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Juventud líquida


Ésta es una de las terribles formas de denominar a la actual generación de nuestros jóvenes, según un reciente estudio de la Fundación FOESSA, cuyo análisis pone los pelos de punta…

Así, por ejemplo, se constata cómo lo comedores sociales se llenan cada día que pasa de más universitarios, algo nunca visto nunca hasta ahora. Crece el número de jóvenes que viven de la beneficiencia. Se espera de ellos que hagan crecer el País, son su fuerza activa y, sin embargo, son también los más pobres. Así que…

La tasa de paro juvenil (entre 19/24 años) alcanza la descomunal cifra del 21,4%. Y el problema se agudiza cuando se analiza el segmento de jóvenes recién casados, que asciende al 18,4%. Cuando entre éstos últimos uno de la pareja pierde el empleo, la primera derivada es dejar de pagar la hipoteca, con el consiguiente riesgo de acabar perdiendo también la vivienda.

La precariedad laboral se ha naturalizado en los los jóvenes y es preludio cierto de entrar en exclusión social. Si consideramos que el trabajo no sólo es fuente de subsistencia para los que lo tienen, sino para la generación de jubilados, cuyas pensiones devienen de sus aportaciones, tenemos cerrado el tremendo círculo de cómo afecta a la sociedad entera el drama de éste paro juvenil. Si no hay relevo generacional laboral, no hay seguridad alguna en el cobro de las pensiones.Así de grave y tremendo…

En los tiempos que corren y según el mencionado informe, la cualificación profesional ya no protege. El riesgo afecta a todos. Cursar estudios ha dejado de tener la importancia que tenía antes. No es ningún mérito ni elemento a favor para encontrar trabajo.

Como parte del ciclo vital, la juventud representa un período de transición entre la vulnerabilidad de la infancia y la estabilidad de la vida adulta. Pero si esa transición no se lleva a cabo con las suficientes garantías de tipo laboral fundamentalmente, es seguro deducir que los jóvenes no consigan alcanzar los estándares de vida necesarios para reducir el riesgo de pobreza de sus hijos y mayores en el futuro. ¡Tremendo!…

No hace mucho, un amigo especialista  en temas sociológicos me comentaba que la única solución posible al drama nacional que vive España consistía en que cinco millones de jóvenes (parados) emigrasen en busca de mejor futuro. Solución final para acabar con la lacra del paro que nos inunda. Así de dramático se presenta el panorama.

Volvemos a los años cincuenta…

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