Tomando como referencia la fecha en que se publica este post, tengo que hablar de mañana o del sábado anterior, según el momento en que sea leído. Nos pondremos en el primer caso ya que es mañana, sábado 14, cuando se celebra el Festival de Eurovisión, cuyo nacimiento se produjo hace más de medio siglo, concretamente en 1956, lo que le convierte en el más veterano, únicamente superado en antigüedad por el de San Remo que vio la luz cinco años antes.
En aquellos inicios de Eurovisión, todavía no existía una moneda común en Europa y sólo un proyecto de unión entre los países europeos. Con las canciones, que simultáneamente se daban a conocer en todos ellos a través de una televisión recién nacida, los europeos aprendimos a cantar juntos, a entonar los mismos temas musicales. De entonces hasta el momento actual, mucho han cambiado las cosas, no sólo para Europa sino para la música, y concretamente para el Festival eurovisivo que ha empezado a acusar los achaques propios de la edad. Tampoco es que sus responsables, que son todas las televisiones encuadradas como miembros en la Unión Europea de Radiodifusión, la UER, se haya esforzado demasiado por conservar el espíritu que lo vio nacer, en cuanto a características musicales, lo que hace que se mantenga en un más que aparente estado de agonía. No obstante y a pesar de su mala salud –una mala salud de hierro– el Festival se sigue celebrando, incluso con una mayor participación de países en cada edición, aunque con la evolución musical que con el tiempo se ha ido produciendo donde las formas, las melodías y los intérpretes para nada mantienen el recuerdo de lo que fue más allá del nombre que define a la competición.
Seguro que hace mucho tiempo que no escucháis una de las canciones que obtuvo el primer premio en Eurovisión y que cantó Jacqueline Boyer representando a Francia en 1960, “Tom Pillibi”, pero seguro, también, que la recordaréis en cuanto escuchéis los primeros compases.
http://www.youtube.com/watch?v=RYxRIujyKgg
La habréis reconocido sin dificultad. Una canción simpática sobre todo, algo muy diferente a la ganadora de la siguiente edición, llena de romanticismo y sobriedad, que le correspondió defender a un galán de la época, tanto del cine como de la canción, Jean-Claude Pascal, que luchó por los intereses de Luxemburgo, aún siendo francés: “Nous les amoureux”.
http://www.youtube.com/watch?v=kmylFO23P5E
Y por supuesto, el tema con el que España debutó en Eurovisión hace ahora 50 años y que fue defendido por Conchita Bautista con aires ligeramente aflamencados: “Qué bueno, qué bueno”.
http://www.youtube.com/watch?v=QMuUJerzXr8
El año 1964 es significativo en la historia de Eurovisión ya que fue en el que se alzó con la victoria una cantante recién aparecida en el San Remo celebrado el mismo año, Gigliola Cinquetti, y su canción, todavía presente en el panorama musical, como ella misma, “No non l`etá”.
http://www.youtube.com/watch?v=PtbW7zYmYfM
Una canción para siempre. Y aunque con un estilo diferente, más rítmico y alegre, otra joven recién llegada a la música, como era France Gall, arrancó los aplausos del público y el voto de los jurados al año siguiente con “Poupée de cire, poupée de son”.
http://www.youtube.com/watch?v=-d2mnuhJahU
En la misma línea desenfadada, dos años después acaparó la atención Sandie Shaw con “Marionetas en la cuerda” (“Puppet on a string”) que todavía es tema de repertorio en muchas intérpretes, aunque no sean minifalderas ni actúen descalzas con hacía la británica.
http://www.youtube.com/watch?v=l1tiqldaBGc
Como aquel año de 1967 ganó la canción que representaba al Reino Unido, al siguiente el certamen se celebró en Londres y hasta allí que marcho la delegación española en cabezada por Massiel, captada en el último momento tras la espantada de Serrat que había sido el designado en el primer momento y al que no le pareció bien cantar en español, aunque fuera para representar a España. Eso que salió ganando la madrileña ya que el tema que se le había encomendado al catalán, creado por el Dúo Dinámico, se alzó con el primer premio y desde entonces, la popularidad y los contratos fueron para la temperamental Massiel que tuvo que repetir constantemente el estribillo que hoy todos conocen: “La, la la”.
http://www.youtube.com/watch?v=6BEKVzoVAGc&feature=related
Fue una victoria ajustada en la que España triunhfó sólo por un punto de diferencia con el “Congratulations” que Cliff Richard defendió para el suspicaz Reino Unido que obligó a que se repitiera la votación sin conseguir que el resultado variara.
