El 50 cumpleaños, refiriéndose al tiempo transcurrido, es una cifra significativa: nada menos que medio siglo. Cincuenta años dan para mucho, en todos los aspectos. En el ser humano supone adquirir la edad de la plena madurez y haber alcanzado un alto nivel de experiencias vividas que, de alguna forma, le colocan más cerca de la sabiduría. O lo más parecido. Siempre, como es lógico, que se vaya por la vida con los ojos abiertos y los oídos sin obstrucciones, porque muchos pasan por su existencia como si de una maleta se tratar;: sin enterarse de nada. De nada se asombran al carecer de inquietud curiosa. Para ellos nada es nuevo, ni viejo. Es como si estuvieran apartados del mundo y no es, precisamente, una cuestión cultural, aunque influye. Lo mismo que el 50 –los 50– supone un hito en la vida de las personas, de la misma manera lo es para, yo qué sé, por ejemplo una casa: “ya tiene 50 años”, o una empresa que ha alcanzado el medio siglo, o un objeto decorativo que durante ese tiempo ha lucido en un determinado lugar del hogar… O una película que, a pesar de ese tiempo transcurrido, perdura en la memoria de quienes la vieron estrenar y su existencia ha pasado al conocimiento de las siguientes generaciones. En el año 1961, lo que quiere decir que hace 50 años, tienen su origen varios títulos que, por su calidad, o su impacto social, o su aspecto novedoso, por lo que fuera, se mantienen en un primer plano respecto al conocimiento cinematográfico. Podemos repasar algunas de ellas.
Por ejemplo “101 dálmatas”, una película de dibujos animados surgida en la factoría de Walt Disney. Fue tal su éxito que, posteriormente, se realizó una nueva versión con un grupo de actores encabezados por Glenn Close. La imagen de aquellos dálmatas dibujados no ha decaído en absoluto y cualquier niño de corta edad sabe identificarlos, al igual que la historia de la pareja “Pongo” y “Perdi”, padres de una camada de 15 cachorros que, la malvada Cruela de Vil, pretende capturar para confeccionarse un abrigo de piel.
No tuvo demasiado éxito de taquilla, si tenemos en cuenta la popularidad de su protagonista, aunque sí lo tuvo en cuanto a venta de discos con las canciones que Elvis cantaba en “Blue Hawai” hace 50 años. Fue la primera de las tres que rodó en Hawai y en ella se daban todos los topicazos que los productores consideraron que interesaban al público. En primer lugar el propio Elvis, interpretando (en Elvis, cualquier parecido con lo de interpretar es pura coincidencia) un personaje al que se mostraba recién salido del ejército. Además, playas hawaianas, tablas de surf, canciones, chicas, amigos, novia… y una madre preocupada por el porvenir laboral del cantante, Angela Lansbury, que a pesar del personaje sólo tenía 10 años más que “el rey”. Ella 36 y él 26. Las canciones, hoy en día, se siguen escuchando.
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Otro éxito cinematográfico de entonces que todavía perdura, superando la existencia de sus creadores es “Breakfast at Tiffany’s, que España fue “Desayuno con diamantes”, algo que debe resultar bastante indigesto. En ella, como siempre, estuvo deliciosa Audrey Hepburn que fue nominada para un Óscar que no consiguió, aunque si le fue concedido a la banda sonora y a la canción “Moon River”, compuestas ambas por Henry Mancini
http://www.youtube.com/watch?v=BOByH_iOn88
Aquel 1961 fue un año de éxitos. Uno de ellos recayó sobre una película adornada por un gran reparto a cuya cabeza se encontraban Gregory Peck, David Niven y Anthony Quinn, empeñados en destruir una fortaleza alemana del mar Egeo, donde están unos cañones que han hundido varios barcos de la fuerza aliada. La película todavía constituye un atractivo para el público cada vez que alguna cadena de televisión la incluye en su programación.
