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Cabecera Me Viene A La Memoria

La familia Trapp se apagó

Con la desaparición de María, la más pequeña de las niñas que conformaban la familia Trapp, se apaga una historia que en el cine provocó tantas sonrisas como lágrimas.

El próximo año se cumplirán 50 desde el estreno de la película “Sonrisas y lágrimas” en la que se narraban, según la visión de los cineastas que la llevaron a cabo, las peripecias vividas por la familia Trapp. Fue y es la más popular de las versiones que el cine desarrolló con respecto a la familia austriaca que evitó someterse a la anexión de su país con la Alemania hitleriana. Los datos de referencia fueron extraídos de la novela escrita por su auténtica protagonista, María von Trapp, “La historia de los cantantes de la familia Trapp”, pero contemplados desde la perspectiva cinematográfica con lo que cabe suponer lo mucho que de imaginación y fantasía pudo tener por parte del guionista. Auténtica o imaginativa, lo cierto es que el film –no apto para diabéticos dado su exceso de mermelada– fue acogido con enorme éxito del que se derivó la obtención de un Óscar como mejor película de aquel año, además de concedérsele el de mejor director, mejor montaje, mejor sonido y mejor banda sonora, sin olvidar otras varias candidaturas artísticas y técnicas.

La razón que hoy me lleva a recordar esta película que, por otra parte, nunca ha faltado a nuestra memoria dada la insistencia de sus múltiples repeticiones en las programaciones televisivas, y siempre acogidas con agrado a pesar de que somos capaces de conocer, casi, los diálogos y sobre todo las canciones, la razón, decía, es la noticia aparecida hace pocos días referida al fallecimiento, con 99 años, de María von Trapp, la última superviviente de aquella familia que tantos sollozos y alegrías provocó en las salas cinematográficas. Una de los siete hijos, la más pequeña, del capitán von Trapp sometidos a la disciplina educativa de la novicia contratada para llevar a cabo tal fin a la que posteriormente acabaría por unirse en matrimonio.

La que pensó un día convertirse en religiosa inculcó a los 7 niños la disciplina recomendada por el padre, pero a ello añadió sensibilizarles con la música, una descarga para el espíritu no demasiado bien vista en aquella casa tan parecida a un cuartel. Música que posteriormente les serviría como válvula para evadirse de la persecución nazi y también como medio de vida una vez instalados en Norteamérica a la que llegaron tras abandonar Austria. Concretamente la ciudad de Salzburgo, lugar de nacimiento de Mozart y entregada plenamente, entonces como hoy, a la música. Leer la prensa salzburguesa equivale a encontrar un aviso tras otro anunciando un concierto en cualquiera de los múltiples escenarios organizadores de ellos. Grandes orquestas, orquestas de cámara, coros, solistas… la oferta diaria es espectacular, sin contar con su famoso Festival anual que agrupa a todos los mejores intérpretes instrumentistas y vocales además del más selecto elenco de directores. Salzburgo es música que se respira en cualquiera de sus históricos rincones y es punto de llegada y encuentro para cualquier melómano.

En el ambiente salzburgués, Mozart, prodigio musical desde niño, está siempre presente como lo están los 7 niños de la familia Trapp cuya imagen tenemos presente en nuestra retina deletreando una de las canciones que su nurse les enseñó.

La canción, igual que el resto de la banda sonora de la película, ha sido interpretada por multitud de repartos en las versiones teatrales que se han hecho en todo el mundo, de la que España no ha estado ausente. Recuerdo con especial cariño, dada la admiración que tenía por su intérprete, la que protagonizó en Madrid la desaparecida Elder Barber. Como en otras varias ocasiones en que “Sonrisas y lágrimas” ha subido a los escenarios españoles, el éxito no la acompañó ya que eran épocas en que los espectáculos musicales no estaban tan de moda como lo están hoy en día. La película sí marcó hitos de taquilla, como ocurrió en los Estados Unidos donde, en su momento (hoy superado) batió récords históricos. En nuestros oídos están todos, sin que ninguno resulte extraño, todos los números musicales.

Las canciones siempre serán un motivo de reencuentro con la música de cine; no tanto el de la familia Trapp que pasa a formar parte de la historia que un día convulsionó Europa y que hoy se apaga por completo con la desaparición de su último miembro procedente de entonces ya que la saga familiar permanece.

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