 1929, en Ciudadela, Argentina.
Probablemente aquella hija de emigrantes italianos, Palma Nicolina Ravallo, nunca pensó, al iniciarse profesionalmente con tan sólo 12 años, en alcanzar semejante fama ni tan duradera. Ni siquiera cuando en 1955 fue considerada la mejor cantante de jazz actuando en la orquesta de Raúl Fortunato. Porque Estela Raval, en sus aspiraciones a vivir de su voz, se acercó a varios estilos en los que no faltaron el jazz, los temas del folklore argentino, los propios como cantante de distintas orquestas de atracción, o los escogidos cuando formó parte del grupo femenino Las Alondras. Tampoco estuvo decidido el estilo en los primeros tiempos de Los cinco Latinos.
Tras contraer matrimonio con otro músico, el trompetista Ricardo Romero, surgió el proyecto de constituir un grupo y de esta idea y la captación de tres músicos más, nacieron Los Cinco Latinos. En principio sin un concepto definido de sonido aunque no tardaron en encontrarlo; se lo proporcionaron Los Platters, famosos ya, en quienes se inspiraron. Con el grupo formado y contando siempre con la voz solista de Estela Raval, al contrario de los Platters que se repartían el protagonismo según las características de cada canción, realizaron su primera grabación en la que incluyeron el gran éxito del grupo americano: “Only you” que ellos, fieles a su idioma, grabaron en español acompañados por la orquesta de Waldo de los Ríos tan vinculado posteriormente a la música española: “Sólo tú”. Estela ponía la voz y Ricardo, su marido, Mariano Crisiglione, Carlos Antinori y Héctor Buonsanti, además de ejercer como músicos sobre distintos instrumentos, se encargaban del “tu, tu, tuaaaa” con el que conseguían tan estupendas armonías.
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Su estilo no tardó en popularizarse por toda Latinoamérica y Estados Unidos, alcanzando la popularidad a Europa y desde luego a España a donde llegaron en su primera visita (después serían numerosas) en 1960. Desde entonces un sin parar, aunque con un paréntesis en 1969 en que decidieron separarse para Estela y su marido proseguir la carrera independientemente. Sin gran convencimiento como se demostró en las lágrimas que Estela derramó en la función en que anunciaron su disolución en el lujoso Hotel Hermitage de Mar del Plata. No pudo contener la emoción y apenas pudo cantar “Tú eres mi destino” ahogada en sollozos.
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Afortunadamente no hay mal que cien años dure. Estela siguió triunfando, aunque no con la misma fuerza. Otro tanto respecto a sus compañeros. Pero para algo más que hacer millonarios a 22 señores vestidos con pantalón corto dando patadas a un balón había de servir el fútbol. En la Copa Mundial de 1982, disputada en España, a sus organizadores se les ocurrió invitar a Los Cinco Latinos y estos accedieron aunque variando ligeramente la forma de su presentación; serían Estela Raval y los Cinco Latinos. Otra vez juntos (con excepción de Héctor Buonsanti que fue reemplazado por Augusto Granatta) y de nuevo el reconocimiento del público, de los críticos y de los empresarios. Y de nuevo, también, en el Florida Park donde actuaron por primera vez en su debut en España. Con la voz de Stela y los coros de sus compañeros con el inconfundible tu, tuaaaa
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La figura de Estela Raval fue todo un símbolo y referente para sus propios compañeros de profesión de quienes recibió constantes elogios, algo tan difícil en los ambientes artísticos. Libertad Lamarque no tuvo inconveniente en señalar que nunca aceptó cantar con ella, a pesar de las proposiciones: “Yo no puedo cantar en el mismo show donde actúa Estela Raval, porque perdería en la comparación”. Otros colegas han resaltado sus virtudes como ser humano, pero sin olvidar en ningún momento el aspecto profesional destacando que “nunca ha estado afónica y cuando lo ha estado su profesionalidad ha superado la enfermedad, como la ocasión en que actuó en plena crisis de un cólico renal y el público no apreció nada”. Nunca negó un autógrafo ni una sonrisa, al revés que tantos recién llegados al mundo del espectáculo que escapan del público que les reclama y paga por ver sus actuaciones. A él es a quien se deben, cosa que muchos no han comprendido. También es verdad que duran un disco o dos y… desaparecen. La profesionalidad es imprescindible para que el público acepte al artista y le quiera. Los Cinco Latinos siempre disfrutaron de ese cariño popular y como se comprueba de su trayectoria siempre se mantuvo la comunión entre el grupo y el público. Casi igual que más de medio siglo atrás, cuando en los bares aplicábamos nuestros pequeños ahorros a hacer sonar las máquinas tocadiscos, el jukebox, para escuchar a nuestros cantantes favoritos entre los que se encontraban Los Cinco Latinos, que también pusieron música a este artefacto musical. Una especie de tocadiscos en plan gigante que sonaba si se le alimentaba de monedas de uso corriente.
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Según se destaca en los datos documentales, el mayor éxito de Los Cinco Latinos ha sido “Balada triste de trompeta”. Personalmente no es la que más me agrada pero las evidencias son las evidencias. Puede que exista una razón y es que poco después de su estreno el grupo actuó en el show de Ed Sullivan lo que supone (o suponía) un considerable impulso para cualquier carrera artística. Por tanto, es uno de los temas que nunca faltaron en sus actuaciones y desde luego en algunos momentos requiere una capacidad de voz que otras canciones de su repertorio no exigían. Escuchándolo se puede comprobar.
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A diferencia de tantos otros intérpretes que apenas alcanzan a popularizar dos o tres títulos, Los Cinco Latinos llevaron al conocimiento popular todos los que grabaron, por la cara A del disco, por la B y porque no tenían cuatro caras o más, como ocurre con los políticos. Y además, las canciones se siguen escuchando, las conocemos nosotros además de las generaciones que nos han sucedido y el grupo musical siguió al pie del cañón hasta, prácticamente, el último momento de su voz protagonista, como lo demostraron esas actuaciones estelares anunciadas hasta hace menos de un año en Buenos Aires y en toda Latinoamérica. El conjunto, sobre todo Estela, precisaban de la adrenalina que el escenario proporciona y la edad que han ido cumpliendo no supuso obstáculo para mantenerse en activo ya que, por otra parte, Estela no se resintió ni en lo físico ni en lo mental para el ejercicio de su profesión, aunque desde hace una década tenía diagnosticado un cáncer de mama. Es por lo que se mantuvieron tanto tiempo y como decía Luis Aguilé de ellos “no es que lo hicieran bien, es que lo hacen bien”. No fueron nunca un grupo pasado de moda. Cualquiera de sus títulos es válido como ejemplo de presencia en el tiempo y aunque la actualidad no se presta al tabaquismo todavía existen momentos en que el humo ciega nuestros ojos.
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Con canciones así no es extraño que todos los domingos, en el guateque de turno, surgieran tantas parejas de enamorados. Aunque el enamoramiento sólo durara una semana. Los temas que conforman el amplio repertorio de Los Cinco Latinos son de ayer, son de hoy y serán de siempre porque a Los Cinco Latinos, musicalmente, aún no les ha llegado la hora del crepúsculo. Lo que pasa en sus vidas es que Estela ha optado por el descanso; el eterno.
