El sinsentido que tantas veces produce la aplicación de normas legales por instancias judiciales llega también al campo del deporte. Parece que está de moda fallar verdaderas atrocidades que no se sostienen bajo ningún concepto.
David Villa es un extraordinario jugador de fútbol, muy querido y apreciado por todo aficionado, pues no en balde ha conseguido importantísimos goles con la Selección Española. También con su actual equipo, el C.F. Barcelona.
Y como persona, amén de otros buenos atributos, le acompaña una maravillosa familia. Su mujer y dos preciosas hijas que hacen las delicias al feliz padre.
Villa ha pasado por un calvario con una gravísima lesión que le ha tenido apartado de los terrenos de juego varios meses. La recuperación ha sido lenta y dura a más no poder. Y gracias al apoyo y amor continuo de sus tres seres más queridos ha podido vencerla y volver sano y salvo a practicar su profesión.
Pues bien, durante el reciente partido de Liga jugado en el Nou Camp entre el Barça y la Real Sociedad Villa marcó un gol. El primero tras su grave lesión. Y para celebrarlo a lo grande, en una natural y humana explosión de júbilo se alzó la camiseta y mostró otra que portaba debajo con el lema “IMPOSIBLE SIN VOSOTRAS”. Maravilloso gesto de persona y padre de bien. De bien nacido es ser agradecido…
Pero resulta que un nefasto Código Disciplinario de la Federación Española de Fútbol prohíbe todo tipo de manifestación de lema bajo cualquier concepto y además lo multa con 2.000 a 3.000 euros. ¡Toma ya!…
Es decir, y ya que hablamos de la Real Sociedad, al mismo nivel que si un jugador de ese equipo enseñase un “Gora ETA”, pongo por caso. Tremendo, ¿no?…
Lamentablemente hay antecedentes también muy tristes e inexplicables en aplicación (torticera) del mencionado Código. Y así, cuando al jugador Castejón le sancionaron por recordar a su fallecido ex compañero Jarque o a Leo Messi por cometer el grave “delito” de felicitar a su santa madre en el día de su cumpleaños. Tal cual.
A quien en realidad habría que multar sería a los autores de tan impresentable Código Disciplinario. Ellos son los causantes del desaguisado.
Como digo, está visto que en España nos están volviendo locos todos los Jueces falladores de inconcebibles fallos y sentencias. Desde Bermúdez al Constitucional, pasando por los “enfermizos” presos etarras y acabando en lo de Villa.
Dios les perdone…