Otro tanto puede decirse de “El Cid”, tan vigente hoy como hace 50 años, aunque en las pantallas de cine entonces y en las de televisión ahora. El título lo dice todo: es un homenaje cinematográfico al legendario personaje Rodrigo Díaz de Vivar, al que dio vida Charlton Heston en un extenso reparto donde estuvo acompañado por Sofía Loren, Geneviève Page y Raf Vallone. La producción de Samuel Bronston se llevó a cabo por gran parte de la geografía española.
En el aspecto de la carcajada, uno de los actores que la provocaban con mayor facilidad era Cantinflas y él protagonizó en 1961 “El analfabeto” que contó en taquilla con sus incondicionales que apreciaron, una vez más, la gran condición humana de un personaje de condición humilde y en este caso iletrado, que para heredar una fortuna ha de aprender a leer y escribir.
Marlon Brando fue (y lo sigue siendo tras su muerte) un mito en la historia del cine lo que en ocasiones le llevó a comportarse con aires de divismo. Está muy bien lo de ser un gran actor, o actriz, o cantante, o vendedor en unos grandes almacenes. Incluso sabérselo que es cuando, casi siempre, surge el divismo creyéndose el mejor entre un grupo de profesionales. Muy pocos, en estos casos, son capaces de renunciar a la imposición de sus criterios. Marlon Brando no iba a ser menos e impuso sus criterios durante el rodaje de “El rostro impenetrable” ante Stanley Kubrick que era el director y todo un perfeccionista de la imagen. “Esto no me gusta, tendría que ser así”, venía a decir el actor. “Pues muy bien -contestaba el director-, pero como soy yo quien dirige, pues se hace así y no hay más que hablar”. “Pues no tienes razón”, insistía Brando. “Pues si tú lo sabes hacer mejor, hazlo tú” protestaba Kubrick. Y así fue. El director abandonó y se hizo cargo de la película Marlon Brando que en su vida había dirigido. Ni volvió a dirigir. Pero le salió un producto más que aceptable, aunque con un excesivo metraje, y con magníficas escenas que le valieron ser nominada al Óscar por la fotografía y que en San Sebastián se le concedió la Concha de Oro. A pesar de su condición de western, el éxito fue mayor en Europa que en los Estados Unidos. Por sus valores cinematográficos y el mensaje de amistad contenido en el guión, hace que hoy en día, “El rostro impenetrable” se siga viendo con interés.
Se han confeccionado infinidad de listas donde se relacionan las mejores películas de la historia del cine. En alguna de estas listas se ha incluido “Esplendor en la hierba”, que ahora cumple el medio siglo de edad. Fue, según muchas opiniones, una gran realización del siempre seguro Elia Kazan, el mejor trabajo de Natalie Wood en toda su carrera y el debut cinematográfico de Warren Beatty en una historia de pasión juvenil y confrontación generacional que, a pesar del tiempo, se sigue produciendo entre los deseos paternos para el porvenir de sus hijos y los sueños que estos tienen para el desarrollo de sus vidas. La situación, plasmada en guión sirvió para que éste fuera galardonado con un Óscar.
Sólo habían pasado doce años desde que se celebrara el verdadero, cuando la industria cinematográfica decidió convertir en película el juicio de Nuremberg, encargándole el proyecto a Stanley Kramer que aglutinó en el reparto un plantel de figuras entre los que se encontraban Marlene Dietrich, Spencer Tracy, Montgomeri Clift, Judy Garland, Burt Lancaster, Richard Widmarck y Maximilian Schell que dieron vida a los personajes responsables de los horrores del holocausto.
El cine español estuvo presente con una marcial y amable comedia, “Margarita se llama mi amor”, cuyo reparto encabezó la rubia Mercedes Alonso en el papel de Margarita Rodríguez Garcés, que era el nombre del personaje a quien Julio Salgado Alegre dedicó la famosa canción que dio título a la película y que hoy es recordada a coro en excursiones.
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“La noche” es un drama psicológico que puso en imágenes Michelangelo Antonioni valiéndose del trabajo de Marcelo Mastroianni, Jeanne Moreau y Monica Vitti, acaparadora de varios premios entre los que destaca el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín. Tuvo una gran repercusión entre los aficionados al séptimo arte.
