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Cabecera Me Viene A La Memoria

TITO Y GELU

Comenté hace algunas semanas que, poco a poco, iría recordando algunos de los nombres de cantantes que alegraron nuestra juventud y que, aunque en la mayoría de los casos ya pertenecen al mundo del olvido musical, aún se mantiene viva su presencia en nuestro recuerdo. Son nombres que con frecuencia me vienen a la memoria como estoy seguro de que acudirán a la vuestra rememorando algún momento en que sus voces significaron algo en nuestra existencia. Por lo menos la vivencia de la juventud. Que no es poco.
   
Uno de esos nombres que para las nuevas generaciones resulta completamente desconocido es el de Carlos García Romero. Dicho así también es un extraño para nosotros, pero todo cambia si tomamos su nombre de guerra, el apodo con que se presentó y triunfó como cantante: Tito Mora.


Desde su nacimiento, Tito Mora estuvo vinculado al mundo de la música ya que a ella se dedicaban profesionalmente sus padres –barítono y soprano, respectivamente– así como sus hermanas mayores Ana María Olaria, destacada figura en el mundo de la ópera y la zarzuela, y Amparo de Lerma como se dio a conocer en el mundo de la revista. Ambas ocuparon primeros lugares en los carteles ya que las dos alcanzaron el nivel de primeras figuras, cada una en su género. Todavía resuena en el oído de los aficionados aquella memorable “Doña Francisquita” que Ana María cantó en el teatro de la zarzuela junto a Alfredo Kraus.


http://www.youtube.com/watch?v=7cqjZ8D60yw  


La opción de Tito Mora se inclinó hacia la canción ligera que entonces se llamaba moderna; apenas se había introducido la definición de ye-ye. Tomada la decisión se incorporó a un grupo recién nacido capitaneado por la que sería indiscutible arreglista en la discografía española y alma máter de Fórmula V, Mariní Callejo. El conjunto se dio a conocer como Los Brujos. (Allí estaba mi amigo Eduardo, que nunca bailaba en los guateques y que fue quien me enseñó los cuatro acordes que soy capaz de ejecutar con una guitarra. Los cuatro que yo aprendí, porque él sabía muchos más que no fui capaz de asimilar) El grupo tuvo un instante de éxito, pero no tardó en deshacerse para emprender distintos caminos cada uno de sus componentes. Tito Mora fue el primero en desfilar -siendo sustituido por Luis Gardey- para continuar con la canción, pero en solitario, eligiendo como representante al padre de Massiel. Raúl Matas fue quien le diseñó el nombre artístico, erigiéndose como su descubridor Joaquín Prieto, el autor de “La novia” que popularizara su hermano Antonio y que Tito incluyó en su repertorio.


http://www.youtube.com/watch?v=Idve3AlgutI   


A partir de ese momento la profesión de Tito Mora fue la de cantar. En 1962, hace 50 años, grabó su primer disco al que siguieron infinidad de ellos con la mayoría de los temas de actualidad versionados por él, además de otros títulos originales. De todas sus grabaciones la que seguramente le sirvió para un mayor despegue artístico fue “La hora”, un tema tintado de melodramatismo taurino que ganó el festival de Benidorm de 1963, aunque no fue defendida por Tito Mora que en un par de ocasiones llegó a participar en él.


http://www.youtube.com/watch?v=pWuElVY6f4I
 
Su compañía discográfica y su representante concibieron un plan comercial uniendo a Tito Mora con otra cantante triunfadora en aquel momento como era la granadina Gelu. Supusieron los mentores que canciones grabadas por ambos tendrían que ser éxito seguro, como así fue con “Gracias”, “Dile”, “No te creo”, “Contigo sí”… La estrategia comercial hizo que la cosa se incrementara respecto a los propósitos iniciales haciendo que la pareja artística también lo fuera sentimental para gozo de los seguidores de ambos, que veían una unión perfecta.


