He escogido el título de aquella inolvidable película de nuestros añorados años sesenta y de los “rompecorazones” Robert Mitchum y George Peppard, para, salvando las distancias, ponerlo en relación con el ministro Miguel Sebastián, de tan infausto recuerdo para los votantes socialistas madrileños…
Con él siempre llega el escándalo. Primero fue con su denuncia por los amoríos secretos del alcalde Gallardón. Después, cuando su segundo de a bordo en la Oficina Económica de Moncloa y su discutida incorporación a la Presidencia de los empresarios inmobiliarios. Y ahora, lo que más nos interesa a los MAYORES: el recibo de la luz.
La Comisión Nacional de la Energía habla de una subida del 11%.Y el ínclito Sebastián dice que le parece “razonada y razonable”. Pues qué bien. Pero ahí no acaba la cosa.
Por si el aumento de los beneficios de las compañías eléctricas (35% en el 2007) no fuera suficiente para “razonar” la subida, el señor Ministro plantea algo más: la desaparición de la tarifa nocturna, a la que tantos jubilados se han acogido para abaratar la ya de por sí costosa factura. Y que, además, supuso en su momento un importante desembolso económico para adaptar la calefacción al sistema. ¡Viva la vida!, que diría el clásico.
De la misma manera que la Compañía Telefónica ofrece tarifas reducidas para jubilados, parece lógico mantener que las Compañías eléctricas deberían hacer lo mismo respecto a la luz.
Pero como parece que ello no es “políticamente correcto” para Sebastián, pues “ajo y agua” (evito la traducción del dicho castizo).
Esta esperpéntica situación me lleva a incorporar a los fines del nuevo PARTIDO DE LOS MAYORES (del que próximamente daré noticias) la consecución de una tarifa especial para jubilados, que me perece de la mayor justicia.
¡MAYORES al Poder!