Fieles a la cita viajera anual, el animoso grupo de mayores unidos por ser “antiguos padres de alumnos” de los Colegios de nuestros hijos, hemos visitado SUIZA, país que como titulo este post bien puede catalogarse como “otro mundo”, dentro de Europa…
Una treintena de abuelos y abuelas con casi doscientos nietos y nietas en su curriculum, ( ¡ahí es nada!), partiamos de Barajas rumbo a las maravillosas tierras alpinas. Zürich y Lucerna eran nuestros destinos, complementando con visita al extraordinario Santuario de Einsiedeln, que merece capítulo aparte…
De entre las múltiples anécdotas que todo viaje comporta, me quedo con dos principalmente. Una, que sólo vimos policías en el control del aeropuerto de Zürich (al volver). En las calles, ni uno, ni de tráfico, ni de nada. Incluso desarrollándose una maratón popular… Y es que la exquisita y civilizada manera de vivir de los suizos hace innecesaria su presencia normalmente…
Otra curiosísima experiencia vivida consistió en que, estando un grupo de seis o siete hablando en plena calle, a las puertas del hotel donde nos alojábamos (en mitad de la calzada), observábamos que un coche estaba parado, sin tocar el claxon ni hacer intención de pasar. Al cabo de diez o quince minutos alguien del grupo comentó: “oye, que a lo mejor quiere pasar”… Nos apartamos y, efectivamente, el vehículo pasó, sin decirnos ni una palabra su conductor. Ni siquiera bajó la ventanilla. Nos dirigió una complaciente sonrisa. ¿Se imaginan cómo se hubiera desarrollado la misma escena en España?…
Una de las mejores decisiones que los suizos tomaron en su momento fue la de no incorporarse a la Unión Europea. Con ello consiguieron, entre otros, dos logros: primero, salvar su extraordinaria ganadería y agricultura y segundo, tener un nivel de vida con un salario mínimo de 2.000 euros y salario medio de 5.000… Al margen siempre de convulsiones financieras, rescates y demás zarandajas de “los veintisiete”…
Los suizos soportan una carga fiscal del 20%, la más baja de toda Europa. Claro que los políticos no cobran por ejercer ningún cargo público. Simplemente perciben dietas de asistencia. Como debería ser en todas partes… Y para que vayamos aprendiendo lo que es una convivencia modélica, tienen ¡cuatro! Idiomas: francés, alemán, italiano y romanche. Y ¡veintiseis! cantones (el equivalente a nuestras autonomías). Conviven también con dos religiones y un 20% de población foránea… Claro que a ninguno se le ocurre pensar en independizarse ni nada por el estilo…
Acerca del famoso sistema bancario (un tercio de los depósitos mundiales), la simpleza del éxito es bien sencilla: exención de impuesto sobre el capital y no sobrepasar un 5% de la inversión en inmuebles. Así de fácil, así de sencillo. Y siglos y siglos sin quebrar ¡ni uno sólo!…
Comentaba antes del Santuario de Einsiedeln. Enclavado en un paradisíaco lugar de la montaña, data su instauración nada menos que del siglo X, aunque ha sufrido posteriores remodelaciones, naturalmente. Escuchar dentro de su monumental recinto un canto gregoriano de los monjes benedictinos que lo cuidan es una experiencia única que todo visitante de Suiza no debe perderse bajo ningún concepto…
Y acabamos nuestro viaje visitando Lucerna. Cuna de la cultura suiza y con monumentos maravillosos. Una adecuada y típica nevada nos acompañó en nuestro recorrido a pie, con lo que el encanto de la visita alcanzó cuotas inolvidables…
Volvíamos muy felices y contentos, deseando encontrarnos con nuestros hijos y nietos y poderles decir que veníamos “de otro mundo”…