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Cabecera Me Viene A La Memoria

UN BOMBIN HUÉRFANO

El célebre  humorista José Luis Coll ha fallecido víctima de un fallo multiorgánico después de que el pasado 24 de febrero sufriera un ataque al corazón en plena calle, cayéndose y golpeándose en la cabeza, lo que le produjo un derrame cerebral. Desde entonces permanecía en la UVI de un hospital madrileño. Su bombín se ha quedado huérfano como, anteriormente, se quedó huérfana la chistera de Tip.

Hace unos meses estuve en el teatro viendo ‘Tres sombreros de copa,’ en cuyo reparto intervenía José Luis Coll, lo que, inevitablemente me hizo recordar las actuaciones con su inseparable pareja artística Tip. Hoy, con su muerte, me vienen a la memoria los inolvidables momentos que la pareja de cómicos nos han deparado a todos con sus actuaciones en televisión, en salas, en la radio, en el cine o en el teatro. 


Coll había nacido en Cuenca hace 75 años y tras una etapa como administrativo en una oficina de abastos, en 1956 decidió trasladarse a Madrid donde, apadrinado por César González Ruano, se dio a conocer como humorista con sus trabajos en La Codorniz y como guionista en Radio Nacional de España. Poco después, a la vez que depuraba su maestría como jugador de billar, participaría como guionista en el programa de TVE ‘La tortuga perezosa’ y debutó como actor en 1959, en la obra de Miguel Mihura, ‘Ninette y un señor de Murcia’, hasta que en 1969 unió su destino profesional al de Luis Sánchez Polack con el que formaría la pareja cómica Tip y Coll durante 25 años. O más.

Por su parte, el valenciano Tip (1926), aquel ‘santo varón’ degustador de cerveza, desaparecido en 1999, hijo de una familia a-co-mo-da-da, estudió en la Escuela de Artes y Oficios y en la de Cerámica hasta iniciarse en el teatro como meritorio con la obra de Luca de Tena ‘De lo pintado a lo vivo’. Convertido en profesional ingresó en el cuadro de actores de Radio Madrid donde conoció a otro genio del absurdo, Joaquín Portillo, con el que formó una inolvidable pareja que se mantendría durante 14 años en aquellos tiempos gloriosos de la radio: Tip y Top.

En el mundo del espectáculo, Tip y Coll han sido el surrealismo, la gracia, la originalidad, la improvisación, la inteligencia, el humor, el ingenio, la soltura, la risa, la genialidad, uh, uh, uh, uh (José Luis Moreno) y han sabido llevar la alegría a todos cuantos hemos presenciado sus actuaciones en cualquiera de los medios. Es decir, a todos los españoles. Lo mismo ha sucedido en el terreno de la letra impresa, ya que ambos, juntos o separados, han publicado libros y ejercido como guionistas y autores de teatro. De ellos hay entresacadas infinidad de frases que circulan constantemente cuando alguien trata de demostrar su agudeza, como cuando definen a la banderilla como el ‘estandarte que usan los enanos en sus guerras’.

No obstante, hay un sketch de esta pareja que está en la mente de cualquiera y cuya imagen surge siempre que se habla de Tip y Coll. Se trata de su teoría, explicada prácticamente, de los procedimientos a llevar a cabo para llenar un vaso de agua. No se puede provocar más risas con menos elementos argumentales.

Tip y Coll no coincidieron nunca en sus ideas políticas, algo que, sin embargo, nunca se hizo presente a la hora de concebir sus argumentos escénicos ni su carrera profesional. Es por eso que sus pensamientos siempre los manifestaron por separado como cuando Coll escribió y dejó escrito, hace años, es verdad, que ‘Conceder el perdón es el más alto grado de vanidad o de miedo’.

Luis y José Luis, como hace años, vuelven a estar juntos. Seguro que Tip le llamó y le convenció para que no siguiera lamentándose por haberle dejado solo: ‘dame la manita Pepe Luí’.

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