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Cabecera Me Viene A La Memoria

TAN FAMOSA COMO HACE 50 AÑOS

El aniversario de un suceso ocurrido hace 50 años, tuvo lugar el pasado día 5, que es cuando hubiera correspondido hacer público este post-recordatorio, pero no siempre se consigue hacer coincidir los aspectos recordados con las exigencias de publicación por lo que se ha producido este pequeño retraso en hacer público el recuerdo para la que fue el máximo icono cinematográfico del siglo XX: Marilyn Monroe, que hace ya medio siglo abandonó este mundo. Contaba en aquel momento 36 años desde su nacimiento en Los Ángeles, la misma ciudad que sirvió como escenario para su muerte todavía hoy, 50 años después, cargada de incógnitas. Incógnitas que para nada interesan a sus innumerables admiradores –sobre todo los miembros del Marilyn Remembered Fan Club– que, en un importante número, se congregaron el pasado día 5 en el cementerio donde reposan los restos de la actriz, así como en otros lugares de Los Ángeles relacionados con ella, para recordarla y reivindicar su admiración en un amplio programa de actos conmemorativos donde no ha faltado la proyección de sus película. Entre ellos, la inauguración de una estatua de 8 metros de altura, bautizada como “Forever Marilyn” en la que se recrea la famosa escena con la falda agitada por el viento en la película “The Seven-year Itch” que aquí conocimos como “La tentación vive arriba”.


La existencia de Marilyn, aunque nunca diera la imagen de que así ocurriera en sus trabajos cinematográficos, no fue precisamente un sendero de rosas, sino todo lo contrario. Su nacimiento y su infancia se sucedieron en el seno de una familia desestructurada. Al no poder atender su crecimiento ni educación por falta de medios económicos fue entregada en adopción a un matrimonio, aunque la madre la recuperó más tarde cuando dispuso de una casa donde alojarse. Poco después, el estado depresivo de ésta la llevó a entregar nuevamente a la niña a la custodia de una amiga que no tardaría en casarse, dando motivo a que la pequeña Marilyn continuara su itinerario de familia en familia adoptiva. En una de ellas, contando sólo 12 años de edad, padeció abusos sexuales por parte de uno de los miembros de aquella familia adoptiva. Cuando alcanzó los 16 y ante el temor de ser recluida en un orfanato, ya que sus tutores en aquel momento debían trasladarse de Estado, aceptó contraer matrimonio con el hijo de unos vecinos, James Dougherty, algo mayor que ella. Corría el año 1942 cuando se convirtió en esposa y ama de casa lo que la abocó a abandonar sus estudios. Con el tiempo llegaría a otros estudios de los que se convertiría en reina indiscutible: los de Hollywood, que habrían de transformarla en el sex-simbol más importante de todos los tiempos.


