Está visto que el PP no escarmienta. Nada más llegar al poder, Zapatero puso en marcha la controvertida asignatura de Educación para la Ciudadanía, innecesaria a todas luces y causa de rechazo social mayoritario.
El PP, según su (errónea) costumbre, no se dispone a derogarla; como piensa que debería hacerlo la mayoría de su electorado (que a su vez le ha dado una mayoría absoluta jamás alcanzada por dicho partido). Simplemente se va a limitar a …modificarla.
Y claro, como no podía ser de otra forma, ya empiezan los líos, por parte de aquellas Consejerías de Educación de Comunidades no regidas por el PP. En España nos va no sólo la marcha nocturna (que también), sino la de estar continuamente enfrentándonos. Alguna de las opiniones vertidas por los correspondientes Consejeros autonómicos contra la reforma prevista son realmente llamativas.
Así, al Consejero catalán lo único que le preocupaba es que no se hablara en absoluto en el texto propuesto de los “nacionalismos excluyentes”. Ello en consecuencia con la negativa también recientemente aprobada (por el Parlamento catalán) de que las comunicaciones entre Administración y ciudadanos en Cataluña pudieran hacerse tanto en catalán como en castellano. Sólo en catalán, aprobó aquél Parlamento y el que no sepa el catalán, que se … Nacionalismo excluyente en estado puro, vamos.
La Consejera vasca ha precisado que el País Vasco garantizará que la asignatura recoja en su contenido la “empatía con las víctimas”. Naturalmente y según doctrina al uso (la suya), sin distinguir víctimas del terrorismo de víctimas terroristas. ¡Toma del frasco!…
Y el rosario de absurdas oposiciones se cierra con la de la Consejera andaluza, que dice que se reserva su derecho al diseño del 35% de la materia para “corregir” lo que no le gusta. Supongo que en ese 35% incluirá temas tan atrayentes como los ERES, PERES, colocaciones de familiares, subvenciones a fondo perdido y demás lindezas por el estilo, de las que su partido en aquellas tierras es un auténtico maestro en el arte de desarrollarlas…
En fin, la intervención más lúcida de las oídas en la llamada Conferencia Sectorial de Educación fue la de la Consejera de Madrid, Lucía Figar, quien apostó abierta y llanamente por la supresión de la asignatura. Lucía Figar entiende mucho sobre la FAMILIA (fue Directora General de Familia, además de ser madre de familia numerosa). Por eso sabe perfectamente que la EDUCACIÓN auténtica no se da en la escuela, sino en casa, en la FAMILIA. Aquella es puro adoctrinamiento ideológico nada más.
Pero me temo que sea otro verso suelto en su partido, como su Jefa de filas madrileña. Últimamente son las mujeres del PP madrileño las únicas que se atreven a decir públicamente lo que la mayoría de sus votantes están pensando/deseando. Los demás colegas de partido se limitan a expresar sólo lo “políticamente correcto”.
Y así les va (de mal…).