Ésta histórica y extraordinaria frase del genial GROUCHO MARX, creo sintetiza perfectamente lo acontecido en España desde que los poderosos lobbys de gays, lesbianas, feministas y demás defensores de la “ideología de género” se pusieron en marcha, años ha, con el fin de conseguir legalizar sus relaciones amorosas bajo el título de MATRIMONIO. Lo han conseguido.
En ciertos foros que he tenido ocasión de expresar mi opinión al respecto, he usado muchas veces la paradójica expresión de “tigres vegetarianos” referida a la inusual situación legal planteada. Me parece lo más aproximado a lo esperpéntico.
Volviendo a la máxima de MARX, ¿tenían algún problema estos colectivos?. Sinceramente, pienso que los derechos que pudieran derivarse de tales relaciones estaban más que amparados y protegidos con la denominada Ley de Parejas de Hecho. Derechos hereditarios, fiscales y de propiedad, entre otros, lo estaban. Amén del propio reconocimiento jurídico de la situación en sí que la Ley venía a reconocer.
Pero no valía con ello. Había que dar una vuelta de tuerca más. Y soliviantando a una parte mayoritaria de la ciudadanía (20.000 “matrimonios” entre personas del mismo sexo, frente a más de 2 millones entre hombre y mujer desde la aprobación de la Ley en el 2005) se sancionó como MATRIMONIO este tipo de uniones civiles (como se les denomina, con buen criterio, en el Reino Unido). El diagnóstico, pues, era falso. No existía tal problema en sí.
A continuación viene lo del remedio equivocado. El PSOE fue el partido que promovió y consiguió la aprobación de la Ley, masivamente contestada en la calle con macro manifestaciones; jamás ninguna otra cuestión había logrado reunir a tan ingentes cantidades de ciudadanos opuestos a una norma.
Pues bien, el PP, como primer partido de la oposición planteó la batalla contra ella a base de un recurso ante el Tribunal Constitucional, aplicando un “remedio equivocado”, redondeando la sabia máxima de MARX… Sabiendo, además, de antemano que la composición de dicho Tribunal auguraba un rechazo del recurso (como así ha acabado sucediendo).
La gran mayoría de sus votantes no cuestionaban la constitucionalidad de la norma en sí, sino la carga de profundidad que ella suponía para el concepto de matrimonio que ellos tienen: unión entre hombre y mujer, nunca entre dos hombres o dos mujeres.
Cuando el PSOE no está de acuerdo con alguna Ley, lo que hace, acertadamente, es derogarla cuando llega al poder y promulgar otra más acorde con sus principios. Parece de lógica aplastante. Lo que pasa es…
Que el PP últimamente parece no tener claros cuales son los suyos (los de la gran mayoría de sus votantes…).
Y así les va.