En sus informes escolares siempre se hizo hincapié en su normalidad, en su buen comportamiento y en el buen aprovechamiento en todas las materias menos en matemáticas. Le gustaba leer y escribir, le gustaba la poesía y le gustaba ser fotografiada para ejercer como modelo, algo que descubrió cuando trabajaba en una fábrica de paracaídas y un fotógrafo realizó un reportaje que trataba sobre las mujeres trabajadoras durante la II Guerra Mundial. Las fotos fueron publicadas en una revista dando comienzo a su profesión como modelo, aunque con la oposición marital, por lo que optó por pedir la separación para poderse entregar a la que había descubierto como su vocación. Fue, también, cuando adoptó el rubio platino, por indicación de su representante. Apareció en varias publicaciones que la hicieron llegar al mundo del cine con un pequeño contrato en la Twentieth Century Fox que la bautizó como Marilyn Monroe. Participó en pequeños papeles que no llegaron a impresionar a nadie, por lo que el contrato no se renovó. Eran 125 dólares semanales que aunque fuera en 1946 no daban para demasiados lujos. Dos años más tarde se interesó por ella la Columbia Pictures donde se le ofrecieron papeles que, aunque pequeños, tenían algo más de envergadura pero que no dieron oportunidad a poder descubrir todo el potencial que llevaba en su interior, con lo que tampoco se renovó el contrato cuando finalizó a los seis meses; algo más generoso que los mensuales y hasta diarios y por horas que hoy se ofrecen con el visto bueno sindical. Su posterior participación en “Amor en conserva” (1949) junto a los hermanos Marx en la que fue la última película de éstos, ya fue otra cosa. Su trabajo, aunque breve, llamó la atención de un representante –Johnny Hyde– que se hizo cargo de su carrera consiguiendo que interviniera en “La jungla de asfalto” (1950) y poco después en “Eva al desnudo” consiguiendo una buena acogida por parte del público y la crítica especializada. La Twenty volvió a acogerla en su plantilla, esta vez con un contrato por siete años y una cifra que daba para algo más que comer, pagar el alojamiento y vestirse. Era consciente de su falta de preparación por lo que se matriculó en clases nocturnas de arte y literatura en la Universidad de California. Por el día trabajaba en películas de bajo presupuesto con papeles instrascendentes. “Home Town Story”, “As Young as You Feel” o “Love Nest” fueron algunos de estos títulos en los que siempre aparecía como secretaria.


En el 52 las perspectivas profesionales dieron un nuevo giro al posibilitar su alternancia protagonista con Barbara Stanwyck, Paul Douglas y Robert Ryan en el drama (que no era su especialidad, precisamente) “Clash by Night”. Las revistas, tanto de cine como de información general empezaron a reservar para ella un lugar en sus páginas. En una de las sesiones fotográficas para ilustrar una entrevista en la revista Life, conoció al popular jugador de beisbol Joe DiMaggio, con el que alcanzó tal grado de compenetración que poco después se darían el “sí” mutuamente ante un juez y se prometerían el consabido “contigo pan y cebolla” que, como era previsible para muchas opiniones, se vio trastocado sin pasar demasiado tiempo. Intervendría también en el reparto de “We’re Not Married” junto a Ginger Rogers y Zsa Zsa Gabor (con sus 95 años uno de los mitos vivientes del Hollywood clásico), “Don’t Bother to Knock” con Richard Widmark y “Me siento rejuvenecer” al lado de Gary Grant y de nuevo Ginger Rogers.


Por fin 1953, que sería un año decisivo. En primer lugar “Niágara”, con Joseph Cotten y dirigida por Henry Hathaway. (En una visita turística a las cataratas lo primero que vino a mi memoria, una vez superado el asombro ante tanta grandiosidad de la naturaleza, fue la imagen de Marilyn Monroe con un chubasquero amarillo salpicado por las aguas)


http://www.youtube.com/watch?v=fuQyuaNZgcM


En el mismo año rodó “Los caballeros las prefieren rubias” donde alternó auténtico protagonismo y a partes iguales con Jane Russell y en la que Marilyn demostró sus facultades para el musical en  “Diamonds Are a Girl’s Best Friends”


http://www.youtube.com/watch?v=8ZRs__rmYMc


y “Cómo casarse con un millonario” compartiendo un lujoso apartamento con Lauren Bacall y Betty Grable para atraer a él adinerados candidatos a una boda. Gran éxito y excelente recaudación. Pero la guinda en aquel año, fue cuando estaba a punto de concluir. Había por ahí una foto suya, desnuda, exhibiendo los 94-58-92 que la contorneaban y que un editor, Hugh Hefner, había comprado en los tiempos en que no era famosa y reservado para cuando la ocasión lo requiriera. La ocasión llegó con la aparición de la revista Playboy. Marilyn, sin tapujos de ningún tipo, nunca mejor dicho, apareció en la portada del primer número con lo que toda América pasó a conocerla en un instante. El instante de depositar la mirada sobre el ejemplar. (Hefner, a sus 86 años, continúa eligiendo a  la “chica del mes” de su revista y alborotando a todos sus vecinos con las fiestas constantes, repletas de “conejitas”, que organiza en su domicilio)


A partir de ser publicada la famosa foto y ya con un cierto bagaje interpretativo, las cosas adquirieron mayor facilidad. En lo profesional rodó a continuación “Río sin retorno” con Robert Mitchum como compañero de reparto. Incluso se atrevió a rechazar una protagonista junto a Frank Sinatra en un proyecto titulado “The Girl in Pink Tights” por no estar de acuerdo con el salario que se la ofrecía. Había llegado el momento en que era ella quien imponía las condiciones.


