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Cabecera Me Viene A La Memoria

SONRISAS Y LÁGRIMAS

Por lógica, todos los espectáculos teatrales o cinematográficos donde la música constituya un elemento esencial en la configuración del mismo, deberían llamarse “musicales”. Sin embargo, a las zarzuelas se las conoce como tales, con ese nombre con el que queda todo dicho acerca de su formato; todo el mundo identifica el nombre con las características que el espectáculo conlleva, similar en todos los de su género. Otro tanto puede decirse de las óperas, de las operetas, de las comedias musicales y de las revistas. Todo el mundo conoce las características de estos géneros musicales ya sean manifestados desde un escenario o desde una sala de proyecciones cinematográfica. Hay, sin embargo, otro género que el día en que fue bautizado sus padres y padrinos no se complicaron la imaginación para elegir el nombre que lo definiera, y teniendo en cuenta que en él se daba la música como elemento principal, nada más fácil que llamarle “musical”. Con decir que determinado espectáculo es un “musical” todo el mundo lo entiende. Con las características que lo conforman son infinidad los títulos existentes, la mayoría de origen norteamericano y concebidos casi siempre para los escenarios, aunque muchos de ellos han sido trasladados a la pantalla. Bajo una misma denominación es fácil agrupar a “7 novias para 7 hermanos” con “Los miserables”. Son muchos los seguidores de este género, infinitamente más que los detractores, pero así y todo se da el caso de que a muchas personas les produce urticaria por lo edulcorados que son normalmente. Lo consideran demasiado sensiblero o simplemente no les gusta la música, o son diabéticos. Pero es una realidad –las evidencias no hay que negarlas– que existen y que por regla general proporcionan excelentes dividendos a sus productores


En España hubo una época en que al público no le interesaban este tipo de espectáculos; en la actualidad son multitud los títulos que se representan y que compiten entre sí simultáneamente en los escenarios madrileños. Uno de ellos el recientemente estrenado y que me ha sugerido el tema de hoy: “Sonrisas y lágrimas”, tomando el título que aquí se dio a la película “The sound of music” y que en ocasiones también es identificada como “La familia Trapp”. Como tal película, la musical, ya que sin música hay unas cuantas, la protagonizada por Julie Andrews está considerada como la más vista entre todas las que han sido producidas en un estudio de Hollywood, teniendo en cuenta su exhibición en cines y añadidas las veces que se ha programado en televisión así como la venta de vídeos, lasserdisc y DVDs. Solamente en venta de entradas ocupa el tercer lugar teniendo únicamente por delante “Lo que el viento se llevo” y “La guerra de las galaxias”.


No es la primera vez que esta obra, este “musical” que es como hemos quedado en que es su denominación, se presenta en Madrid, aunque es la primera que lo hace concebida como gran espectáculo y con gran profusión de medios técnicos y artísticos que es lo que, en un elevado tanto por ciento, garantizan la calidad de la representación. (La falta de ellos de forma habitual, aunque no generalizada para ser justos, es la causa de la falta de interés por la zarzuela donde, con frecuencia, lo más que se aporta es buena voluntad y afición). Recuerdo la versión de “Sonrisas y lágrimas” que se montó en el teatro Príncipe en cuyo reparto se incluía a Pastor Serrador, a María Jesús Aguirre, una de las componentes del Trio La la la y a la debutante Milagros Martín convertida hoy en una de auténtica figura de la lírica española en el apartado de zarzuela; seguramente la que mejor frasea los textos al cantarlos, lo que también la convierte en actriz. Pasó, la obra, sin pena ni gloria. Algo más de éxito alcanzó la anterior puesta en escena que se remonta a finales de los 60, apenas unos pocos años transcurridos desde su estreno cinematográfico en 1965. Fue en el teatro de la Zarzuela y la protagonizaron Alfredo Mayo y Elder Barber, que procedente de su Argentina natal tan pronto nos abandonó tras haberse instalado en nuestro país donde creó una familia en 1959 junto al también músico Manuel Moreno Buendía. Hoy apenas es recordada por unos cuantos nostálgicos de su voz dulce y melodiosa y totalmente desconocida para las nuevas generaciones, aunque alguno de sus temas todavía se dejan escuchar esporádicamente.


http://www.youtube.com/watch?v=tqs67xmxGKc&feature=related  


Tampoco esta versión de Barber-Mayo supuso un record de permanencia en el madrileño teatro de la Zarzuela, pero tuvo su pasar dentro del generalizado desinterés de entonces por los musicales. Otra cosa es si trasladamos la situación a los Estados Unidos de Norteamérica.


