Hace años, un poco antes de alcanzar los 60 del siglo pasado lo que equivale a más de 50 transcurridos desde entonces, un cantante jienense que se anunciaba con su nombre de pila –José Luis– junto al de su guitarra a modo de apellido, popularizó una canción con la que tanto José Luis como su Guitarra adquirieron notoriedad en el panorama musical, logrando la que podríamos considerar como primera “canción del verano”, ya que hasta entonces no existía este calificativo para designar la canción más destacada durante el periodo estival. Fue desde entonces cuando se empezó a considerar esta especie de galardón con el que tantos artistas se han iniciado en el reconocimiento del público. Quizá, aquel tema de “José Luis y su Guitarra” sea de los que han pasado al olvido, ya que el artista decidió muy pronto abandonar el mundo de la canción y el éxito para transformarse en funcionario, por lo que muchos jóvenes de hoy ni siquiera lo conozcan, pero “Mariquilla” fue todo un éxito del que los de nuestra quinta sí que nos acordamos.
http://www.youtube.com/watch?v=BvjHVY-bRXQ
El verano, según el calendario y los que entienden de la cosa ha tocado a su fin. El sol todavía brilla con fuerza y hasta calienta lo suyo, pero lo cierto es que ya estamos en otoño. El rey de los astros ha variado su posición y en las playas sólo queda algún rezagado carente de ocupación (vamos, en el paro una vez finalizado el contrato temporal) y los jubilados que no tenemos ninguna prisa por el regreso, excepción hecha de los “abuelos canguro”. Todavía nos queda una tonalidad morena en la piel y hasta hemos sido capaces de superar el trauma post-chiringuito. Atrás quedan jornadas de ocio y diversión, amores de adolescencia que permanecerán en el recuerdo hasta que el otoño se encargue de la sustitución, aventuras playeras que no duraron más de una jornada y reemplazadas al día siguiente, y en los oídos el ronroneo todavía insistente de esa canción que no paró de sonar durante todas las vacaciones hasta quedar clavada en nuestro cerebro, aunque tampoco tardará en desaparecer. Es la canción del verano. La que se escuchó en cualquier rincón y en cualquier ambiente, en todas las emisoras, en todos los chiringuitos playeros, en todas las discotecas y en todas las fiestas veraniegas tan prolíficas durante el estío, coreadas por todas las gargantas presentes. Hace años fue ésta, interpretada por el de casi siempre en estos casos; Georgie Dann, que este año se adelantó al verano prestando su voz (mediante abono de su importe) al reclamo publicitario de unos grandes almacenes. La música utilizada fue la de una vieja conocida canción suya.
http://www.youtube.com/watch?v=LoIY82CgAv0
Desde que los de “Mayormente” aquí presentes tenemos uso de razón -lo que equivale a decir que desde que el tocadiscos adquirió la condición de utensilio doméstico- tenemos constancia de que siempre ha existido la “canción del verano”. Es más, un verano sin canción que le represente, es casi como decir que ese verano no ha existido. Evidentemente no es el caso porque siempre ha habido canción y por lo tanto verano. O al revés.
Sin embargo, algo diferencia a las “canciones del verano” de ahora a las que se proclamaron como tales en nuestros años mozos. Las de este año, por ejemplo, ya que nunca es una la que adquiere la exclusiva y que a estas alturas ya estarán más que decididas, seguro que el próximo año apenas serán recordadas. Por el contrario, tanto nosotros como las generaciones que nos han sucedido, conocen perfectamente “La yenka” con la que Johnny and Charley nos sugerían el movimiento de izquierda a derecha, adelante y atrás, un, dos, tres o “Borracho” que Los Bincos popularizaron en el verano de 1965. Tampoco las que las sucedieron los siguientes veranos entre las que están el “Black is black” de Los Bravos o “Juanita Banana” de Luis Aguilé (1966), “Los chicos con las chicas”, otro impacto de Los Bravos en 1967, el “La, la, la” de Massiel al año siguiente, o el “María Isabel” de Los Payos y “El baúl de los recuerdos” de Karina que en las postimerías del último año de la década supusieron grandes éxitos tanto de verano como de todo el año. De aquella época son “Mejor”, “Chica ya ye”, “La escoba”, “Me lo dijo Pérez”, “Anduriña”, “Tengo tu amor”, “Limón limonero”, “Cuéntame”, “Un rayo de sol”, “Noelia”, “Las flechas del amor”, “Help”, “Achilipú”, “Borriquito”, “Te quiero, te quiero”, “Vacaciones de verano”, “Y viva España” o “Eva María” donde Paquito, de F?rmula 5, hacía ejercicios de equilibrio en el escenario…
http://www.youtube.com/watch?v=ELnkgb228Pk
Ninguno de estos títulos resultan desconocidos para nadie ni tampoco sus pegajosas melodías. Ni sus intérpretes: Nino Bravo, Formula V, Los Diablos, Peret, Los Brincos, Juan y Junior, Los tres Sudamericanos… Sólo algunos títulos y algunos cantantes o grupos de entonces, sin contar los extranjeros, que me vienen súbitamente a la memoria y a los que, tanto yo (que tuve ocasión de tratar con casi todos ellos), como cualquiera de vosotros, podría añadir una lista interminable sin necesidad de ser un prodigio memorístico.
http://www.youtube.com/watch?v=nXCVkGvFo4Y
La mayoría de estas canciones no pasarían una prueba de calidad musical, pero se dejaban escuchar; eran pegadizas, alegres y muy comerciales, que tampoco es malo poseer esta cualidad. Aunque muchos de estos temas alcanzaron su popularidad en verano y consiguieron esa denominación, cuando verdaderamente se alcanza la definición de canción del verano para aquellos temas que se sitúan durante la época estival en la preferencia del público, es a partir de 1975 cuando aparece en escena Georgie Dann con sus canciones alegres de estribillos pegadizos, letras enormemente fáciles y bailables: “El bimbó”, “La barbacoa”, “Koumbó”, “El africano”… Él es, sin duda, el gurú de este género musical veraniego. Y digo es porque ahí continúa, en su misma línea, aspirando, supongo, a lograr una vez más la acreditación de canción del verano correspondiente a la presente temporada con algún tema que habrá sido igual que los anteriores. El que yo lo desconozca no quiere decir que no exista.
http://www.youtube.com/watch?v=NKmJLKgzXhM
Desde luego, salvo alguna excepción, muy pocos temas veraniegos podrán aspirar a ocupar un lugar en la historia de la música popular, pero sí es cierto que durante unos meses contribuyen a alegrar nuestra existencia, nos hacen desconectar de la temporada de trabajo o estudios, sirven como motivo de repertorio para tantos y tantos intérpretes que recorren las plazas mayores de nuestros pueblos durante las fiestas de verano y proporcionan unos ingresos más que interesantes a sus creadores. En muchos casos los únicos de su rápida carrera musical.
No tengo ni la menor idea de la que este año ha sido “canción del verano”, pero seguro que el año próximo no la recordará nadie y habrá que crear otra para entonces. A estas alturas, recién terminado el verano, lo único que nos queda de él es su canción que pronto olvidaremos. Como el mismo verano.