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Cabecera Me Viene A La Memoria

LAS CANCIONES DE NUESTRA VIDA

A mi parecer, ser autor de música tiene algo de frustrante. Aunque las canciones triunfen, aunque las tararee todo el mundo, aunque se produzcan montones de descargas de de ellas en Internet, e incluso hasta si se venden CDs por miles (por millones es asunto de tiempos pasados) y este movimiento de ventas e interpretaciones en directo de las canciones sea detectado y satisfecha la retribución correspondiente por la Sociedad General de Autores proporcionando al músico unos considerables ingresos, ocurre que el público aplaude y admira a quienes interpretan las canciones, pero ignoran el nombre del autor. Incluso, aunque tengan alguna referencia de su existencia, muy pocas son las personas que le “ponen” cara al compositor. Por eso digo lo de frustrante, porque al no darse esta circunstancia de reconocimiento no deja de ser un éxito incompleto. Aunque tiene la ventaja de que puedes ir de compras a unos grandes almacenes y nadie te molesta pidiendo autógrafos, ni los paparazzis se meten en la cocina de casa, ni debajo de la cama para controlar los movimientos del músico.


Antiguamente Beethoven, Haydn, Mozart, Vivaldi y toda la peña eran tan conocidos en los salones de los palacios como entre el público popular. No digamos en tiempos más recientes en los que les tocó vivir a Puccini o Verdi cuyo nombre llegó a ser utilizado para exaltar el entusiasmo unificador italiano con el grito de “¡Viva Verdi!”, acrónimo de “Vittorio Emanuele Re D’Italia” (Victor (E)manuel rey de Italia. El reconocimiento de los compositores, por lo menos en España, alcanzó su cota más elevada de admiración y respeto en el entierro del maestro Jacinto Guerrero, en 1951, donde todo Madrid se manifestó en señal de duelo. Un Madrid que había aplaudido tantas y tantas zarzuelas por él creadas: “La Alsaciana”, “La montería”, “Los gavilanes”, “El huésped del sevillano”, “La rosa del azafrán”… y revistas como “La blanca doble”, “El sobre verde” o “Cinco minutos nada menos”. En la actualidad muy pocos son los compositores a los que el público identifica con nombre y rostro. Uno de estos pocos era Augusto Algueró a quien el pasado 16 se le presentó la muerte por sorpresa y lo trasladó a lugares donde deben estar necesitados de música, al igual que unos días antes ocurrió con Juanito Navarro al que reclamaron su humor en otras latitudes. La del maestro Algueró ha sido otra muerte sin anunciar. A Algueró sí le conocía el público, sabía qué canciones eran suyas e identificaba su cara a pesar de mostrarse siempre tras unas gafas oscuras. O quizá por eso. Al público también le constaba su voz áspera, su sonrisa frente a la orquesta y ante sus entrevistadores y sabía de la boda que hace 50 años contrajo con Carmen Sevilla y su posterior disolución matrimonial. Y el público es conocedor que la pareja tuvo un descendiente que también ejerce la música como profesión, como el padre y como el abuelo. Los tres desenvolviéndose en el mismo ambiente profesional como compositores, arreglistas y directores de orquesta.


En el caso de los creadores, tener quien te introduzca en el ambiente profesional supone, indudablemente, una fuerte ayuda. Pero después, el “papá” no puede seguir ejerciendo la protección. Si se es pintor hay que demostrarlo con obras, si escritor con novelas, si músico con partituras. El Algueró que ahora nos ha dejado tuvo un padre con un gran prestigio y llevar el mismo apellido es muy probable que le abriera puertas, pero al público no le es suficiente con eso. Necesita escuchar lo que el músico ha sido capaz de componer y dar su aprobación. Augusto Algueró, desde los 16 años en que se inició como profesional tras los estudios desarrollados en el Conservatorio Municipal de su Barcelona natal, empezó a convencer aunque, por si acaso, también realizó estudios de medicina. En 1950, Ignacio F. Iquino le encomendó la tarea de componer la música para la película “Brigada criminal” que protagonizaba José Suárez. En aquellos comienzos todavía era Augusto Algueró hijo, que es como consta en la ficha del film y como se le conoció durante un tiempo hasta que su nombre y apellido se valieron por sí mismos para triunfar. Y ¡vaya! si triunfó. En el cine y la televisión, creando un centenar de bandas sonoras de las que es fácil recordar “Tómbola”, “Marisol rumbo a Río” o “Cabriola” donde cantó Marisol, “El ruiseñor de las cumbres” donde lo hizo Joselito, “Zampo y yo” con una infantil Ana Belén o “El día de los enamorados” o “Las chicas de la Cruz Roja”, o la música en aquellos programas de Ibáñez Serrador “Historias de la frivolidad” o “El irreal Madrid”; en el teatro componiendo para distintas compañías y letristas, pero sobre todo en la canción donde interpretaron sus temas Karina, Concha Velasco, Jaime Morey, Serrat, Salomé, Rocío Dúrcal, Nino Bravo, Carmen Sevilla… yo creo que todos los cantantes contemporáneos de Algueró. Entre ellos Conchita Bautista que, con un tema del maestro catalán, participó en el Festival de Eurovisión de 1961, siendo la primera vez que España enviaba un representante.


http://www.youtube.com/watch?v=UwE43mR8pnE


Un noveno puesto en la clasificación final no sé si será un lugar demasiado apreciado por los defensores de esta canción ni por su autor, pero para desquitarse del sabor amargo Algueró volvió a insistir en el mismo Festival de Eurovisión, siendo Salomé la encargada de ofrecer su versión que la colocó en el primer puesto con “Estando contigo”


http://www.youtube.com/watch?v=9uMRzZcSou8


Las últimas semanas han convertido esta sección en una especie de obituario del que no soy responsable excepto en traer a ella nombres que ocupan un lugar en nuestra memoria y los sucesos que han motivado recordarlos., Hacer una lista de las canciones de Algueró requiere mucho más espacio del que aquí se dispone, porque son infinidad, todas ellas populares, todas entonadas con mayor menor acierto en muchos momentos de nuestras vidas. Canciones, con estilos diferentes que Algueró dominó en toda su variedad, dedicadas a una situación, a un ruego amoroso o a un nombre de mujer a las que muchos intérpretes aportaron con su voz lo mejor de sí mismos o el propio autor llevó a cabo al frente de orquestas donde siempre se manifestó como el grande que era en este aspecto.


http://www.youtube.com/watch?v=VOQTVcccY_8

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