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Cabecera La Hora de la familia

Nombres propios

Naturalmente el Juez del Registro ha denegado tamaño despropósito. Es de suponer que al padre en cuestión le arrastraría la pasión por el grupo musical “hombres G”, pero de ahí a sacrificar de por vida a la criatura con tal disparate…


Cada vez se hace más latente irse olvidando de los estupendos nombres que el santoral  cristiano tiene: los ”Jósua”, ”Melinda”,”Jessica”,”Jennifer” y demás lindezas, suenan con más insistencia, sin conseguir con ello otra cosa que salirnos  del tiesto. Qué mejores y a propósito con nuestra cultura que MARÍA, SONSOLES, PILAR, COVADONGA, AMPARO, ALMUDENA, PALOMA… y para ellos MANUEL, JOSÉ, ANTONIO, JORGE, EDUARDO, LUIS, etc., etc.,…


En la población burgalesa de Huerta de Rey han llegado al extremo de buscar, previo acuerdo de todos los vecinos, nombres poco frecuentes (un snobismo más) del santoral martiriológico romano; y así, van tan felices ciudadanos por las calles que atienden a nombres tan peculiares como: Austringiliano, Burgundófora, Toptisa, Tiola, Ediltrudes ó Hierónides… Aunque el no va más sea tal vez el caso de Firmo, el hombre al que dos guardias civiles retiraron una multa tras comprobar que cuando le pedían que la firmara y él ponía Firmo, no se estaba riendo de ellos.


En el caso de los Papas tampoco he llegado a comprender bien por qué no pueden pasar a la historia con su nombre de pila: por citar solamente a los dos últimos, me parecen muy válidos los de Karol y Joseph. Resulta difícil entender los motivos, máxime cuando el primero (como parece más lógico) siempre fue considerado como Pedro; lo de Benedicto a mí por lo menos me suena a muy antiguo…


Los Reyes (y Reinas) parecen empeñados en seguir reiterando los nombres de sus antecesores, tampoco acierto a saber muy bien el por qué; y según rumores de la Corte, el de Pelayo está reservado para el primer vástago de los Príncipes de Asturias, con lo que también sonará como muy antiguo lo de Pelayo II.


Lo de poner la onomástica del día en que se nace, antigua costumbre, entiendo que debe tratarse con cierta flexibilidad. Muchas personas también arrastran de por vida el triste peso de llevar algunos nombrecitos bastante lamentables. En mi caso, me llamaron Ramón por salir de cuentas mi madre en tal fecha (31 de Agosto); me retrasé un poco (estaba muy bien como estaba) y ”llegué” el 15 de Septiembre, día de los Dolores de Nuestra Señora. En tal caso, y según costumbre, hubiera sido ”Lolo”.


Mis padres eran  cabales y sensatos…

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