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Aula de Abuelos

Dentro de las actividades llevadas a cabo por la Asociación de Antiguos Padres de Alumnos del colegio de mi último vástago (y sobre la que tuve ocasión de escribir en su momento), la entidad “AULA FAMILIAR” ha impartido una estupenda sesión sobre el papel de los abuelos en la familia, cuyas conclusiones paso a comentar.

Lo primero que los abuelos debemos transmitir es alegría y felicidad; en base a un viejo proverbio según el cual “LA SONRISA CUESTA MENOS QUE LA ELECTRICIDAD Y DA MÁS LUZ”, debemos ser eso: transmisores de alegría y consiguiente felicidad al resto de la familia. Para ello y como primera medida debemos asumir que el dolor (físico o mental) ennoblece y purifica. Ante cualquier sufrimiento humano, además de consolar todo lo que se pueda, hay que destruir sus causas. No hay causa indestructible. Ahí está el secreto. Ante el dolor, la familia es el mejor refugio. Todos lo comparten y todos ayudan a superarlo.

Otro elemento de vital importancia y sobre el que tenemos mucho que decir (y hacer) es el de integrar en nuestra Familia a la familia de los yernos/nueras y a eso ayudan las celebraciones, que suelen ser un nexo de unión. Y a su vez, quitar hierro a las diferencias y no decantarse por ninguna de las partes, intentando crear un ambiente de paz y serenidad. Como contrapeso a nuestra senectud, debemos tener en cuenta que ser joven es ser capaz de estrenar cada día nuestra propia vida. Sentirse activos, desterrando tedio, monotonía, depresiones, abandono…Aprovechar nuestra experiencia y creatividad, conocimientos y posibilidad de enseñar.

Los abuelos debemos ser complementarios, no sustitutos de nuestros hijos. Respetar siempre lo que dicen los padres. Si nuestro parecer es distinto decírselo a nuestros hijos sin estar los nietos delante. A estos deberemos transmitirles ternura, serenidad y autoestima. Desde que nace, en el niño hay que crearle hábitos de comidas, sueño, orden e higiene. Fomentando la generosidad, la sinceridad y la obediencia.

Amor y cariño a cambio de nada. Dar sin que se note y siempre con una sonrisa. Resumiendo: ser un buen abuelo es simplemente ESTAR y estar alegremente. Como veis, grandes ofertas de formación para lo que nunca dejamos de estar bien preparados. La “abuelancia” es un estado que se espera pero que normalmente nos pilla  desprevenidos en nuestra formación y conocimientos.  

El saber no ocupa lugar en el tiempo de la vida…

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