De igual manera lo tuvo otra película producida en España y firmada por Luis Berlanga: “Plácido”. Una impecable comedia costumbrista, ácida y crítica en su planteamiento, en la que el director plasmó un devastador retrato social utilizando el sarcasmo como reclamo expositivo.
“Rey de Reyes” es una película de corte histórico basada en la vida pública de Jesús de Nazaret que Samuel Bronston encargó su dirección a Nicholas Ray y que éste realizó íntegramente en suelo español, por lo que contó con un equipo técnico totalmente español, así como la intervención de algunos intérpretes también españoles, como fue el caso de Carmen Sevilla que se convirtió en María Magdalena. Nada del otro mundo, como suele ocurrir con este tipo de producciones, pero que contó con la aceptación de ese público que acude al cine para pasar un rato entretenido, lo que, por otra parte, no es censurable en absoluto.
Si el caso anterior fue un alarde producción, no puede decirse lo mismo de otra película procedente de aquel 1961: “La venganza de don Mendo”. Fernando Fernán Gómez se puso delante y detrás de la cámara ya que dioo vida a Don Mendo y a su vez ejerció como director en esta adaptación de la divertida comedia de Pedro Muñoz Seca. La película, como tal, apenas superó los umbrales de la popularidad, pero sirvió para difundir uno de los títulos de mayor éxito del teatro español, como prueba las constantes reposiciones que de él se llevan a cabo para gozo de los espectadores que, incluso, recitan de memoria muchos de los versos que componen la obra.
Tras el más que considerable éxito de “Un rayo de luz”, los productores no dejaron pasar la oportunidad económica que se les presentaba al haber descubierto a la malagueña Pepa Flores “Marisol” a la que, sin perder el tiempo, endosaron una segunda película, “Ha llegado un ángel” que como la anterior supuso un verdadero impacto e incrementó la popularidad de la pequeña actriz/cantante, contribuyendo a su encumbramiento en un estrellato que no la abandonó durante toda su etapa en activo. En ella hacía gala de su desparpajo infantil aderezado con canciones que hoy suenan con la misma frecuencia de entonces.
http://www.youtube.com/watch?v=8NrDZm1NAMg
Por último voy a referirme a otra película de 1961 origen de multitud de opiniones tanto a favor como en contra. Una película hispanomexicana en la que Luis Buñuel estampó su firma y con ella el origen de una enconada polémica respecto al contenido que en la película se presentaba referido a la caridad y el idealismo cristiano. Para encarnar los diferentes personajes, el director aragonés exiliado en México contó con Silvia Pinal, Fernando Rey y Francisco Rabal. Para mucha opiniones “Viridiana” es la mejor película del cine español y lo sea o no, lo cierto es que fue ampliamente reconocida con más de 150 premios mundiales; entre ellos la Palma de Oro del Festival de Cannes. En España, sin embargo, sufrió un largo periodo de prohibición (también en Italia) a causa de la censura, lo que supuso que llegara a las salas de proyección tiempo después de su estreno mundial.
No son éstas las únicas películas que datan de 1961 y que, por tanto, cumplen este años los 50 manteniéndose en muchos casi en plena vigencia. Sus títulos forman parte de nuestra memoria cinematográfica, como sus canciones y sus intérpretes. Otros títulos de entonces fueron el musical “Fanny”, la divertida y satírica “Uno, dos, tres” que como todos los productos de Billy Wilder es la comedia en estado puro, con un excelente trabajo por parte de James Cagney y Horst Buchholz junto a una guapísima Pamela Tiffin. También “Botón de ancla”, una de la varias versiones con el mismo tema, pero esta vez con el Dúo Dinámico al frente del reparto. “Cleo de 5 a 7”, “Cuando el viento silba”, “Todo en una noche”… y “West Side Story” de la que ya nos ocupamos en este blog hace unas semanas. Un año, 1961, digno de tener en cuenta, como referente, en la historia del cine.