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Cabecera La Hora de la familia

Día de la Madre

A Ellas siempre hay que considerarles como ”Madres Coraje”. No  pierden ese coraje en ninguna circunstancia, por difícil que sea. Jamás reniegan de un hijo…


Una de las idolatrías modernas es la del ”coeficiente intelectual”; todo gira en medir tal grado. Pero ¿quién se ocupa de tener en cuenta también el ”coeficiente del corazón”?. Después de tantas eras que han tomado nombre del hombre, HOMO ERECTUS, HOMO FABER, HOMO SAPIENS, o sea, el SAPIENTÍSIMO de hoy, sería deseable que se abra por fin para la humanidad una ERA DE LA MUJER: una era del corazón, de la compasión y en suma del AMOR.


Nadie mejor que Ellas pueden contribuir a salvar nuestra sociedad de algunos males arraigados que se ciernen amenazantes: violencia, ansias de poder, aridez espiritual, desprecio de la vida. Si analizamos fríamente, veremos qué pocas dirigentes políticas tienen  tales defectos (por no decir ninguna), casi siempre presentes en los dirigentes masculinos, en mayor ó menor medida.


La maternidad conlleva dolor. Es ley de vida. Y no olvidemos que el dolor es parte consustancial del AMOR. Sin dolor, el amor cae muchas veces en egoísmo puro y duro. El Amor de Madre es desinteresado, limpio, pleno, eterno en suma.


Los que hemos tenido la desgracia de perderla ya en esta vida, jamás dejamos de acordarnos de Ella. Y cuántas  veces solicitamos su mediación-recomendación para que nos ayuden en los problemas y dificultades. !Y nunca nos fallan!…


Decía el poeta: ”En los ojos de tu Madre serás niño hasta el final”. Y añado yo: y en tus ojos de hijo/a tendrás presente a tu Madre hasta en la Eternidad.



                ¡Felicidades MADRES!

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