Esto se acaba, como puedo deducir por la tromba de agua que veo caer mientras escribo este post; el verano va anunciando, poco a poco, que se aproxima su fin. Días que van acortando su luminosidad, playas semiabandonadas, temperaturas que rebajan su intensidad, hojas que empiezan a desprenderse de los árboles, carboneras y leñeras que comienzan su almacenaje de cara al invierno… No, eso era hace años; por lo menos 50, cuando se cocinaba con carbón. Por muchos detalles se intuye la despedida del verano, menos por uno que hasta hace poco determinaba que había terminado: cuando se proclamaba el título de la “canción del verano”, algo en lo que coincidían prácticamente todas las emisoras de radio y todas las opiniones, ya que algunos títulos musicales estaban totalmente ligados al estío y nadie discutía la preferencia por parte del público hacia uno de ellos. Incluso alguno más.
Este aspecto apenas se cuida en la actualidad, quizá para establecer una diferencia de calidad entre aquellas canciones y las actuales pudiendo calificar de horteras a las de entonces y considerarlas una especia de subgénero musical. Lo de criticar el pasado, con o sin razón, incluso haciendo burla, es muy habitual. No es que aquellos temas tuvieran una calidad merecedora para ser incluidos en un repertorio de conciertos, pero eran agradables, sin pretensiones, fáciles, pegadizos…, es por ello que de todo el mundo eran canciones conocidas, sobre todo las que se proclamaban con el, supongo que honroso, título de “canción del verano”, algo a lo que no pueden aspirar apenas ninguna de las actuales, sin que ello quiera decir que son de mayor calidad musical. No se producen en la actualidad canciones de auténtico impacto, empezando porque los actuales estilos musicales no son fáciles de asimilar melodicamente. Ni siquiera por quienes los defienden. Muchos grupos y solistas se iniciaron, tras ser proclamados artistas de verano desde sus canciones, en la profesión artística o se reafirmaron en la misma si ya arrastraban algún tipo de trayectoria.
Haciendo memoria, e historia, podemos considerar que la primera canción veraniega fue “Mariquilla”, en el 58, que dio popularidad a José Luis y a su guitarra ya que era junto a ella como se anunciaba.
http://www.youtube.com/watch?v=BvjHVY-bRXQ
Además de alzarse como canción del verano ya que fue por entonces cuando se acuñó este calificativo, lo fue de todo el año puesto que con ella comenzó la difusión generalizada de la música juvenil. A partir de entonces se sucederían los éxitos veraniegos, aspiración generalizada entre la totalidad de intérpretes ya que por mucho que los “intelectuales” traten de alejarse de lo comercial, a nadie le amarga el dulce de las ventas teniendo en cuenta que viven de ellas. Así surgieron y se consagraron como veraniegas “La yenka” con la que Johnny and Charley sugerían el movimiento de izquierda a derecha, adelante y atrás, un, dos, tres o “Borracho” que Los Bincos popularizaron en el verano de 1965. En otros veranos el galardón correspondió a las que las sucedieron entre las que están el “Black is black” de Los Bravos o “Juanita Banana” de Luis Aguilé (1966), “Los chicos con las chicas”, otro impacto de Los Bravos en 1967, el “La, la, la” de Massiel al año siguiente, o “María Isabel” de Los Payos y “El baúl de los recuerdos” de Karina que en las postrimerías del último año de la década supusieron grandes éxitos tanto de verano como de todo el año. De aquella época, año arriba año abajo, son “Mejor”, “Chica ya ye”, “La escoba”, “Me lo dijo Pérez”, “Anduriña”, “Tengo tu amor”, “Limón limonero”, “Cuéntame”, “Un rayo de sol”, “Noelia”, “Las flechas del amor”, “Help”, “Achilipú”, “Borriquito”, “Te quiero, te quiero”, “Vacaciones de verano”, “Y viva España” o “Eva María” donde Paquito, de Fórmula 5, hacía ejercicios de equilibrio en el escenario sin descoyuntarse, como pudimos apreciar hace unos días en que reapareció en un programa televisivo, aunque carente de posesión capilar.
