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Cabecera Me Viene A La Memoria

TIEMPO DE BOLERO

Nuestra infancia, la de quienes componemos la mayoría del colectivo “Mayormente”, ha transcurrido con el sonido de la copla y el de los boleros como música de fondo en nuestros receptores de radio caseros o a través de “radio patio”, cuyas ondas trasladaban sin compasión cualquier sonido de vecindad al interior de la casa, por el resquicio más pequeño de un ventanal abierto. Concha Piquer, Juana Reina o Antonio Machín eran como de la familia; dejándose oír a todas horas. Por lo menos sus voces, que éramos capaces de distinguir entre docenas que escucháramos simultáneamente. Incluso, de faltar la versión original, la voluntariosa de la vecina del tercero, tan aficionada ella a los gorgoritos y aspirante a dejar sin trabajo a la mismísima Lola Flores. Hoy, desde la perspectiva del tiempo transcurrido, aquellas voces y aquellas canciones aún permanecen en nuestro recuerdo y su sabor a tiempo pretérito nos viene con frecuencia a la memoria. Más todavía, cuando algún suceso impulsa el recordatorio como pueda ser el disco que un grupo actual, como es Café Quijano, acaba de sacar al mercado con el título de “Orígenes, el bolero” o el grabado por la joven Tamara y el veterano Moncho, igualmente dedicado a este género musical o el reciente paso a la otra vida de Carlos Eleta, autor de uno de los temas más reconocido en el mundo del bolero como es la “Historia de un amor”.


http://www.youtube.com/watch?v=3gHT-bWr5sE 


Los tres momentos mencionados anteriormente son causa de que mi mente se llene de bolero y me transporte a momentos de infancia en que comenzó una relación que se mantiene viva. Estoy seguro, además, que no soy el único a quien el bolero emociona, se introduce y cala en los sentimientos tanto allá, en el otro lado del Atlántico, como en éste a poco que se goce de sensibilidad.


Por aquellas tierras hermanas, donde se da como norma musical la melodía y donde la cadencia es argumento de comportamiento vital, lo mismo que el sentido del ritmo, nació el bolero inspirado en formas musicales llegadas desde la España colonizadora. La conclusión es sencilla si observamos las características que rodean una creación bolerística, tan parecidas a las que puedan darse en otra de carácter gitano español: guitarras y percusión sobre cajas de madera. Con esta instrumentación se inicia el bolero que, con alguna que otra referencia anterior, tiene su fecha de nacimiento en 1886 concediéndole la paternidad al cubano José (Pepe) Sánchez. Se titulaba y titula el considerado como primer bolero, “Tristezas” y nadie al escucharlo será capaz de atribuirle tan remota existencia.


http://www.youtube.com/watch?v=cyV8nI5QVxU


El género musical recién nacido no tardaría en implantarse complementada su música con letras básicamente dedicadas al amor o románticas en cualquier caso. En Cuba se produjo su principal desarrollo aunque, en general, lo hizo toda la América Latina, desde México a Argentina, llegando incluso a Brasil. La primera Guerra Mundial y el aislamiento cultural de la América Hispana hicieron posible ese desarrollo de forma lenta ya que no se daban motivos competenciales, por lo que el bolero arraigó en el sentimiento del pueblo y muy particularmente en la zona caribeña. Los avances tecnológicos, en concreto la radio y más tarde la grabación discográfica, contribuyeron a una total implantación popular a la vez que su presencia permanente en el tiempo.

Otra faceta en el éxito universal del bolero, fue la inesperada desaparición de Carlos Gardel en 1935 dejando un vacío en la música sureña del que el bolero supo aprovecharse para su propia expansión. Tríos de guitarras y voces y también solistas adoptaron el género del bolero; posteriormente los títulos más famosos  y los de nueva creación fueron incorporados al repertorio de las grandes orquestas tropicales, dominando el panorama musical hasta muy cerca de los años 70, pasando por el directo, las grabaciones discográficas, la radio, el cine y la televisión. Otros géneros, con ritmos totalmente distintos y contenidos literarios en nada parecidos, como pueden ser la balada pop y el rock and roll se impusieron entre la sociedad de países donde el bolero hacía furor hasta entonces.