Las noches de festival eurovisivo constituían todo un acontecimiento que agrupaba ante el televisor a toda la familia para escuchar las canciones, hacer las propias apuestas y seguir con emoción y nervios las votaciones llegadas desde los distintos países participantes hasta el lugar en que se celebraba. Los españoles, normalmente nos sentíamos defraudados al comprobar el compadreo que se daba entre los diferentes jurados de los que apenas nos llegaban votos. “Portugal faif points, senq puants, cinco puntos; la France uan puant, un punto; Ingland tu points, de puants, dos puntos; Airelan zri points, tres puntos, la Belgiq de puant, tu points, dos puntos”… Apenas se daban variaciones; los de siempre votaban a los de siempre. Una costumbre que, además de no variar se ha incrementado.
Al año siguiente, la española Salomé también se alzó con el primer premio, aunque compartido con el Reino Unido, los Países Bajos y Francia.
http://www.youtube.com/watch?v=dwAi3SpAItg
Pero antes de Massiel y Salomé otros cantantes españoles lucharon por el, entonces, preciado galardón. Defendiendo canciones, con mayor o menor suerte en el resultado final, anduvieron, entre otros, José Guardiola, Raphael, Julio Iglesias, Karina, Mocedades…, todos con suficiente renombre tanto antes del Festival como a partir de su participación en él. Más tarde fueron, con iguales méritos, Paloma San Basilio, Azúcar Moreno, Sergio Dalma, Nina… Todos entre una maremagnun de cantantes de países cada vez más numerosos.
De Eurovisión proceden nombres hoy conocidos internacionalmente, como lo son sus repertorios, aunque de manera especial las canciones que, en su momento llevaron a Eurovisión. Entre ellos Cliff Richard, Nana Mouskouri, Olivia Newton-John (que alcanzaría el máximo de popularidad junto a John Travolta en la película “Grease”), France Gall, Sandie Shaw, Julio Iglesias, Celine Dion, Frida Boccara y sobre todo Abba que, desde su aparición en Eurovisión, su carrera fue una sucesión de éxitos que perduran tras su desaparición como grupo musical. Ellos estrenaron en la edición de 1974, representando a su país, Suecia, “Waterloo”, que resultó vencedora y les catapultó a la fama en todo el mundo hasta crear la que hoy se conoce como “abbamanía”, además de estar considerada como la canción más popular de cuantas han participado en Eurovisión. La popularidad de este grupo se mantiene casi a los mismos niveles que antes de deshacerse como conjunto musical.
http://www.youtube.com/watch?v=oVGSKVkkyhc&feature=related
Superar el éxito alcanzado por ABBA ha sido tarea imposible para quienes les han sucedido en los triunfos eurovisivos. Los ganadores tuvieron su momento de éxito que desapareció poco después de abandonar el escenario. El año pasado venció Lena, la representante alemana, pero dudo que una cifra importante de personas sepan en este momento de su triunfo e incluso de su nombre. Para recordarlo, si es que alguna vez lo tuvimos en cuenta, escuchemos el primer premio correspondiente al 2010 y que la documentación –porque yo tampoco la recuerdo– dice que se titulaba “Satellite”.
http://www.youtube.com/watch?v=UmOeISUYXuI
Mañana, sábado 14, un nuevo nombre se incorporará a la lista de triunfadores del Festival de Eurovisión y por lo tanto a la historia del certamen. Que sea el mejor y cantando el mejor tema, sin el favor de los países amigos, sólo con el valor musical. Nuestro deseo es que ese nombre sea el de la gallega Lucía Pérez, pero si no consigue vencer habrá cumplido con su sueño de participar en Eurovisión y… “que la quiten lo bailao”.
http://www.youtube.com/watch?v=4a-le5sgiHA
Y por delante y detrás de la transmisión, la sintonía de Eurovisión que, como aportación cultural que hago extensiva ya que personalmente me he enterado hace poco, diré que no es original sino el preludio del “Te Deum” de Marc-Antoine Charpentier, un compositor del barroco francés (1643-1704) con lo que es muy anterior a la Unión Europea y a la televisión, aunque su música sirva para simbolizar a una y otra.
