A cualquier joven que hoy se le pregunte si sabe quién es José Guardiola, de inmediato se referirá al entrenador del equipo de fútbol Barcelona. Si la pregunta se le hace a alguien de cierta edad aficionado al cine o la televisión pensará, además de en el citado mister futbolístico, en el actor del mismo nombre (fallecido en 1988) participante en varias películas y programas televisivos de adaptaciones teatrales o noveladas, pero, sobre todo, doblador de voz de actores tan significados como Richard Widmark, Humphrey Bogart, Anthony Quinn, John Wayne o Robert Mitchum en la pantalla grande así como otros varios en diversas series televisivas como “Los hombres de Harrelson”. Existe un tercer José Guardiola que en determinado momento fue el gran ídolo de la música ligera en España. También en Latinoamérica. Este José Guardiola, Pepe Guardiola, constituye todo un recuerdo para quienes andamos por la tercera juventud, ya que su voz y sus canciones ocuparon un alto porcentaje de nuestros güateques, al ser muchas sus grabaciones discográficas. Las nuevas generaciones apenas saben de él, aunque sí de sus canciones prácticamente estandarizadas todas ellas. Para nosotros, quienes precedemos en el tiempo, hoy, más que nunca, acude el recuerdo de su voz y de los temas que tantas veces le escuchamos con “las manos en la cintura” de algún rápido amor de tarde dominical, y de su permanente sonrisa y personalidad llena de simpatía. Cantó todo lo habido y por haber, versionó todos los temas que triunfaban internacionalmente y lo hacía inmediatamente de que aquellos lograran imponerse entre el público español que, además, carecía todavía de tocadiscos de manera masiva. De ahí el gran milagro de Guardiola al lograr considerables cifras de ventas, por encima casi siempre que las correspondientes a las versiones originales con las que competía en audiciones radiofónicas. Con él, junto al Dúo Dinámico, comenzó en nuestro país el fenómeno de los fans y sus clubs, sobre todo en Cataluña de donde procedían tanto el dúo como el solista que, desde el primer momento convenció al público con sus grabaciones. La primera, tras un rodaje de varios años actuando en directo con varias orquestas, entre ellas la formada por él en 1956, fue la versión que hizo de “Yo soy americano”.
http://www.youtube.com/watch?v=yNPcuBVvFDY
El público admiraba en José Guardiola su voz grave y profunda prestada a títulos ya conocidos en voces de otros famosos, pero el impacto aún era mayor entre gran parte del público femenino sobre el que alcanzaba un considerable éxito. Las mujeres elogiaban su voz “tan varonil”, pero es que a esta predilección un buen número de admiradoras añadían la presencia física del cantante muy acorde con la moda del momento a base de una pulcra apariencia, un cuidado peinado y un recortado bigote. Aspectos, al parecer, muy eficaces a la hora de captar la atención del sexo contrario. Por lo menos en aquellos años 50 y 60 que fueron en los que el cantante catalán alcanzó mas elevadas cotas de popularidad; sobre todo después del gran impacto que fue su versión de “16 toneladas”, el antiguo tema que Tennessee Ernie Ford convirtió en gran éxito y posteriormente fue recogido por tantos cantantes, entre ellos el propio Elvis que la incluía en sus actuaciones aunque nunca la grabó.
http://www.youtube.com/watch?v=M1WD2o4sL3s
La afición de José Guardiola por la música se manifestó desde pequeño y en ningún momento encontró oposición de ningún tipo en su casa, como tantas veces ocurre en los casos de vocaciones tempranas. Aunque su padre pretendía que, en su momento, le relevara en el taller de peletería, lo cierto es que siguiendo las recomendaciones del párroco del barrio, que detectó en el niño aptitudes musicales, y atendiendo los deseos de su hijo, le matriculó en el Conservatorio de Música donde se instruyó en violín, saxofón y canto, lo que más adelante le sirvió poder trabajar en diferentes orquestas donde, en ocasiones, intervino como vocalista. Lo suyo, por entonces, era el saxo y el primero que adquirió le costó 8000 pesetas, que el jefe de su padre le adelantó efectuando sobre su sueldo los correspondientes descuentos para amortizar el préstamo. Con él, con el saxofón, se incorporó a distintas agrupaciones musicales que le llevaron a actuar, además de en su Barcelona natal, en gran parte de Europa y Oriente Medio. Considerándose introducido en la profesión de músico y confiando en su valía para lograr los ingresos necesarios para vivir dos personas optó, en 1954, por el matrimonio y en esa nueva situación alcanzó a finalizar sus estudios instrumentales que obtuvieron la nota de sobresaliente en el caso del saxofón. Con él y con su voz formó su propia orquesta con la que tantas actuaciones hizo en la sala de fiestas Bikini todavía existente y de más aceptación en la Ciudad Condal ya que presume de que todo barcelonés ha ido a bailar alguna vez a ella. Tras su fichaje por el sello Regal comenzó la interminable lista de grabaciones y el descubrimiento de las versiones. Canción que triunfaba en cualquier parte del mundo, canción que José Guardiola traducía al español y grababa. No tenía que ser de un artista con una voz parecida, como pudo ser el caso de “16 toneladas”; daba lo mismo que fuera de una voz más aguda o más grave, de un hombre o de una mujer. El caso es que fuera un tema conocido y él se encargaba de remachar aún más la popularidad del tema. Ocurrió con todo el repertorio italiano del momento, con los éxitos de San Remo o de Eurovisión, incluso de temas orquestales como en el caso de “Pequeña flor” que había popularizado el clarinetista de jazz Sydney Bechet y que también cantaron Los 5 latinos.
