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Cabecera Me Viene A La Memoria

CON LA POLÍTICA HEMOS TOPADO

En varias ocasiones he hecho referencia en este blog a la zarzuela. Es un tema que constantemente surge en mi memoria, que es la que da pie a estos escritos, ya que su música es algo ligado a ella por ser la que ha estado presente sobre todo en mi infancia, como supongo será el caso de un gran número de los lectores, por razones de edad sobre todo, ya que desde la radio o desde el ambiente familiar su sonido se ha ido instalando en nuestra cabeza, en nuestro conocimiento y en la sensibilidad artística que en mayor o menor grado nos acompañe. En casa oíamos canturrear temas de zarzuela; de zarzuela eran la mayoría de espectáculos a que nos llevaron de pequeños y de zarzuela se componían muchos de los momentos musicales que nos llegaban desde las ondas radiofónicas (además de coplas), lo que nos llevó a ser amantes de este género de indudable calidad a la vez que netamente español. Incluso, gracias al esfuerzo de muchos profesionales de la música, con proyección internacional.


De todos es sabida la difusión ejercida por –pongamos sólo un ejemplo– Plácido Domingo para llevar esta música por todo el mundo. O Montserrat Caballé, Ainoa Arteta, José Carreras, etc. Es agradable y sorprendente observar de vez en cuando, cómo un buen número de artistas, ya sean cantantes, instrumentistas o directores, incluyen en sus actuaciones de conciertos dentro y fuera de España fragmentos de zarzuela, cuando no es incluso todo el programa dedicado a ella; cómo se programan distintos títulos en las temporadas líricas y cómo determinados nombres de prestigio que creíamos apartados de los escenarios debido a la edad, continúan su labor difusora asesorando desde distintos organismos o desde su actividad didáctica. Pedro Lavirgen, por ejemplo, me enteré hace poco por una amiga, que imparte clases de canto, cosa que puede hacer perfectamente dada su categoría artística que es lógico transmita a quienes le suceden. Yo le creía totalmente apartado del mundo de la lírica. Como él otros varios. Entre ellos Isabel Penagos, Teresa Berganza o Ana María Iriarte, cuyo nombre me viene a la memoria por la cantidad de veces que la he visto sobre un escenario interpretando diferentes personajes, así como por la cantidad de grabaciones en que la he escuchado, muchas de ellas bajo la batuta de otro enamorado de la zarzuela como Ataulfo Argenta. Igual que yo, muchos aficionados, y desde luego todos los de Madrid, la recordarán en el papel de la “Beltrana” de “Doña Francisquita” que José Tamayo eligió para celebrar el centenario y reabrir el teatro de la Zarzuela tras un largo periodo de tiempo en que permaneció cerrado por obras. De ello ya se ha superado el medio siglo. Con la popular mezzosoprano compusieron el reparto Inés Rivadeneyra (en el mismo papel, dada la alternancia de voces que normalmente exige el mundo de la zarzuela y la ópera), además de Ana María Olaria y Lina Huarte que se alternaban en la Francisquita, junto a Alfredo Kraus y Carlos Murguía, que lo hacían en el papel de Fernando. Todas y todos figuras más que reconocidas en el mundo de la lírica. El éxito de aquella producción todavía se mantiene en el recuerdo de los aficionados, a pesar de las muchas veces que en el mismo escenario, y en otros, se ha representado la obra de Vives. Porque la zarzuela, aunque en un elevado porcentaje de casos repitiendo los títulos más populares, sigue satisfaciendo a una afición más que considerable, en la que no faltan las nuevas generaciones que se incorporan al seguimiento de una música netamente española. Tan española que, precisamente, se concibió para crear un estilo propio que no nos hiciera tan dependientes de la ópera italiana. Eran los tiempos de Barbieri y Gaztambide. Me atrevo, incluso, a decir que la zarzuela está experimentando un ligero aumento en el interés colectivo si consideramos los montajes que surgen en diferentes escenarios y poblaciones. Siempre con éxito. La pena es que, normalmente, las producciones se realizan sobre un determinado número de títulos de éxito garantizado, prescindiendo de otros tan interesantes o más y desde luego, de estrenos. Pero algo es algo y eso sí, por ser temas conocidos, todo el mundo los puede valorar y comparar.


No obstante, a pesar de la demanda del público y el esfuerzo de algún que otro promotor, se producen en ocasiones situaciones de desarraigo. Es el caso de la recientemente ocurrida, cuya noticia nos sirve hoy para hablar de zarzuela. De haber ocurrido todo conforme a lo previsto, en estos días se estaría celebrando el “II Concurso Internacional de Zarzuela Ana María Iriarte” con lo que tendríamos nuevas voces para la lírica. La famosa mezzosoprano concibió esta idea el año pasado, en que se celebró la primera edición, encomendando su organización a la Fundación que lleva su nombre y en la que se materializa “un deseo expreso de la artista de transmitir su amor y dedicación a la música, y con el objetivo de legar su experiencia personal y profesional en todos los aspectos posibles, a las jóvenes promesas del panorama artístico lírico español que quieran ser parte de esta enseñanza”, según reza en su ideario. Podemos comprobarlo en una de las zarzuelas más comprometidas para sus intérpretes, en este caso alternando el micrófono con Pilar Lorengar: “Las golondrinas” de Usandizaga.


http://www.youtube.com/watch?v=YXkD2wypTZ4


Entonces participaron 43 concursantes de 9 nacionalidades. Este año estaba previsto que se celebrara la II edición en la que Gijón volvería a servir de escenario. Todo determinado y de acuerdo con las autoridades municipales de la capital asturiana: el presupuesto, el teatro, la orquesta, el amparo oficial del Ayuntamiento y la fecha, prevista entre el 8 y el 22 de este mes de octubre. Todo con su correspondiente documentación firmada en el mes de marzo, antes de las elecciones municipales. Ahí está la clave de la cuestión.


