Para mí, fundamentalmente por su valerosa defensa en pro del matrimonio, base de la unidad familiar. Desde sus propias filas laboristas (y fuera de ellas, también) tuvo que afrontar la marea que pretendía homologar el matrimonio de las parejas homosexuales al de hombre y mujer.
Y dijo: ¡hasta aquí hemos llegado! Y como es un hombre de grandes dotes negociadoras, consiguió que se quedase en sus justos términos: uniones civiles. Con determinados derechos, por supuesto; pero nunca equiparables al concepto de Matrimonio.
Asimismo, estas uniones civiles tampoco pueden ejercer el derecho de adopción, como lamentablemente se permite en el minúsculo grupo a nivel mundial de los cinco Países que lo consienten: Bélgica, Holanda, Canadá, Sudáfrica y España.
Permanentemente le hemos visto en compañía de su familia, en cuantas ocasiones sus ocupaciones se lo permitían. Y se ha hartado de declarar que para él lo más importante seguía siendo su familia.
Próximamente va a abrazar el Catolicismo. No me extraña, teniendo como tiene de principal referente a su compatriota Tomás Moro; aquél maravilloso ”Premier” que dio incluso su vida por defender sus principios que le impedían aprobar el divorcio de su Rey, Enrique VIII de Catalina de Aragón. Ello supuso la separación de la Iglesia Anglicana del Papado de Roma. Históricamente, esa ha sido la principal diferencia entre ambas Iglesias, y Tony Blair habrá visto claro donde está ‘su’ sitio como Cristiano, conforme a sus principios familiares…
Es un gran amante de España, donde como otros miles de compatriotas viene a pasar sus vacaciones de verano. Siendo también un amante de nuestras tradiciones, cultura y gastronomía.
Pues aquí debe saber, apreciado ex, que todavía quedamos unos cuantos (millones) de españoles que mantenemos como UD. firmes nuestras convicciones en defensa de la institución familiar, conforme a los principios tradicionales de nuestra civilización.
¡Bienvenido Mister!
