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Cabecera Me Viene A La Memoria

40 AÑOS QUE NINO NOS DEJÓ

Por unos u otras razones, sucede que nos aferramos a nuestras etapas pasadas de tal manera que no concebimos que el tiempo siga discurriendo y nuestras vidas alargándose. Por eso, muchas de nuestras actitudes son de difícil asimilación: no alcanzamos a comprender la evolución del tiempo ni de nosotros mismos. Tampoco la del resto del mundo al que seguimos viendo como lo veíamos hace 30 ó 40 ó 50 años. Muchos conservamos en nuestra memoria etapas agradables o lo contrario, imágenes pretéritas, referencias de artistas populares entonces y ahora desaparecidos en su mayoría, bien del tablado farandulero o incluso del mundo. Muchos de aquellos momentos, traídos semanalmente a este blog de Mayormente, parece que ocurrieron ayer, pero ha pasado el tiempo. Tanto como medio siglo. Han pasado los días, los meses, los años y los lustros, que con esta medida es como hay que referirse al tiempo transcurrido.

Cuarenta años, o sea 8 lustros, han pasado desde que un accidente de carretera se llevó la vida de Nino Bravo. El aniversario fue hace un par de días, el 16 de abril y el año referido 1973. Han pasado 40 años pero Nino sigue igual para la gran mayoría. La presencia de su aspecto –al menos el que imaginamos, el que acude a nuestro recuerdo es del joven impulsivo, seguro de sí mismo, corpulento, educado, sensible, dueño de un torrente de voz…

Le recordamos como era hace 40 años, que no es poco. Y por supuesto, ni se nos pasa por la imaginación que, de seguir entre nosotros, Nino, a punto de convertirse en septuagenario, es posible que se mantuviera pleno de facultades, como lo pueden estar Plácido Domingo, Montserrat Caballé o Julio Iglesias que con sus respectivas edades todavía mantienen la fuerza necesaria para enfrentarse al ejercicio de su profesión. Otros, con la misma edad han abandonado, limitados por sus fuerzas y deteriorados por el transcurrir del tiempo. ¿Alguien puede imaginar a un Nino Bravo pasado de kilos en la cintura, carente de atributos capilares en su cabeza, sin seguridad en la voz o con ésta perdida y con achaques en su salud? No, ese ejercicio de imaginación es demasiado difícil. La imagen que nos ha quedado de Nino Bravo, es y lo será siempre la que tenía cuando nos dejó y que  nuestra memoria conserva al igual que el sonido de su voz aplicada a las canciones que le dieron la fama.

La fama de Nino Bravo, al no ser producto de la casualidad ni la promoción, sino consecuencia de la calidad y concepto del arte que encerraba en su personalidad, perdura a través de los años sin que haya menguado lo más mínimo. Las nuevas generaciones saben de él y de sus temas musicales que cantan como si se tratara de un artista actual. Una fama que le llegó deprisa como deprisa se fue el cantante. Todo lo consiguió en tan sólo 4 años, algo que, si es que ha ocurrido en otros casos serán los mínimos. Éxitos rápidos, muchos, pero permanencia en ellos, muy pocos.

Unos pequeños escarceos por el ambiente musical, con el grupo Los Hispánicos, fue el aprendizaje de Nino Bravo para quien su pasión era cantar, cosa que por entonces no pasaba de llevar a cabo en verbena y fiestas de barrio, alternando con su trabajo en un taller de joyería. La participación en algún festival y algunos intentos de introducirse en el mundo discográfico con un álbum de Manuel Alejandro cuyos temas pasaron con más pena que gloria, es lo que queda de aquella primera aproximación de Nino Bravo a la música profesional. Una época de transición de la que quedan las experiencias sonoras, aunque no nos resulten en absoluto conocidas.

http://www.youtube.com/watch?v=Z53MMgJbbv4

La oportunidad se la proporcionaría la inspiración de Augusto Algueró que le dio una canción que ya conocían otros intérpretes como Raphael, Lola Flores o Carmen Sevilla aunque nunca llegaron al mercado con sus voces. Era “Te quiero, te quiero”.

http://www.youtube.com/watch?v=Y-IOkADqVk8

El disco no tardó en alcanzar una más que considerable popularidad en un tiempo record. Fue un verdadero impacto en el mundo del microsurco. Apareció en el verano del 69 y ese mismo año fue canción del verano y lanzamiento de Nino Bravo, que es como se hacía llamar el nuevo intérprete aunque su verdadero nombre fuera Luis Manuel Ferri Llopis. Después “Noelia”, “Mi gran amor”, “Esa será mi casa”, “Voy buscando”, “Un beso y una flor”, “Libre”…

http://www.youtube.com/watch?v=BrwKxjjGP1w 

Nino Bravo se convirtió en un auténtico mito y referencia si de triunfo se trataba. Su fama le llevó a representar a España en Eurovisión, a recorrer diversos países sudamericanos y entre y gala, como aquél que dice, casarse y convertirse en padre. Como reportero de Televisión Española me tocó hacerle muchos entrevistas y seguidas, porque la aparición de un nuevo disco, un nueva gira o cualquier otro aspecto noticiable se sucedían.

Entre tanta canción y entre tanto viaje Nino Bravo, que siempre presumió de su condición de valenciano, no puso nunca voz al famoso himno de la capital del Turia, que es algo como imprescindible para los hijos de aquella tierra levantina, más si su profesión es la de cantar. Nino reparó esa carencia durante las fallas de 1973 y poco después no volvería a cantar. Fue su última actuación en Valencia. Apenas habían transcurrido 4 años desde su debut discográfico. ¿A dónde hubiera llegado de haber continuado dedicándose a la canción en el mundo de los vivos? Quizá a escuchar esas críticas que tanto se producen en nuestro país a quienes llevan algún tiempo asomándose a los escenarios. El éxito continuado es algo que aquí no se perdona. Tan al contrario de lo que ocurre en otros países; es el caso de nuestra vecina Francia y nuestra próxima Italia donde, según transcurre el tiempo, es mayor la idolatría por los artistas veteranos y para ellos es el reconocimiento colectivo y el orgullo de ser sus compatriotas.

http://www.youtube.com/watch?v=eN75bnarf7A

Con motivo de este 40 aniversario de su muerte se han organizado diferentes actos de homenaje al cantante, así como la actualización de su web. Entre ellos la aparición de un sello de la ONCE dedicado al intérprete valenciano, y una exposición que ha organizado El Corte Inglés de Valencia y otros actos en su localidad natal Aielo de Malferit. De Valencia partió, a bordo de su potente automóvil recién adquirido en el que a primera hora del 16 de abril de 1973 se desplazaba a Madrid. Un viaje rápido, prácticamente de ida y vuelta, que no llegó a cumplir sus objetivos ya que en una curva de la carretera se salió de la misma provocándose el accidente que le costó la vida. Al escucharle ahora, en las canciones que dejó grabadas, no tenemos sensación de lejanía en el tiempo. Han pasado ya 40  años (los que tiene su segunda hija que no llegó a conocer) pero su imagen no se ha desdibujado y sus canciones tienen la misma fuerza que entonces. Casi diríamos que los hechos ocurrieron ayer.

http://www.youtube.com/watch?v=tfpqKPsAjAM

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