http://www.youtube.com/watch?v=Md0L8tZheDQ&feature=related  


Tito Mora, tras numerosas apariciones en televisión y su participación en alguna película, buscando mayor espacio para sus aspiraciones marchó a América, a la del Norte, que es donde verdaderamente se consagran los cantantes aunque las dificultades sean mayores que en la latina. Había que ganarse al público americano para lo que su repertorio no era, quizá, muy sugerente. Así que intercaló los stándares habituales como “Valencia”, “Granada”, “María Dolores”… que aquel público era capaz de reconocer. La aceptación fue tal que el cantante decidió instalarse en Nueva York dado que el trabajo no faltaba. Tan en Nueva York que eligió la Quinta Avenida como domicilio. Aprendió inglés y contrajo matrimonio en un par de ocasiones, que no todo es cantar por mucho que fuera el éxito. Allí estuvo desde 1967 a 1976 actuando en las salas más destacadas y en los más importantes programas de televisión, siendo aclamado por público y crítica, además de por las empresas discográficas. A la canción añadió un negocio de joyería y en ambas cosas anduvo hasta que en los 80 decidió retornar a sus orígenes geográficos para continuar en ellos su profesión.


http://www.youtube.com/watch?v=-A0WXM4j5Yo  


En el 92 tuvo graves problemas con su hígado que obligaron a un trasplante del mismo, y al superar el susto volvió a la carga con lo suyo que era y es la canción. En el 96 grabó su, hasta ahora, último disco cuyos temas fueron compuestos por diferentes autores, sin olvidar en ningún momento las circunstancias por las que pasó y que gracias al altruismo de algún donante fue posible que continúe, con su poderosa voz, en el mundo de la canción con las mismas ilusiones de siempre. Incluso renovadas.


http://www.youtube.com/watch?v=RZ3tXxGCttM 


En lo que a Gelu se refiere, enjuiciada favorablemente por la opinión pública desde su aparición, su recorrido artístico es intenso pero mucho más breve que el de Tito Mora ya que apenas se mantuvo hasta que la artista granadina cumplió 24 años, momento en que decidió dedicarse a la familia tras su boda con el también cantante Santy, un catalán que igualmente conoció el éxito aunque fuera fugazmente. Hoy, los dos regentan una sala de fiestas en una localidad catalana.


http://www.youtube.com/watch?v=rsgyHluyF3c  


Tampoco ella tuvo problemas familiares para dedicarse a la canción, algo tan frecuente en otros casos, dada la gran afición que en su casa había por la música lo que hizo que sus padres alentaran su preparación. Durante su corto espacio de tiempo como estrella de la canción e indiscutible reina ye-ye, Gelu acaparó la atención de toda la juventud desde su, también, arrolladora juventud. Era el símbolo de la alegría con aquellos grititos que intercalaba en la letra de cada canción. Grititos como si de hipo se tratara. “Síih, síiih, sí, sí, siempre es domingo…” Aquello hizo gracia y sirvió como principal reclamo a su forma de cantar, del mismo modo que lo fueron sus llamativos ojos verdes tan admirados en sus actuaciones en directo o televisivas.


http://www.youtube.com/watch?v=sEHaSMAYTa4     


No abundaron en su repertorio los títulos originales ya que principalmente se dedicó a hacer versiones sobre los temas más destacados del momento de Dalida, Petula Clark o Rita Pavone, entre otras, siendo los discos de la granadina, en muchas ocasiones, más vendidos que los de sus creadoras. Eran los tiempos en que se vendían discos y no se robaban. No llegaron a cumplirse los diez años de Gelu sobre los escenarios ya que hizo su primera grabación con 15 años y se “jubiló” al cumplir los 24. Para los que vivimos aquella época nos queda el recuerdo de aquella voz aguda, chispeante y llena de ritmo de María de los Ángeles Rodríguez Fernández, a la que durante su etapa de personaje público conocimos como Gelu. Parece mentira que aquellos momentos se aproximen ya al medio siglo desde que sucedieron. No somos nadie.


http://www.youtube.com/watch?v=WFrFby95TbM&feature=related


 

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