http://www.youtube.com/watch?v=ELnkgb228Pk
Ninguno de estos títulos resultan desconocidos para nadie ni tampoco sus pegajosas melodías. Ni sus intérpretes: Nino Bravo, Formula V, Peret, Los Brincos, Juan y Junior, Los tres Sudamericanos, Los Diablos…
http://www.youtube.com/watch?v=nXCVkGvFo4Y
Sólo algunos títulos y algunos cantantes o grupos de entonces, sin contar los extranjeros, que me vienen súbitamente a la memoria y a los que, tanto yo (que tuve ocasión de tratar con casi todos ellos), como cualquiera de vosotros, podría añadir una lista interminable sin necesidad de ser un prodigio memorístico. Alguno de ellos tenían precisamente el verano como tema para la letra, como ocurrió con Mungo Jerry que tituló su tema más popular como “In the summertime”.
http://www.youtube.com/watch?v=6BM3j9pKXJ8
Veraniego, es el tema de los Hermanos Rigual al que con tanta frecuencia recurríamos en los guateques de nuestra juventud. Veraniego ya que habla de calor, de sol y de playa.
http://www.youtube.com/watch?v=v-RTbBVts7E
Lo que no podemos hacer nunca es pensar que el verano es eterno. No es más que un espejismo en lo cotidiano de nuestras vidas que, de repente, desaparece. El verano, como los yogures, tiene fecha de caducidad y con ella hemos de regresar a lo de siempre. Mal que nos pese. El Dúo Dinámico lo tuvo en cuenta.
http://www.youtube.com/watch?v=5Be01Gl0_DU
Una demostración también referente al final del verano, de lo que se va con el calor, de toda esa alegría que las vacaciones proporcionan, de todas las sensaciones que de él se extraen, de todos los momentos agradables, de la desconexión con lo formal y habitual está en una película de cuyo estreno se cumplen ahora 25 años y que en su momento constituyó todo un icono entre el público adolescente sobre todo: “Dirty dancing”. El final de unas vacaciones veraniegas de familia en un balneario, con sus animadores, sus concursos de baile, sus enamoramientos, sus intrigas… todo muy sencillo pero con música, drama, amores, romanticismo, intriga, baile, adolescencia…todos los elementos para convertirse en un éxito, como lo fue tras su estreno. Con una extraordinaria banda sonora que, si mal no recuerdo, supuso que le fuera concedido el Óscar a la mejor canción original.
http://www.youtube.com/watch?v=WpmILPAcRQo
La mayoría de aquellas canciones “del verano” no pasarían una prueba de calidad musical, pero se dejaban escuchar; eran pegadizas, alegres y muy comerciales, que tampoco es malo poseer esta cualidad. Aunque muchos de estos temas alcanzaron su popularidad en verano y consiguieron esa denominación, cuando verdaderamente se alcanzó la definición de canción del verano para aquellos temas que se sitúan durante la época estival en la preferencia del público, es a partir de 1975 cuando apareció en escena Georgie Dann con sus canciones alegres de estribillos pegadizos, letras enormemente fáciles y bailables: “El bimbó”, “La barbacoa”, “Koumbó”, “El africano”, “La barbacoa”… Él es, sin duda, el gurú de este género musical veraniego. Y digo es porque ahí continúa, en su misma línea y con sus temas de siempre con sabor a verano.
http://www.youtube.com/watch?v=NKmJLKgzXhM
Desde luego, salvo alguna excepción, muy pocos temas veraniegos podrán aspirar a ocupar un lugar en la historia de la música popular, pero sí es cierto que durante unos meses contribuyen a alegrar nuestra existencia, nos hacen desconectar de la temporada de trabajo o estudios, sirven como motivo de repertorio y contratación para tantos y tantos intérpretes que recorren las plazas mayores de nuestros pueblos durante las fiestas de verano y proporcionan unos ingresos más que interesantes a sus creadores. En muchos casos los únicos de su rápida carrera musical.
Hace pocos días escuché en un programa radiofónico que este año no había “canción del verano”. No tengo ni la menor idea de si hay temas para considerarlos en este apartado, pero de haberlos es seguro que el año próximo no los recordaría nadie como hoy se recuerdan las canciones de hace bastantes años y que incluso conocen las generaciones que nos suceden. No habrá “canción del verano” como referencia a lo que experimentamos musicalmente durante el que estamos a punto de despedir. La única referencia de que dispondremos en el futuro relativa a este vaño será la prima de riesgo.