En 1954 y desde Japón, donde se encontraba la pareja Monroe-DiMagio, por razones profesionales de él, se trasladó  sola a Corea para actuar ante los marines a los que enardeció con sus canciones y su presencia. Los reporteros gráficos siempre detrás de ella. Son imágenes que muchos mantenemos en nuestra retina.


http://www.youtube.com/watch?v=Dv7eqOfamVM


A su regreso a Hollywood rodó “Luces de candilejas”, un reconocimiento al mundo de la farándula con música de Irving Berlin que, inexplicablemente, no tuvo una gran acogida y menos aún en España donde los musicales no se habían puesto de moda. Un pequeño bache porque a continuación llegó “La tentación vive arriba”, aquella película en la que el aire salido de los respiraderos del Metro levantaba la falda del vestido blanco que lucía la estrella. El numeroso público que presenciaba el rodaje disfrutó lo suyo en aquella toma, con la excepción de DiMagio, que también estaba presente y que se agarró un mosqueo de mucho cuidado. Tanto que entre la pareja se organizó una trifulca más que considerable, al decir de quienes la presenciaron, y a las dos semanas estaban divorciados.


http://www.youtube.com/watch?v=Q92zpt9QCYM&NR=1


Existe un dato curioso sobre esta escena y es que está rodada en un estudio ya que la que se hizo en plena calle, no fue válida debido sobre todo al inmenso ruido organizado por la gente que presenciaba el rodaje. Un éxito rotundo de Billy Wilder que no sería la última vez que dirigiera a la Monroe. También éxito para la actriz que, a partir de entonces, vio superado económicamente su contrato, además de participar en los beneficios que produjeran sus películas posteriores entre las que está “Bus stop”. Ella misma eligió quien la dirigiera en esta ocasión, responsabilidad que recayó en Joshua Logan (“Camelot”, “South Pacific”, “Sayonara”, “Picnic”, “La leyenda de la ciudad sin nombre”…) quien opinó sobre ella al autobiografiarse que era “una de las actrices más talentosas de todos los tiempos… es realmente brillante”. También coincidieron en elogios los críticos: “Marilyn Monroe se probó a sí misma que es una actriz”, señaló The New York Times tras el estreno de la película. Fue nominada aquel año para el premio Globo de Oro como mejor actriz de comedia, pero no lo consiguió.


http://www.youtube.com/watch?v=4jKBy2tVRk8&feature=related


Las inquietudes culturales (y no menos las económicas) de Marilyn Monroe la llevó a plantearse su incorporación al mundo de la producción para lo que creo su propia productora eligiendo para debutar un texto de Terence Rattigan (“Mesas separadas”, “Adiós, Mr. Chips”, “El Rolls Royce amarillo”…) al que encargó su dirección e interpretación nada menos que Laurence Olivier considerando su alto prestigio y genialidad demostrada en, por ejemplo, “Ricardo III” o “Hamlet”. El actor inglés aceptó el encargo exigiendo una elevada cantidad por su trabajo pero que la nueva empresaria aceptó, por lo que el intérprete de “Otelo” hubo de someterse a la disciplina, al menos económica, impuesta por la productora lo que en más de un momento le hizo sentirse humillado. El resultado es que la crítica no elogió en demasía el trabajo del actor mientras que se volcó en el de Marilyn. Personalmente opino de igual forma aunque reconozco no ser imparcial en cuanto a lo que a Marilyn pueda referirse. La rubia platino, a pesar de sus intentos por relacionarse con el mundo de la cultura, nunca lo consiguió. Por lo menos ante la opinión mayoritaria. El público reclamaba su cuerpo y su cara y los productores, ante la petición, era lo que contrataban de ella. No importaba si interpretaba mejor o peor el papel encomendado ni si un personaje, solamente exhibicionista, afectaba a su autoestima. Nunca se produjo el cambio suficiente para que Marilyn fuera reconocida como actriz de talento y ella realizada como tal. Su físico siempre se impuso a todas sus otras cualidades.


