Hoy los tiempos cambian que es una barbaridad. Y esa situación de las llamadas ”familias plataformas de colocación” estiran su situación en tal estado años y años… de forma que lo que antes era un corto espacio de tiempo, ahora se transforma es una situación que, como dice un conocido anuncio, dura y dura…
Pero también tiene sus ventajas. Una de ellas es que se prolonga la temida llegada del síndrome del ”nido vacío”.Y ello siempre es de agradecer. Cuanto más tarde, mejor. Parafraseando una célebre novela, podríamos hablar de ”los intereses creados”: los hijos tienen la manera de ir haciendo hucha para la nueva vivienda y demás gastos de emancipación y los padres alargando la llegada del temido síndrome.
Por otra parte y dado que el gasto obligado (estudios) ya no existe, pues la economía doméstica se relaja e incluso permite ciertas alegrías y extras. Igualmente, la ausencia de obligaciones paternas, control de horarios, salidas, compañías, etc., hacen que el relax se amplíe y consecuentemente mejore la calidad de vida familiar.
Hablando de economía, hay quien encuentra incluso una manera de cambiar gasto por ingreso, mediante la llamada ”hipoteca inversa”. Como la vivienda ya está pagada, se hipoteca a la inversa y se va ”cobrando en vida”. ¡Mucho mejor!. Al fin y al cabo, piensan los que así actúan, cuando nos muramos y vayan a heredarla (la casa), estará hecha una ruina…
La ”plataforma de colocación” no sólo abarca a los hijos. Muchas veces también son las madres las que aspiran a reintegrarse en el mundo laboral, tras haber dedicado años a la crianza de ellos. Las dificultades no son pocas, pero como hoy en día impera la cultura de la subcontratación y el autoempleo, pues algunas lo consiguen (incluido el teletrabajo) y como se suele decir, se ”auto realizan”. Los padres, también muchas veces afectados por prejubilaciones y planes de reconversión, se ven obligados a acudir a la búsqueda de empleo desde ”la plataforma”. Todos, pues, a la Oficina de empleo (también es una manera de ahorrar gastos: todos en el mismo coche, se ahorra gasolina…). Incluso los yayos son también llamados al curre: cada vez se incentiva más las contrataciones para los mayores de 55 años, prolongando con ello la edad de jubilación y su costoso precio a las arcas del erario público.
En casa hace años que nos convertimos en ”plataforma”.Y como hay mucha distancia de edad del primero al último de los vástagos (14 años), pues ya digo: el síndrome del nido vacío se nos aplaza largamente. Respecto a la hipoteca inversa no lo acabamos de tener claro. Son muy clásicos y prefieren heredar activos a deudas… además ese clasicismo les está llevando a usar la ”plataforma” para aparcar nietos y transformarla así en ”plataforma de aparcamiento”… (vamos a tener que poner una señal de ”prohibido aparcar”).
¡Viva el curre!
