La historia del cine, el teatro y la televisión en España no se puede escribir sin mencionar el nombre de Tony Leblanc, ya que se trata de una larga vida dedicada a hacernos reír acompañándonos desde el escenario o desde las pantallas, grande y pequeña. Una vida tan larga que el próximo día 7 alcanzará los 90 años, convirtiéndole en el más veterano de todos los actores españoles; además en activo. Únicamente estuvo apartado de su profesión durante una temporada en que un grave accidente padecido en 1983 (tan grave que en una edición del Telediario se comunicó su fallecimiento) limitó su capacidad de movimiento obligándole a permanecer en una silla de ruedas, además de obligarle a realizar cerca de 40 visitas a los quirófanos reparadores. Sólo la oportunidad que casi cuatro lustros después le brindó Santiago Segura para intervenir en su “Torrente”, le alivió de todos los males y le reincorporó a la vida de los platós y el contacto con el público que, a pesar del paréntesis laboral, no le olvidó en ningún momento. Los que se dedican a eso de dar premios le habían considerado ya tan apartado que le homenajearon con un Goya honorífico, como se hace siempre que uno ya no es capaz de sostenerse en pie ni supone peligro de competencia. Tony Leblanc lo aceptó, como es lógico, pronunciando todas esas palabras que el agasajado siempre pronuncia con lágrimas en los ojos, consciente de que le queda poco de andar por este mundo, pero Tony, como especialista que es de la risa, se rió de todos los académicos y hasta de sí mismo, recuperándose, vamos a decir que plenamente, para sorpresa general. Y ahí anda, a los 90 años, con sus películas y sus series televisivas, haciendo gala de su vis cómica, de su facilidad de gesto y de su particular forma de expresarse verbalmente marcando las frases y cargándolas de intencionalidad según las exigencias del papel o las que él considera. Razones, todas ellas, por las que los académicos de los Goya y sus compañeros de profesión hubieron de volver a reconocerle con un nuevo galardón, aunque esta vez como mejor actor.
Tony parece, por lógica, derivarse de Antonio, pero no. Tony es en realidad Ignacio y Leblanc es Fernández Sánchez, unos apellidos muy respetables, pero poco aptos para servir de reclamo en los carteles anunciadores de obras de teatro o películas. Es por lo que el actor se inclinó por el cambio. Actor por vocación y decisión propia, aunque sabiéndose llamado a ser reconocido por su aportación artística. Ya lo intuían sus progenitores desde el momento mismo de su nacimiento que tuvo la originalidad de producirse en el Museo del Prado. No por capricho materno hacia su único hijo, sino porque era donde la familia vivía ya que su padre era conserje de la pinacoteca madrileña y en aquellos tiempos se nacía en el domicilio y no en el sanatorio. Un nacimiento que, además, se produjo el mismo día en que moría Manuel Granero, corneado por el toro “Pocapena”, lo que llevó a sacar la conclusión de que sería pintor o torero. Pero no fue ninguna de las dos cosas sino actor, aunque pasando por intentos en el boxeo y en el fútbol. Actor iniciado en el baile y la canción ya que bailaba y cantaba, cosa que en más de una ocasión demostró en la compañía de revistas de Celia Gámez. Un género, el de la revista, que ejerció durante muchos años contratado unas veces o con compañía propia en otras, donde desarrolló todo tipo de actividades: actor, bailarín, cantante, director, autor del libro y de la música y empresario teatral, además de productor cinematográfico, porque el cine no tardó en interesarse por su quehacer una vez implantado en las lides de los escenarios revisteriles. Una demostración de todas estas actividades en las que el éxito le acompañó es, dentro de la de músico, el pasodoble “Cántame un pasodoble español” que alcanzó elevadas cotas de popularidad y que hoy todavía se sigue escuchando.
http://www.youtube.com/watch?v=ntNMuB8ylkg
De aquellos momentos de máxima popularidad del actor hoy nonagenario, todavía se mantiene en el recuerdo de los aficionados al teatro, su participación en el espectáculo creado por Luis Escobar “Te espero en Eslava” donde alternó cabecera de cartel con Nati Mistral (recién incorporada a la cartelera teatral de Buenos Aires donde esperemos que lady botox no nos la expropie) y en el que también intervinieron las veteranas Raquel Rodrigo y Pastora Imperio, junto a una joven debutante que alcanzaría popularidad en la escena con otro tipo de papeles como es el caso de María Luisa Merlo, además de Viky Lagos y Laly Soldevilla, unidos todos para evocar jornadas pretéritas del género lírico.
