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Cabecera La Hora de la familia

¡Alegría, alegría!


Ya se que la crisis nos abruma, nos ahoga, nos sobrepasa. Y los recortes. Y la no revalorización de las pensiones. Y la sanidad. Y la enseñanza. Y la justicia. Y los paros. Y las manifestaciones a todas horas. Y…

Pero si en estos días no tenemos un mínimo de alegría, de cambio de chip, no lo tendremos nunca. Todo depende del enfoque que lo queramos dar…

La primera alegría que nos vamos a llevar (¡seguro!), es que la profecía Maya va a fallar. Tras el 21-12-2012, vendrá el 22 y el 23 y el 24 y el 25 y el 26 y…así sucesivamente. Nada de fin del mundo que valga. ¡Ya lo veréis!…

Y hablando del 22-12, ahí llegará (también seguro) otra gran alegría, eso sí para unos pocos, pero alegría al fin y al cabo: cinco numeritos harán quitarse las penas (económicas) a los afortunados, reafirmando el dicho de que “las penas, con pan, son menos ”…

Más alegrías. No la hay mayor que volver a ver a los seres queridos (igual que el mayor sufrimiento es no poderles ver). Y en estas fechas más de uno se llevará una inmensa alegría al ver a la madre, al padre, al hermano, al hijo, al amigo ausente, que como dice el anuncio “vuelve a casa por Navidad”…

Y más alegrías. Las que nos proporcionará volver, otro año más, a montar el Belén (con su asno y su vaca, ¡faltaría más!) y/o el árbol de Navidad. Constatando que ¡por fin! algo sale gratis. Que en los tiempos que corren no es moco de pavo (a propósito de Navidad)…

Cuarenta y ocho horas más y otra gran alegría, ésta sí que de las gordas: nada menos que rememorar la venida de Dios a este mundo en forma de inocente criatura. Maravilloso acontecimiento que hará felices a muchos millones en todo el orbe…

También para muchos aparecerá un entrañable anciano con regalos para grandes y chicos. Los dejará al pie del árbol de Navidad, o sobre la mesa para que sean abiertos cuando la familia se reúna en torno a ella.

Y como colofón de tal espíritu de alegría y amor que en estos días se respira en el ambiente, todos seremos más amables, más sonrientes, cederemos el paso, doblaremos nuestro saludo y al clásico “buenas”, añadiremos un sentido y cariñoso “FELIZ NAVIDAD”…

¡Que es lo que yo os deseo de todo corazón, un año más, mis amables lectores!

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