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Cabecera La Hora de la familia

El “mandao”


Si  se repasa  la vida de Franco,  se llega a la conclusión de que, en el fondo, siempre fue un “mandao”. Aunque pueda parecer lo contrario.

Lo primero que hicieron fue “mandarle” a la guerra de África. Sitio de donde, por cierto, pocos oficiales salían vivos y menos aún triunfantes…

El siguiente “mandao”,  fue nada menos que dirigir el denominado bando nacional de la Guerra Civil en España. En contra de lo que se piensa, no fue el propio Franco el instigador de la insurrección. La prueba palpable es que para cumplir con el “mandao”, pidió a cambio (y se le concedió) dos cosas: que su mujer y su hija fueran a Bélgica y un cheque por valor de trece millones de pesetas…

El tercer “ mandao” fue el de publicar el llamado “Decreto de Unificación” y que básicamente consistía en integrar la Falange en el denominado “Movimiento”. Y como ya es sabido que la Falange, entre otras cosas, propugnaba la nacionalización de la Banca, pues es fácil colegir que (como ahora) es la que “mandaba” (entonces, con los March a la cabeza). Así que,  nada nada, a firmar el “mandao” y pálante…

A continuación le “mandaron” que su sucesión fuera  vía monarquía.  Sólo puso dos condiciones: que el Príncipe jurase los principios del Movimiento y que le sucediera sólo a su fallecimiento. Y dicho y hecho. “A mandar”…

Y el último “mandao”  lo hizo Carlos Arias. A pesar de que, en vida, él había dicho a su mujer que descansarían juntos en el panteón familiar  del cementerio de El Pardo (donde están los restos de ella), Arias  lo envió (sus restos) nada menos que junto a los de José  Antonio. Seguro que éste último se removería lo suyo al notarle junto a él…

Ahora el PSOE lo quiere  mandar…no se sabe bien a dónde. Pero desde luego,  fuera del  Valle de los Caídos. Otro caramelito envenedado que le deja en herencia al PP, vía informe de la Comisión de expertos que aconseja su “rápido” traslado. Al parecer, es el principal problema que tenemos los españoles. Ni paro, ni deuda, ni leches. Lo importante, a juicio del Gobierno, es dónde  deben descansar los restos de Franco…

Ya ha dicho su hija (creo que con buen criterio) que de eso (cambiar), nada. Que comulga con  la conocida doctrina, “dejad que los muertos descansen en paz”… Claro que como den  vela en este entierro (nunca mejor dicho) a algún que otro heredero (nieto  o consorte de nieta), de esos que tanto se dejan ver por “cuéntame”, son capaces de montar un pollo y un negociete de los que tanto les gusta (todo por la pasta), poniéndole en algún lugar de mucho paso turístico  y empezar a cobrar diez eurillos por sacarse una foto junto a la tumba del General.

¡Quién sabe!…

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