Sin embargo, no ha podido ser. Entre medias se ha cruzado la política. “Que si vosotros sois de aquellas ideas”, “que os lo queréis llevar crudo”,“que eso no me lo dices en la calle”, “que tú más”… Entre todos la mataron y ella sola se murió. El concurso ha pasado a mejor vida con el consiguiente desprecio a un aspecto de la cultura que, seguro, el Ayuntamiento gijonés dirá defender, puesto que es lo que se dice en todos los ayuntamientos ya que eso da mucho lustre y distinción, pero que no lo ha demostrado. Desconozco la ideología de quienes componen la corporación municipal, que no sería difícil averiguar, pero es que no me importa ya que las tropelías tanto se promueven en un lado como en otro. Me importa el atentado a la cultura musical. Un atentado desde un municipio cuyo nombre ocupó en su momento un lugar destacado en el repertorio de títulos de zarzuela a pesar de contarse entre las de estreno más reciente, 1953: “El gaitero de Gijón”, que nada tiene que ver con el poema del mismo título, de Campoamor, escrito mucho antes.


http://www.youtube.com/watch?v=SVPtzkm1AQA


La Fundación Ana María Iriarte ha anunciado su intención de demandar al Ayuntamiento gijonés y a su concejal de cultura (en este caso hay que escribirlo con minúscula) por la suspensión unilateral y sin aviso del Concurso Internacional de Zarzuela. Tendrá razón quien la tenga, los tribunales decidirán (aunque según se aprecia a diario, tampoco ello quiera decir que ganará el afectado), pero lo cierto es que el Concurso no se ha celebrado, se ha negado una oportunidad para conocer nuevas voces y la zarzuela, que parece se atenta contra ella desde la oficialidad, ha sido una vez más la perjudicada. No tengo la menor idea de cuál de las dos partes tiene razón, pero hablando es como se entiende la gente y en este caso el diálogo ni se ha intentado. También estaba previsto organizar un “tren lírico” que discurriría entre Bilbao y Gijón en el que se escenificaría una zarzuela y que, con esta actitud, ha descarrilado. Cualquier actuación es buena para proteger y promocionar nuestro género lírico más popular al que, además, no se le puede negar la calidad musical. Algo que pertenece a la cultura y a la que desde los organismos públicos, sobre todo municipales, únicamente se atiende desde lo presupuestario. Sin la más mínima imaginación ni sensibilidad.


En compensación a este despropósito hemos tenido un gran concierto a cargo de otro de los defensores de la zarzuela, a pesar de su juventud y su reconocimiento internacional en el mundo de la ópera: el tenor José Bros que celebró los 20 años de su debut con un concierto en el teatro de la Zarzuela en el que primaron, como es lógico, fragmentos de varias de ellas como “El tambor de Granaderos”, “Los Gavilanes”, “La leyenda del beso”, “Doña Francisquita”, “La Revoltosa”. “La Dolorosa”, “La boda de Luis Alonso” o “El huésped del sevillano”, además de canciones de Agustín Lara, de José María Lacalle, de Carlos Gardel o de Antón García Abril.


La de Bros es una de esas voces con personalidad que sólo surgen de vez en cuando entre multitud de grandes voces. De las que se identifican cuando se le escucha sin haber oído su presentación, como ocurría con Kraus y Pavarotti y ocurre con Plácido Domingo, por sólo poner algún ejemplo, ya que es abundante el número de voces que se encuadra en este apartado de “reconocibles”. Ésa, justamente, es su preocupación: que se oiga su voz más que su nombre, por lo que, sin renunciar a ello, no se prodiga en el marketing y en la publicidad para centrarse en una superación diaria que ya ha alcanzado una técnica muy superior a la de otros cantantes cargados de una fama por encima de su calidad, sobre los que la prestigiosa soprano eslovaca Edita Gruberová ha señalado que Bros los “jubilará”.


http://www.youtube.com/watch?v=p7Zlr2gW4Lk&feature=fvsr


El tenor catalán piso por primera vez un escenario profesionalmente en 1991. Fue en Sabadell interviniendo en “Don Giovanni”. Desde entonces, su carrera ha sido una sucesión de éxitos en el mundo de la ópera, pero otro tanto le ha sucedido en nuestro género lírico ya que es uno de los nombres habituales en los repartos del teatro de la Zarzuela, un género que el cantante defiende a capa y espada como lo demuestra el que en cualquiera de sus conciertos siempre tenga un espacio para alguna romanza. Y siempre palabras de elogio para una música tan española. Precisamente, el próximo mes de diciembre hará “La tabernera del puerto” en Varsovia. Y como confirmación también, su reciente grabación discográfica dedicada íntegramente a la zarzuela, junto a su mujer, la también cantante María Gallego, que ha sido considerada por la crítica como “una de las mejores aportaciones al género de los últimos años”. José Bros sí cumplió con su compromiso para con la zarzuela, tal y como lo viene haciendo desde hace 20 años.


http://www.youtube.com/watch?v=UBTxeahTtgY   

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