Oscar Hammerstein II, basándose en el libro de María von Trapp “La historia de los cantantes de la familia Trapp” concibió el argumento para llevar el citado libro a los escenarios. Quitó aquí y puso allá hasta que dio por terminada la obra que Richard Rodgers se encargó de musicalizar. No es el único trabajo de letrista y músico ya que a la colaboración de ambos corresponden títulos como “Oklahoma”, “Carrusel”, “South Pacific” o “El rey y yo”. “The sound of music” se estrenó en los escenarios de Broadway en 1959 donde supuso un auténtico éxito que llevó a pensar en su conversión cinematográfica. Ello ocurrió en 1965 tras una serie de inconvenientes surgidos en cuanto a la elección de director e intérpretes. Robert Wise fue en el primero que se pensó aunque éste, en un principio, no lo tuvo demasiado claro por lo que se desarrolló un itinerario entre otros nombres como William Wyler, Billy Wilder o Gene Nelly. Al final el proyecto volvió a manos de Wise (“West Side Story”, 1961) y la actriz designada Julie Andrews que ya había demostrado su buen hacer en el que fue su debut cinematográfico, “Mary Poppins” (1964), aunque también se pensó en Audrey Hepburn a la que ya se había visto caracterizada de monja en “Historia de una monja”, 1959, pero que rechazó el papel. Se rodó con un presupuesto no demasiado alto ya que apenas superaba los 8 millones de dólares, que al finalizar se convirtieron en algo más de 9 de los que 225.000 fueron para pagar a la protagonista, pero que en muy poco tiempo se vio amortizado el capital invertido con sugestivos beneficios añadidos para satisfacción de los productores. El director, que en todo momento defendió la participación de Julie Andrews, defendió igualmente la de Christopher Plummer para darle la réplica, rechazando a Dean Martin, así como a Eleanor Parker, un tanto olvidada, a la que impuso para interpretar el personaje de la baronesa frente a la idea de entregar el papel a Doris Day o Debbie Reynolds. Este quita y pon, estas inclinaciones por un nombre u otro en los repartos, según las preferencias de directores, productores e incluso parejas en las cabeceras de cartel, es algo frecuente.


http://www.youtube.com/watch?v=VMufOx8viD0&feature=related   


Los responsables de la película, a todos los niveles, desde el argumento hasta la música, pasando por la dirección y la interpretación, demostraron haber acertado en las preferencias del público a juzgar por el éxito obtenido. La ficción se impuso a la realidad en un alto porcentaje de las situaciones mostradas acerca de la famosa familia de cantantes que, cuando la película se estrenaba hacía ya 7 años que se había desecho como grupo musical tras su instalación en la estadounidense Vermont a donde llegaron, vía Italia, tras exiliarse de Salzburgo con la llegada al poder del nazismo. Lo hicieron por medio de transportes convencionales y no caminando a través de montañas como se sugiere en la película. Claro que así es más emotivo y cinematográfico. Algunos de los nietos y biznietos de la pareja Trapp se dedican actualmente a la música desde diversos estilos y su mansión en Vermont es albergue anual para la celebración del Vermont Mozart Festival.


http://www.youtube.com/watch?v=SjXalT4xxh4&feature=related


Superado ya el medio siglo desde su estreno teatral, “Sonrisas y lágrimas”, con la concepción de gran espectáculo, vuelve a los escenarios españoles con pretensiones de perdurabilidad. Para levarlo a cabo se ha requerido una inversión de 3 millones de euros conseguidos gracias a la unión de varios productores teatrales que han creído en el proyecto. Suerte para éste y para todos los musicales. Es, seguramente, la forma más atractiva para acudir a una sala teatral.


http://www.youtube.com/watch?v=qIHOJ2dq_UU

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