A nadie resultaban desconocidos hace unos años, ni tampoco ahora, títulos como “Mujer”, “Noche de ronda”, “Solamente una vez”, “Amor de mis amores”, “Piensa en mí” o “Farolito”, de entre una larga lista de éxitos debidos a Agustín Lara


http://www.youtube.com/watch?v=jo_edUrXJzo 


Otro tanto puede decirse de los temas que Rafael Hernández compuso, entre los que “Capullito de Alelí” alcanzó mayor impacto internacional.


http://www.youtube.com/watch?v=2PVzISp_NeI


Ernesto Lecuona, el number one de la música cubana dejó para la posteridad multitud de boleros, algunos incluidos en obras teatrales como la célebre “María la O”. “Siboney” es hoy en día uno de los títulos más versionados tanto vocal como instrumentalmente.


http://www.youtube.com/watch?v=83EMKm_5s8M


Cubano, también, como Lecuona, Miguel Matamoros popularizó una gran número de títulos entre los que cabe destacar el bolero por muchas opiniones considerado como el mejor de toda la historia de este género musical, algo que sin duda queda corroborado a juzgar por la infinidad de versiones que de él se han hecho: “Lágrimas negras”.


http://www.youtube.com/watch?v=Zymg0tid-V8


Uno de los máximos exponentes del romanticismo en el bolero es la mexicana María Grever quien para su “Júrame” han puesto su voz infinidad de intérpretes, pero sobre todo quién la proporcionó mayor popularidad, José Mojica, en su etapa de cantante, antes de abrazar la vida monacal vistiendo el hábito franciscano.


http://www.youtube.com/watch?v=bd9ud3JVLSQ 


El bolero, aunque sin el delirio que supuso en su momento de oro, no ha dejado de seguir en su trayectoria creativa con nuevos autores que han concedido su inspiración a este género. Es el caso de, entre otros varios, Armando Manzanero, uno de los más prolíficos autores, a la vez que intérprete de sus propias creaciones. Entre ellas “Esta tarde vi llover”, “Adoro” o “Somos novios, todas auténticos records de ventas.


http://www.youtube.com/watch?v=ClU-0tPHXIY 


La lista de boleros universales es interminable. Sólo con detenerse un momento a recordar, me vienen a la memoria títulos como “Contigo en la distancia”, “Bésame mucho”, “Amor, amor, amor”, “El relojÇ”, “La barca”, “Toda una vida”, “Quizás, quizás, quizás”, “Acércate más”, “Tres palabras”, “Frenesí”, “Perfidia”, “Sabor a mí”, “Quiéreme mucho” y un largo, largísimo etcétera.


http://www.youtube.com/watch?v=_ctjH5aGCCc


Si interminable es la relación de autores, no más reducida es la de intérpretes. A los de habla hispana como Celia Cruz o el veterano Lucho Gatica y de los que en la actualidad destaca con sus particulares versiones Luis Miguel, sin olvidar, por ejemplo, al mismísimo Plácido Domingo o Ainhoa Arteta, hay que añadir los que en otras lenguas han cantado boleros. Así tenemos al celebérrimo Frank Sinatra, a Pavarotti, Louis Armstrong, Linda Ronstadt, Gigliola Cinquetti, Nat King Cole… o las orquestas de Glenn Miller, Xavier Cugat, Pérez Prado, Mantovani, Ray Conniff…


http://www.youtube.com/watch?v=xrjNYKYFu3M


No obstante, si hay unos intérpretes que se han entregado por completo al bolero a lo largo de su extensa carrera artística, han popularizado infinidad de títulos o los han reafirmado en el conocimiento popular, son, sin duda alguna, Los Panchos. Raro es el título del amplio repertorio de boleros que no ha pasado por las guitarras y voces de este conjunto por el que, desde su creación allá por los 40, han desfilado un buen número de voces que se han ido sustituyendo sucesivamente, aunque sin perder el sonido y el estilo que han caracterizado al trío y han dado personalidad universal. Algo que les ha llevado a ser reconocidos tanto en sus actuaciones cara al público como en su amplia discografía que, en muchos casos ha contado con la colaboración de grandes famosos de la canción.


http://www.youtube.com/watch?v=3zT2mAiXn_s  


Se podrían escribir, como así se ha hecho, infinidad de páginas para hablar del bolero, del sentimiento que encierra y de sus razones para existir que tratándose de amor tienen carácter de eternidad. Es poesía con música, algo de imposible desaparición. No es cuestión de edades ni de épocas pretéritas, presentes ni futuras; es cuestión de sensibilidad.

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