http://www.youtube.com/watch?v=AmrqQ9QkZ9A
La lista de grabaciones convertidas en éxito sería interminable:”Volare”, “Come prima”, “Un telegrama”, “Ëxodo”, “Un tango italiano”, “Cuando, cuando, cuando”, “Tu beso es como un rock”, “Mustafá”, “Nuestro concierto”, “Sapore di sale”, “Extraños en la noche”, Guantanamera”, “Concierto de Aranjuez”, “Qué tiempo tan feliz”, “Estrella errante”, el “Cuore” de Rita Pavone, “Apache” de Los Shadows, “Et maintenant “ de Gilbert Becaud, “Los niños del Pireo” de Nana Mouskouri, “La novia” de Antonio Prieto, “Dio come ti amo” de Domenico Modugno y de Gigliola CInquetti, “He sabido que te amaba” de Nicola Di Bari, “Verde campiña” de los Brothers Four o, por no hacer eterna esta relación, “Mackie el Navaja”, el tema extraído de “La ópera de tres centavos” cuya letra pertenece a Bertold Brecha y que tantas versiones ha experimentado: Louis Armstrong, Bobby Darin, Frank Sinatra… y José Guardiola aportando, como en los demás casos, su propia personalidad.
http://www.youtube.com/watch?v=sIXLvyUT2-4&feature=related
Muy pocos títulos originales incorporó José Guardiola a su repertorio, tantas veces compartido con su contemporáneo y paisano Ramón Calduch con el que muchos trataban de buscar parecidos artísticos, pero de entre esos pocos títulos estrenados por él está con el que participó en el Festival de Eurovisión de 1963, “Algo prodigioso”, aunque no tan prodigioso como para ganar dado que sólo alcanzó el decimosegundo puesto.
http://www.youtube.com/watch?v=jI1JVLZUgFU&feature=results_video&playnext=1&list=PL2BBA92AE30F1981F
Otro título original estuvo compuesto por él y entonado por miles de gargantas en la tarde de los domingos. Se trata del himno del equipo de fútbol Español del que el cantante siempre fue forofo y que tituló “Somos españolistas” sin ningún complejo ante el otro gran equipo barcelonés, hoy a cargo de quien ostenta mismo nombre y apellido que el cantante.
http://www.youtube.com/watch?v=t8PSAbWHlRU
Todavía hay otro título si no original, poco difundido del que este año se cumplen 50 desde su grabación, lo que nos lleva a la conclusión de que quien acompaña a Guardiola en la grabación, su hija Rosa Mary, ya ha superado el mismo siglo de edad aunque en nuestra memoria la recordemos con 50 años menos. Se trata de “Di, papá”.
http://www.youtube.com/watch?v=wFZlJPvLbj0&feature=fvwrel
La evolución musical iniciada en los años 70 afecto al estilo de José Guardiola que comenzó su descenso en cuanto a producción discográfica, aunque continuó con actuaciones en directo cada vez más escasas, lo que no supuso un apartamiento total de la profesión. Siguió cantando añadiendo, además, su faceta de músico de jazz con las que completaba sus actuaciones. Incluso en 1998 se reeditaron sus grandes éxitos con motivo de su 40 aniversario como profesional y en esta grabación participaron diferentes cantantes amigos. Diez años después, por lo tanto la celebración de sus 50 años de profesión, apareció en un programa de la televisión catalana interpretando parte de su extenso repertorio, tanto con la voz como con el saxo y en ningún momento abandonó, ya que la voz tampoco lo hizo, el cantar. La última actuación de la que existe documento sonoro y de imagen se produjo hace apenas un par de años con motivo de un homenaje. Cantó, con la misma suavidad de siempre, con la misma voz grave y afinada, con su presencia impecable, con el estilo suyo impuesto al estilo de otros… cantó “a su manera”. Fue su última actuación en público; desde hace unos días, desde el lunes, su voz ha quedado en silencio para el directo, quedan su multitud de grabaciones para recordar cómo sonaba la música de una época en que todos éramos más jóvenes y bailábamos los domingos por la tarde.