Además de la revista, el cine proporcionó a Tony Leblanc numerosos títulos que impactaron en el público como “Las chicas de la Cruz Roja” o “Los tramposos” donde empleó todos sus recursos de comicidad para llevar a cabo el conocido “timo de la estampita” que, todavía, a estas alturas del siglo XXI, se sigue produciendo entre desaprensivos timadores y recién llegados a la capital procedentes del medio rural.
http://www.youtube.com/watch?v=cJnXMYy3Q2E
Detrás de las cámaras se enfrentó a desarrollar un personaje que era la pequeña historia de un perdedor, algo que le sucedió al mismo Tony dado que la película no tuvo demasiado éxito de taquilla con lo que vio volar gran parte del desembolso que había realizado en ella. Recuerdo al propio Tony contabilizando con apuro las sucesivas “tomas” en los estudios Ballesteros, con el fin de no utilizar más “cinta virgen” de la imprescindible al objeto de no encarecer el presupuesto. Lo mismo que si fuera un ministro actual. Ello obligó al extenso reparto en el que intervenían Lina Morgan, Manolo Gómez Bur, Manolo Morán, José María Rodero, Luis Peña, Fernando Sancho… a un doble esfuerzo ymedir con tino sus intervenciones con el fin de que no se produjeran más repeticiones de las estrictamente necesarias. Como si fueran unos ciudadanos/contribuyentes actuales.
La televisión fue otro de los medios desde el que el actor madrileño se acercó con frecuencia al público con sus sketchs en voz y expresión de los varios personajes que creó para tal fin, como aquel boxeador “Kid Tarao” cuya frase favorita era repetida por el público en general: “yo, de la Casa de Campo al gimnasio y del gimnasio a la Casa de Campo” o las andanzas de “Cristobalito Gazomoño”.
http://www.youtube.com/watch?v=_kgFrI3lNhA
Hasta se atrevió con el absurdo, siempre peligroso si el público no alcanza a entenderlo, como en la ocasión en que prometió a José María Iñigo hacer algo que nunca se había hecho en televisión alguna, cosa que cumplió saliendo al plató del programa donde peló una manzana y se la comió, marchándose a continuación.
http://www.youtube.com/watch?v=TIxTjiPKgOw
Del mismo modo se metió en personajes de mayor envergadura interpretativa como cuando se convirtió en “Don Mendo” para el que se precisa algo más que poner gestos o falsear voces, ya que el citado personaje exige al actor dotes dramáticas que, en este caso, es la forma de convencer al público desde un texto humorístico. Por ello es que en tantas ocasiones el papel creado por Muñoz Seca ha sido interpretado por actores llamados “serios”.
http://www.youtube.com/watch?v=TpNlUWDBYho&feature=relmfu
La mala suerte le obligó a suspender todo tipo de actividad escénica y recluirse en su casa al amparo de su mujer y sus ocho hijos y con el interés constante manifestado por todos sus compañeros de profesión. De todos ellos, algo que no está al alcance de todos los actores dadas las especiales características que tantas veces se producen en este gremio, llámese competencia o envidia. Es por lo que estoy seguro de que el próximo día 7 su casa se llenará de visitas y mensajes para felicitar a Tony Leblanc por su 90 cumpleaños. Por nuestra parte nos sumamos a la felicitación, a la vez que expresamos el deseo de que continúe muchos más años entre nosotros. A ser posible trabajando, que ello nos proporcionará momentos de alegría y a él motivo de salud.