http://www.youtube.com/watch?v=hoWifilKK7E&feature=related


Cuando el éxito crece también la responsabilidad es mayor, aunque muchos no sean conscientes de ello y se duerman en los laureles. Marilyn decidió incorporarse al mundo académico estudiando interpretación con el más famoso de los profesores, Lee Strasberg en el Actors Studio, por cuyas aulas han pasado Marlon Brando, Montgomery Clift, James Dean, Jane Fonda, Julie Harris, Paul Newman, Al Pacino, Lee Remick, Eva Marie Saint, Shelley Winters, Joanne Woodward…, maestros todos en el arte de interpretar. Los profesores, como cuando acudía a la escuela, también hicieron notar las cualidades de Marilyn elogiando su trabajo de fin de curso donde, sobre un escenario, interpretó la obra del premio Nobel Eugene O’Neill “Anna Christie”. Sus dudas y titubeos durante los ensayos desaparecieron por completo en el momento de la representación. Marilyn era pura intuición escénica, lo que no quiere decir que la preparación llegue a sobrar. El aprendizaje debe ser constante porque nunca finaliza. Fue cuando inició su relación con el dramaturgo Arthur Miller. Una relación que se prolongó durante cinco años, aunque tortuosa en muchos momentos como el autor quiso reflejar en el carácter autodestructivo del personaje que su mujer interpretaba en “Después de la caída”, Con anterioridad hizo el guión, especialmente para Marilyn, de “Vidas rebeldes” donde compartió estrellato con Montgomery Clift y Clark Gable en el que sería su último trabajo.


http://www.youtube.com/watch?v=lcHriCid7lg


En el 59 llegaría otro de sus éxitos más sonados, de nuevo a las órdenes de Wilder: “Con faldas y a lo loco”, una película genial donde el director y los intérpretes llegaron a lograr que cada escena fuera mejor que la anterior hasta llegar al sorprendente final en que Jack Lemmon rechaza la oferta de matrimonio por parte de su millonario enamorado, al que descubre su verdadera identidad sin que a éste le importe demasiado: “Nadie es perfecto”.


http://www.youtube.com/watch?v=zbmSHK-1XY4


Los problemas se sucedieron durante el rodaje ya que, anímicamente, Marilyn no pasaba por uno de sus mejores momentos, lo que originó que llegara tarde a los rodajes, que olvidara los textos o que se repitieran planos constantemente para desesperación, nunca disimulada, de Tony Curtis. En este rodaje y quizá por la tensión con que lo vivió, la actriz sufrió un nuevo aborto lo que hizo retrasar los planes de trabajo. Todo quedó superado tras el estreno de la película que tuvo cinco nominaciones para el Óscar y que a Marilyn le valió un Globo de Oro como mejor actriz de comedia. Particularmente, nunca he estado más de acuerdo con la concesión de un premio ya que siempre valoré sus condiciones interpretativas precisamente en este apartado de comedia, uno de los más difíciles, o el que más, ya que es el actor quien debe transmitir todo su talento para convencer al público, por encima de las exigencias que pueda suponer un papel dramático donde la acción y el texto facilitan el trabajo actoral.


