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Cabecera Me Viene A La Memoria

TWISTEANDO

La mayor parte de nosotros, los que por esta web nos encontramos compartiendo contemporaneidad, nos declaramos rockeros ya que el rock con su frenético impulso llenó de música y de ritmo nuestra juventud. La juventud que, normalmente, es la época más significativa y recordada en el momento actual de nuestras vidas. Habría, que para eso se han inventado los colores con su gran variedad donde poder elegir, quienes rechazarán el rock por ser dueños de caracteres más tranquilos y menos rupturistas, pero no se libraron de él porque era el leitmotiv de una época en que el mundo entero vivió su gran transformación y no sólo musical. Podían, esos pocos, rechazar lo que de música había en el rock, pero de ningún modo, porque era imposible, evitar las rectificaciones sociales que desde él se impusieron y perviven.

No es momento para llevar a cabo una reflexión sociológica; tampoco lugar. Dejemos el rock, del que tanto se ha escrito, en su aspecto puramente musical. Y ni eso, porque retrocediendo en el tiempo vamos a llegar a un ritmo competidor suyo en el comienzo de los 60 y que de alguna forma perdura, aunque sin el impacto que tuvo en su momento y desde luego, sin llegar a aproximarse siquiera al inmortal rock. Me refiero al twist que, como su hermano mayor, arrasó en guateques y en venta de microsurcos. Hoy, en que su proyección apenas mantiene un ligero sostén a ras de suelo y más que nada por nostalgia, incluso nos hace gracia su forma de ejecutarlo con el cuerpo.

Todo se debe a un cantante de Carolina del Sur llamado Ernest Evans, a quien el mundo conoció como Chubby Checker y que en la actualidad, todavía en activo, cuenta 72 años de edad. No es fácil, aunque no es imposible, que la artrosis permita a sus rodillas realizar las mismas contorsiones que cuando el twist fue presentado. Presentado por él, ya que anteriormente lo hizo otro intérprete, Hank Ballard, aunque sin ninguna repercusión. Por lo menos, ni de lejos con la que consiguió Chubby Checker que situó el tema en los primeros puestos de las listas americanas. También del resto del mundo, pero las americanas son las que cuentan y determinan un éxito a nivel internacional.

Incluso los no tan jóvenes se acercaron al nuevo tipo de danza que, aparte de las condiciones físicas, no exigía ningún tipo de sensibilidad artística para su ejecución.

El twist se difundió de inmediato por todo el mundo y la juventud adoptó con entusiasmo aquella nueva forma de bailar contorsionando el cuerpo desde el movimiento de rodillas, que muchos compararon con la manera de secarse la espalda con una toalla.

El éxito fue total, aunque de poca duración. Otros ritmos arrinconaron al popular twist que desde mediados de los 60 decayó de forma considerable. Por lo menos en su forma original. El propio Chubby Checker se lamentó de que el twist arruinó su vida artística: “Tuve la posibilidad de ser un gran artista de club nocturno y el twist la aniquiló. Nadie nunca creyó que tuviese talento”.

Para demostrarlo intentó otras novedades musicales de las que surgió otro pequeño impacto comercial que fue conocido como “Limbo” para el que, también, se creó una coreografía y que consistía en pasar, inclinado hacia atrás, bajó un listón manteniendo el ritmo de la música y bajando el mismo progresivamente. Se escuchó, se bailó y se vendió, pero no en la misma proporción que lo hizo el twist.

Debido al éxito, fueron muchos los artistas que incorporaron el twist a sus repertorios. Entre otros Jhonny Halliday al que nos referíamos la semana pasada en este blog.

En otros casos, el ritmo, como tal, también fue adoptado por numerosos creadores que lo utilizaron como medida musical en sus canciones. Entre otros los mismos Beatles que lo incluyeron en su “Twist and Shout”.

Entre nosotros no es menos importante el impacto que el Dúo Dinámico consiguió con “Bailando el twist”.

Sería interminable la relación de artistas que se incorporaron a la moda del twist, un ritmo, y sobre todo una forma de bailar, que todavía hoy se pone de manifiesto cuando se pretende ofrecer un aspecto juvenil y una exhibición de flexibilidad corporal. Pero hoy, más que nada, el twist forma parte de la nostalgia y apenas sirve para hacer alguna gracia danzante en Bodas, Bautizos y Comuniones. En la BBC, como son conocidos estos eventos sociales. En ellos siempore surge el espontáneo que, una vez trasegados algunos tragos de alcohol se adueña de la pista de baile para exhibirse y siempre que no está ocupada por algún otro voluntario que pretenda deleitarnos con su voz entonando alguna romanza de zarzuela o alguna ranchera. En lo puramente musical se le pasó el momento, aunque Chubby Checker, superados los 70, continúe en activo y supongo que trayendo desde el recuerdo para sus actuaciones, aquel twist que con su voz llevó a nuestros guateques de juventud.

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