De nuevo viene a la actualidad la histórica frase zarzuelera de que “hoy los tiempos cambian que es una barbaridad”. Ahora se trata de una nueva vuelta de tuerca al Derecho en sus principios fundamentales. Otra más y van…
El sorprendente Decreto de la Junta de Andalucía sobre la ocupación de pisos vacíos propiedad de los Bancos, provenientes de desahucios, se las trae. El nuevo concepto acuñado por los politiquillos de tres al cuarto que “reinan” en la taifa andaluza es el de “expropiación del usufructo”. ¡Toma ya!.
En mis lejanos años de estudiante de Derecho se aprendía que la expropiación era sobre la propiedad. Con la “modelna” nueva tesis de la expropiación la cosa toma derroteros de uso/abuso ilimitados.
Porque digo yo: si la justificación de la tal expropiación se basa en que el piso no se usa por su legítimo dueño (el Banco), pues “mutatis mutandi” ¿por qué no expropiar el coche particular de sus Señorías?, que sólo usan el coche oficial (del que algunos sólo se bajan para ir al baño…).
Igualmente se podría hacer con su móvil. Tan sólo usan el “oficial”. Y con la VISA (ídem. Ideadem, idem). Y con los vestidos (¡cargan hasta el de faralaes, algunas!…). Y con la comida almacenada en la nevera, pues sólo comen en restaurantes “sociales” de 5 tenedores. Y así hasta el infinito…
Dándole vueltas al asunto, creo haber encontrado el origen de tan rocambolesca norma. Y es el que como estos socialistas y comunistas de nuevo cuño (de los de chaquetas y bolsos de LOEWE y relojes de ROLEX)) llevan treinta y tantos años usurpando el “usufructo” de las siglas PSOE,PC,UGT y CCOO, forrándose literalmente a su costa, pues se han dicho: ahora, a por los pisos. Y dicho y hecho.
(¡Ay si BESTEIRO levantara la cabeza!…).
Como cierre (de momento) del sainete en que se ha convertido la vida pública, el acuerdo con los Bancos ha sido total. Los pisos procedentes de los desahucios les suponen un costo (el de los gastos de comunidad) y no los venden ni rebajándolos a la mitad de precio. Así que en espera de tiempos mejores, pues a ingresar una renta (alquiler) y que los gastos los pague el inquilino “usufructoexpropiatorio”.
Y ¡tutti contentti!…
