Hay que aclarar las cosas. Bien sabe el presidente Zapatero (y su sucesor) que la crisis económica y laboral que afecta a España no tiene una solución ni pronta ni inmediata. En consecuencia, su deseo de terminar la legislatura no obedece a tal fín (imposible), sino al de cerrar el círculo de sus reformas legislativas que se iniciaron con la Ley de Igualdad (reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo), pasó por la ampliación de los supuestos legales del aborto y de momento tiene su próxima parada en la ya en trámite Ley de derechos del paciente terminal.
Siendo fieles a sus principios masónicos que (a ambos) les comprometen, iniciaron sus reformas atentando contra el sagrado derecho a vivir de los más débiles y van a acabarlas con los enfermos terminales (igual de débiles)… Ésta y no otra es la causa de su vehemente deseo de llevar a cabo las reformas pendientes. Reformas que, por cierto, ninguna de ellas figuraban en su programas electorales, ni en el del 2004 ni en el del 2008…
El proyecto de Ley se las trae.
En primer lugar, elimina el constitucional derecho del profesional de la medicina para ejercer su objeción de conciencia. Y, además, le limita en el ejercicio de la aplicación de un derecho universalmente reconocido: la “Lex praxis”. Es decir, lo que profesionalmente considera que es justo aplicar; en éste caso, para paliar los sufrimientos del paciente.
Todo el derecho (absoluto) sobre el tratamiento a seguir recae en éste último.Y si no está capacitado, pues en sus familiares. Que, no nos engañemos, en muchas ocasiones por un sentido egoísta de “quitarse el muerto de en medio” optarán por autorizar el desenchufe… Amén de en otras tantas ocasiones, inconfesables deseos de heredar que también estarán presentes en sus perversas y retorcidas mentes…
Aunque tal vez el mayor de los problemas sea que el proyecto de Ley no contempla en absoluto ninguna referencia a la aplicación de cuidados paliativos y que tantas veces se han mostrado eficaces en grado sumo.Hay casos en la historia de recuperaciones incluso al cabo de varios años en fase considerada terminal…
Asimismo, pienso que no se tiene debidamente en cuenta lo importante que es la “vida mental” del paciente. El que un cuerpo esté muy limitado en sus funciones no debe ser óbice para valorar como se merece que el enfermo sí tiene esa vida interior (mental) que nunca se sabrá “a ciencia cierta” hasta que grado le puede hacer ser feliz pensando en su pasado, presente e incluso futuro, a pesar del sufrimiento físico que pueda padecer. Puede perfectamente ser feliz, saboreando,por ejemplo, buenas noticias de los que le rodean, familiares y amigos…
Ante este terrorífico proyecto de Ley que aquí denuncio, Rajoy, según costumbre, calla escandalosamente. Ya lo ha dicho en reiteradas ocasiones: “lo importante es la crisis”.
Y ello me preocupa sobre manera…