http://www.youtube.com/watch?v=WQIvhotZSUw


El “multimillonario” Ives Montand se enamoró de ella cuando la escuchó cantar el tema de Cole Porter “My Heart Belongs to Daddy”. Era el papel que hacían una y otro en la película “Let’s Make Love”. Un papel, el de Montand, que habían rechazado Gregory Peck, Cary Grant, Charlton Heston, Yul Brynner y Rock Hudson. Algunos no sé en qué estarían pensando, pero eso que ganó el francés ya que, al parecer, hubo algo más que feeling entre los dos, aunque duró poco tiempo, a espaldas de Simone Signoret casada con Montand.


http://www.youtube.com/watch?v=EuZs6tZn7hM&feature=related


Tras el rodaje de “Vidas rebeldes”, un rodaje cargado de situaciones incómodas y dificultades en las que se llegó a tener un médico permanentemente en el rodaje para controlar tanto a Montgomery Clift como a Marilyn. Los amores y las venganzas que Arthur Miller incluyó en el guión fueron como una especie de maldición para la película que fue la última en la que trabajó Clark Gable que moriría unos días después de finalizar el rodaje. También fue la última para Marilyn, muy elogiada por la crítica como actriz y el mismo director –John Huston– señaló que “Marilyn excavó dentro de sus propias experiencias personales para sacar a la superficie algo único y extraordinario. No tenía técnica de actuación. Era todo verdad, era sólo ella”. Algo de lo que, a lo largo de su carrera, muy pocas personas se dieron cuenta: de su intuición. Había nacido para ser actriz, más de comedia que dramática. Su estado anímico iba de mal en peor y se refugiaba en los fármacos y en el alcohol para poder concentrarse y poder dormir. Al terminar el rodaje anunció su separación de Arthur Miller. Marilyn llegó a hundirse lo que llevó a tener que ser ingresada en un psiquiátrico para someterse a tratamiento. Estaba sola, como siempre lo estuvo a lo largo de su vida, aunque apareciera rodeada de éxito. Entre sus contadas amistades, los hermanos Kennedy con los que, al decir de la chismología de la época, había algo más que amistad. Con John y  con Robert. Allá cada uno de los tres. Fue por entonces, en mayo del 62, hace  10 lustros, cuando se produjo aquella felicitación al entonces Presidente de los Estados Unidos que dio la vuelta al mundo. Una felicitación intimista, aunque fuera en público, con motivo del 45 cumpleaños de JFK, en la que lució un vestido tan ceñido que apenas la permitía andar. El Presidente, feliz.


http://www.youtube.com/watch?v=k4SLSlSmW74


A pesar de todos los problemas que era capaz de originar durante un rodaje, lo cierto es que el público acudía a ver sus películas, que es lo que a las productoras de cine les importa verdaderamente. Es por ello que le tenían ofrecido protagonizar un film sobre la vida de Jean Harlow que después haría Caroll Baker, “Irma la dulce” que encarnaría Shirley MacLaine y “Kiss Me, Stupid” que le sería ofrecida a Kim Novak. En todas ellas a millón de dólares por título, participación en los beneficios y libertad para elegir director y coprotagonistas. Pero la vida no le permitió llegar a disfrutar más, suponiendo que alguna vez hubiera llegado a disfrutar verdaderamente, de su privilegiada posición en el mundo del celuloide. El 5 de agosto de 1962 Marilyn Monroe era descubierta sin vida en su domicilio. Junto a ella el teléfono descolgado y restos de medicamentos. La autopsia señaló que había muerto a las 5 de la madrugada, víctima de una sobredosis de barbitúricos. El informe policial lo calificó como “posible suicidio”, pero las verdaderas razones nunca han llegado a aclararse. Estamos hoy, 50 años después, como entonces. Se habló, efectivamente, de suicidio, de acción involuntaria en la ingestión de fármacos, pero también de crimen mafioso en el que los hermanos Kennedy hubieran tenido algo que ver. Todo hipótesis. La verdad no ha llegado al público que, casi de forma general, era admirador de Marilyn Monroe. ¿Por qué hablar en pasado? Seguimos admirando a Marilyn Monroe de la misma intensa manera que hace 50 años porque los mitos nunca mueren.    

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